Exigen la devolución de dos territorios esenciales para su comunidad: la Sierra Nevada del Cocuy y la vereda Cedeño
El pueblo U’wa vive bajo una consigna: proteger a la Madre Tierra, el planeta azul. Al contrario de nosotros que somos criados bajo el signo y la lógica del dinero. Desde hace siglos su lucha es tan concreta que el suicidio es una opción para ellos si no se logra proteger a la esencia que reproduce la vida.
Muchos no saben pero tanto Venezuela como Colombia comparten y contienen el territorio ancestral, ese que les dejó Sira, el ser creador, para que protegieran y desde allí generar la fuerza vital que se transmite al resto del planeta. Ese territorio durante siglos ha venido siendo defendido, pero el riowa (hombre blanco) ha hecho todo lo posible para que no se cumpla este designio. Y cuando ya parecía inevitable la extinción de este pueblo, hace unas cuantas décadas, sus sabedores y autoridades tomaron un reimpulso que les ha permitido ir triunfado a partir de dos herramientas de lucha: la palabra ancestral y la toma de las tierras que le han sido arrebatadas con firmeza. Con estas herramientas lograron vencer a una multinacional como la OXY.
Hoy se han vuelto a levantar con estas dos herramientas exigiendo la devolución de varios territorios esenciales para su espiritualidad, especialmente la Sierra Nevada del Cocuy y el punto Cedeño. En el primero, el gobierno y los privados tienen un proyecto que afecta un sitio sagrado supremo para la producción de agua como fuente vital. Los turistas, aunados al calentamiento global, han ido destruyendo este sitio; el segundo, un lugar en donde se extrae gas, ese elemento que para ellos es como la sangre y al sacarla se va marchitando la vida, sumándose a eso el gas al ser utilizado no hace más que contaminar, produce ese calentamiento que derrite los hielos del Cocuy, por lo que ellos saben que luchar por estos dos espacios va mucho más allá de pedir tierra, es cortar con un ciclo mortal.
Muchos lo desconocen, muchos no entienden, pero a los U’wa les han dicho que si permiten estas dos explotaciones serían beneficiarios, pues recibirían millones de dólares en regalías. Se los han ofrecido, los podrían utilizar en lo que les dieran la gana, pero para ellos el dinero no reemplaza la vida.
Ahora el gobierno colombiano amenaza con la fuerza, con los medios de comunicación, con la presión social y económica, poniendo en peligro la vida de lideres como Berito, Yimy, Bladimir, Daris, Luz Helena, Abdon, Zenen, José Luis, y a cada uno de estos siete mil guerreros de la palabra ancestral. Los señalan, hasta la supuesta Defensoría del pueblo, culpándolos porque supuestamente afectarán la distribución de gas en varios departamentos del país. Como si el gas fuera esencial para la vida, bien se sabe que no es así y que mejor sería que se le diera otras opciones que remplacen su uso a los ciudadanos y de esta forma evitar la destrucción indiscriminada de la MadreTierra como se viene haciendo.
Tenemos el mal recuerdo de asesinatos en nuestro territorio, como el de los 3 indigenistas que a finales de los 90 venían trabajando por el respeto territorial, honor a Terence Freitas, Ingrid Washinawatok y Laheenae Gay, asesinados por las FARC y que desde esas negociaciones que se llevan a cabo en La Habana, y desde donde supuestamente se reconoce a las víctimas de ese conflicto aciago, debería por tanto resarcirse al pueblo U’wa como víctima colectiva devolviéndosele el territorio ancestral. Suficiente tierra tiene ya el gobierno y la empresa privada para explotar recursos, si es que es tan necesario. Ya déjennos en paz, ahora que hablamos de paz. Al fin y al cabo si nos dejan este territorio también serian ustedes y todos beneficiados. Ya la Corte Constitucional a través de la sentencia T-025 y del Auto 004 habían reconocido al pueblo U’wa como victima colectiva, ya que estos asesinatos no fueron los únicos, permitiéndoles exigir acciones para salvaguardar al pueblo ancestral, a lo que el pueblo U’wa respondió de forma simple: devuélvannos nuestro territorio.
Hay que tener claro que los U’wa no hicieron una toma, si no una recuperación territorial, pues ellos cuentan con títulos coloniales, escrituras publicas y el reconocimiento histórico de que estas tierras son ancestralmente de ellos, la toma la hizo la Oxy y Ecopetrol al instalar estos centros de producción violando sus derechos.
Por eso hago un llamado urgente y desesperado para que organismos internacionales y nacionales, como la ONU, UNASUR, el Parlamento Andino, el Parlamento Europeo, la OEA, la Corte Interamericana, la Corte Constitucional de Colombia, ONGs de derechos humanos y ambientales, a gobiernos hermanos y a la sociedad civil, para que se exija el respeto de la vida del pueblo U’wa, se dicten medidas cautelares para que el gobierno ni nadie atente contra la vida y la integridad de los U’wa en su justa lucha, y se cumpla con los compromisos que hasta la justicia les ha reconocido.
Por: Sixto Alexander Quintero Ortega
Fuente: www.las2orillas.co
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