Este trabajo parte de dos interrogantes que permiten la discusión en torno a las formas de producción jurídica, en torno al dualismo entre legalidad y legitimidad, y sobre todo, en torno a la percepción que se tiene del derecho como disciplina y práctica. En primer lugar, existe la pregunta de ¿cómo es posible la existencia del pluralismo jurídico, sin que haya conflicto?  En segundo lugar, un interrogante ético-político: ¿Por qué acatar un sistema jurídico que no refleje las motivaciones de la vida individual y/o comunitaria?
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