Las organizaciones sociales campesinas, indígenas, de mujeres y del sector urbano integrantes de la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca, hacen un llamado a los sectores sociales, sus diversas expresiones organizativas y a la población caucana en general, a pronunciarse y realizar acciones que contribuyan a proteger el territorio caucano y a exigir del Estado colombiano garantizar los derechos de toda la población, construir la paz y cumplir con los acuerdos firmados con comunidades y organizaciones sociales.

DEFENDER EL TERRITORIO CAUCANO, EXIGIR LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y EL CUMPLIMIENTO DE ACUERDOS

Las organizaciones sociales campesinas, indígenas, de mujeres y del sector urbano integrantes de la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca, hacen un llamado a los sectores sociales, sus diversas expresiones organizativas y a la población caucana en general, a pronunciarse y realizar acciones que contribuyan a proteger el territorio caucano y a exigir del Estado colombiano garantizar los derechos de toda la población, construir la paz y cumplir con los acuerdos firmados con comunidades y organizaciones sociales.

El Cauca es un territorio pluriétnico y pluricultural, que cuenta en sus 3.090.000 Has con un 42% de población indígena y afrocolombiana y 22% de población campesina. Que posee además, una gran riqueza natural y mineral: oro, hierro, níquel, Molibdeno, carbón, entre otros, y que cuatro de los principales ríos del país que nacen aquí surten de agua en su recorrido al 62 % de la población colombiana. Un territorio que a pesar de la gran riqueza natural y cultural, ocupa el segundo puesto dentro de los departamentos más pobres del país seguido de Chocó, Popayán es la primera ciudad de Colombia con mayor desempleo, y para el primer trimestre del año, según lo afirmó el propio Ministro de Defensa en su momento, el departamento con mayor índice de desplazamiento forzado por causa del conflicto armado, y como si fuera poco los niveles de cumplimiento de los compromisos del Estado con las comunidades y sus organizaciones son bajos, casi nulos, en términos de la realización de sus derechos fundamentales, mientras se agudiza el conflicto y se incrementa la violación a los derechos humanos y las infracciones al DIH.

Sumado a las condiciones en las que se encuentra el Cauca y el país, la aplanadora de la minería se plantea como un medio para generar desarrollo. Sin embargo nos enfrentamos a que al momento, según información del Instituto Nacional de Geología y Minas INGEOMINAS, el 54% del territorio caucano se encuentra solicitado por Empresas multinacionales y particulares para la exploración y explotación de diversos minerales, abocándonos con ello a la expropiación y extranjerización de la tierra en el Cauca; que de ser aprobadas MAS DE LA MITAD DE NUESTRO TERRITORIO sería dedicado a la extracción minera, mientras se requiere tierra para producción de alimentos y superar así el 22% de desnutrición crónica que sufre la población caucana.

El panorama no puede ser más grave, diversos hechos dan cuenta del desarrollo de una estrategia que viene implementándose de tiempo atrás y que busca ahondar los conflictos entre sectores sociales e interétnicos y desarticular el tejido social en el Cauca. Por un lado, desde el 11 de septiembre circuló un comunicado que al más característico estilo paramilitar amenaza a comunidades y organizaciones campesinas, afrodescendientes, indígenas, organismos de Derechos Humanos, instituciones del Estado y distintos gremios, atribuido supuestamente al inexistente movimiento armado “Nietos del Quintín Lame”, de otra parte, decisiones institucionales que sin medir consecuencias y descontextualizadas han contribuido a agudizar el conflicto, un claro ejemplo de ello es la aplicación en el departamento del decreto 102 de 2.010 referido a las transferencias para la educación y la entrega de tierras a comunidades indígenas en territorios afrodescendientes, como el caso de los predios de San Rafael en Santander de Quilichao y Buenos Aires o la entrega de tierras a personas en situación de desplazamiento en territorios indígenas como los casos de las fincas de Villa Carola, resguardo indígena de Poblazón y la Selva resguardo indígena de Quintana.

De igual manera, se viene atizando el conflicto interétnico desde los sectores políticos y medios de comunicación, tergiversando el Plan Cauca como una apropiación del departamento por parte del movimiento indígena. La Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca asume el “Plan Cauca” como un cumplimiento parcial de los acuerdos firmados entre el Estado y las comunidades indígenas, y requiere de la institucionalidad el establecimiento de planes y una política agraria responsable que garantice el cumplimiento de otros acuerdos firmados y dote de tierras a todos los sectores sociales.
Las organizaciones sociales campesinas, indígenas, de mujeres y urbanas integrantes de la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca hacemos un llamado a:

Las Instituciones:

– Investigar las amenazas y pronunciamientos que promueven la violencia y atentan contra la vida, integridad y la tranquilidad de todos los sectores sociales del Cauca.

– Asumir con responsabilidad el desarrollo de políticas públicas incluyentes que garanticen los derechos fundamentales de todos los sectores, en particular el derecho a la tierra y el territorio, y a impulsar una mesa intersectorial de tierras en el departamento del Cauca para el cumplimiento de acuerdos.

– Actuar con responsabilidad, asumiendo los principios de precaución, transparencia y acción sin daño entorno a la implementación de políticas públicas que involucren a diversos sectores sociales y realizar la consulta previa en donde éstas se requieran.
– Evitar por parte de funcionarios públicos, actores políticos y medios de comunicación, las declaraciones que estigmaticen y promuevan el racismo y la exclusión.

A las organizaciones sociales y habitantes del Cauca:

– Trabajar por la defensa del territorio evitando la expropiación y extranjerización de la tierra a favor de empresas multinacionales para explotaciones mineras, desplazando comunidades que históricamente se han dedicado a la producción de alimentos en estos predios.

– Fortalecer el diálogo interétnico e impulsar mesas de trabajo con enfoque intercultural que conlleven a fortalecer propuestas de articulación y de vida digna para todos y todas.

– Fortalecer los espacios de articulación y coordinación como la Minga de Resistencia Social y Comunitaria y el Congreso Nacional de Tierras, Territorios y Soberanías.

Popayán, 15 de setiembre de 2.011.


RED POR LA VIDA Y LOS DERECHOS HUMANOS DEL CAUCA:
Comisión Política: Comité de Integración del Macizo Colombiano CIMA, Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC, Ruta Pacífica de las Mujeres, Movimiento Campesino de Cajibío MCC, Corporación de Destechados del Cauca CODESCO- Asociación Nacional de Usuarios Campesinos Unidad y Reconstrucción ANUC U.R. Cauca.