(Foto: Esteban Vega La-Rotta).

Danilo Villafañe, delegado de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas por la Confederación Indígena Tayrona; Gunnawia Matilde Chaparro Izquierdo, miembro de la comunidad Indígena Tayrona; Camilo Niño, secretario General de la Comisión Nacional de Territorios Indígenas.

La Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI) se cansó de los incumplimientos del gobierno. Según Camilo Niño, secretario General de la Comisión, entidades colombianas han venido firmando unos compromisos en materia territorial con los pueblos indígenas, pero estos no se cumplen.

A finales de julio enviaron una carta al presidente Juan Manuel Santos en la que exigen la definición de la partida presupuestal para la vigencia 2017 que permita adquirir predios y mejoras. Ese presupuesto también debe ayudar a la constitución, ampliación y saneamiento de los resguardos indígenas y al cumplimiento de los acuerdos concertados en el proceso de consulta del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Además, líderes indígenas aseguran que el gobierno ha incumplido con lo concertado en mingas, congreso de los pueblos, acciones de tutela, mandatos de la Corte Constitucional, cumbre agraria campesina étnica y popular, entre otros escenarios.

Los compromisos con los pueblos indígenas en materia territorial ascienden a 700.000 millones de pesos, pero el gobierno solo ha asignado para la vigencia 2016 un monto cercano a los 16.000 millones y una cifra similar para la vigencia 2017. “Podemos concluir que la falta de voluntad política por parte del gobierno Nacional se convirtió en una costumbre de incumplimientos y la constante que marca la relación entre el Estado y los Pueblos Indígenas. Estas actitudes invalidan la participación de los Pueblos Indígenas en la vida nacional, hieren la confianza y violan los derechos fundamentales colectivos e individuales”, dice la carta. (Vea: Los indígenas Inga, un pueblo que combate el cambio climático)

Una historia que se repite

“Nosotros creyendo en el gobierno firmamos 98 acuerdos para el Plan Nacional 2010-2014, de los cuales, según la Contraloría, solo el 3% se cumplió”, asegura Danilo Villafañe, delegado de la Comisión por la Confederación Indígena Tayrona.

Estos incumplimientos se han convertido en el pan de cada día. A los indígenas se les dijo que los acuerdos en el Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014 no se lograron porque no tenían indicadores ni metas para hacer seguimiento. Por esa razón, diseñaron los indicadores para los 198 acuerdos que se hicieron para el periodo 2014-2018, pero “hasta ahora no hemos encontrado más que engaños por parte del gobierno. Todo está en papel y nada se ha materializado”, asevera Niño.

Los líderes indígenas incluso tienen un acta de acuerdo del 19 de enero del 2015 en la que el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Simón Gaviria, se compromete a crear  la ventanilla única para la  gestión integral de los proyectos del Sistema General de Regalías provenientes de los pueblos y comunidades indígenas. El proceso incluye el acompañamiento técnico del DNP en la formulación, estructuración, y presentación de los proyectos. Además, se acordó  “incluir un artículo  en la Ley del Plan Nacional de Desarrollo  para establecer la obligatoriedad de la identificación de las asignaciones presupuestales específicas para los pueblos indígenas. Igualmente, hacer una modificación al articulado del estatuto del presupuesto para que las entidades de gobierno presenten la información desagregada. Este proceso será articulado con el Ministerio de Hacienda y Crédito Público”, indica el acta.

¿Minorías con mucha tierra?

Una de las críticas más fuertes que se les hace a los pueblos indígenas es que son una minoría dueña del 30% del territorio nacional. Sin embargo, Camilo Niño dice que hay que ver más allá de esa cifra. “Hoy los territorios indígenas son los grandes reservorios de agua, con gran potencialidad de adaptación y mitigación del cambio climático. Se debe hacer un estudio real de cómo están esos territorios, porque la mayoría son para conservación. Pensar en cuánto le aportan a la economía del país, cuánta agua a los colombianos”, comenta.

Por su parte, Danilo Villafañe dice que las negociaciones con el gobierno se convierten en una “mamadera de gallo”, porque no toman en serio nada de lo pactado. “Al Estado no le cabe el mundo indígena en la cabeza. O falta idoneidad de los funcionarios públicos en los cargos de poder, porque lo cierto es que los pueblos siguen marginados”, afirma enfáticamente.

Están disgustados porque, según cuentan, los indígenas solo son importantes en el momento de las consultas previas y si argumentan no estar de acuerdo con los proyectos entonces son los culpables de que el país no progrese. “Nosotros queremos que al país y al gobierno les vaya bien, pero también el gobierno tiene que ganarse a la gente, cumplir y romper la brecha de inequidad. Si aun participando tenemos estas dificultades, que tal que no lo hiciéramos”, concluye Villafañe.

 

Fuente: CRIC

semana sostenible