En el año 2006, un campesino aceptó una noche de tragos y terminó en medio de un operativo militar. Ernesto Suárez*, un cotero de Cabrera (Cundinamarca), es el primer caso que conoce la justicia de una víctima que logró sobrevivir a uno de los 1.549 'falsos positivos' que se investigan en la Fiscalía. (Lea acá: Piden condena máxima por 'falso positivo').
El joven campesino, considerado testigo clave en el proceso contra un coronel del Ejército, por un dolor de estómago se salvó de morir en medio de un supuesto enfrentamiento en el que sí fue asesinado su primo.
Lo que inició como una fiesta con trago gratis terminó siendo parte de una misión que realizaban hombres del Batallón 39 para anotarse un par de bajas en combate. Según un reporte militar, fechado el 16 de septiembre del 2006, en la casa donde Ernesto y su primo pasaban el guayabo -después de esa noche de rumba- había sido ubicado el lugar donde las Farc supuestamente escondían secuestrados. (Lea también: A 43 años condenaron a militares por 'falso positivo' en Caldas).
"Me salvé porque me dieron ganas de ir al baño y me fui para atrás de la casa; allá estuve como tres minutos y vi unas pisadas que me llamaron la atención porque ninguno de nosotros había estado por allá. Volví a entrar a la casa por la parte de atrás y le alcancé a decir a mi primo que algo raro estaba pasando, él se asomó a la puerta y ahí nos encendieron a plomo". Ese es el último recuerdo que tiene de su primo Helver Antonio.
"Yo cogí una pistola que había en la mesa y me tiré por una ventana, cogí monte abajo y del susto no veía nada, solo recuerdo que corrí con todo y escuchaba que me venían persiguiendo. Yo no sé cuántos disparos me hicieron ni quién disparaba, lo mío era correr", dijo.
Venticuatro horas antes, Suárez estaba tomando licor en un bar con rocola frente al parque principal del municipio. A ese sitio llegó un hombre que, según la investigación, habría actuado como reclutador del 'falso positivo'.
"Ese día estábamos tomando cerveza con mi primo y llegó un muchacho 'Freddy', que me lo había presentado mi primo ocho días antes; él nos preguntó que si queríamos ir a seguir tomando en Fusa, entonces le dijimos que no teníamos plata y que estaba muy tarde, y él nos dijo que no había problema, que allá gastaban todo. Aceptamos la invitación y él llamó a alguien y le dijo que ya iba con unos muchachos", señaló Suárez.
En el expediente dice que Helver Antonio, quien murió en el operativo militar, recibió 50.000 pesos de 'Freddy' para alquilar un carro que los llevara al sitio en donde supuestamente los esperaba una fiesta con licor y mujeres.
"Ya eran como las 7 de la noche y paramos en Chinauta para comprar dos litros de aguardiente, allá estaban el 'Paisa' y el 'Costeño'; ellos eran amigos de 'Freddy', dijo el testigo. Entre trago y trago, los supuestos reclutadores hablaron varias veces por celular, y esas llamadas permitieron vincular a la investigación al coronel Luis Fernando Borja, comandante de la brigada de la zona. La Fiscalía descubrió que horas antes del operativo hubo varias llamadas entre el oficial, 'Freddy' y el 'Costeño'. Por eso, Borja, que ha aceptado su responsabilidad en al menos 50 'falsos positivos' en Sucre, fue citado a indagatoria. (Siga este enlace para vivir: Tres militares destituidos e inhabilitados por 'falso positivo').
"En la avenida de Las Palmas nos paró la Policía para hacernos la prueba de alcoholemia, en ese retén se quedó el 'Costeño' y dijo que arreglaba todo. Como a las 11 de la noche ya estábamos en el bar La Curva, allá compramos más aguardiente; el 'Costeño' llegó al rato", relató Suárez, que hoy tiene 35 años y se encuentra escondido. Hace una semana, consiguió trabajo y prefiere ocultar su identidad para no perder el puesto. Y recordó: "Ese día la estábamos pasando muy bueno, hablábamos de todo, ellos se ganaron nuestra confianza. Era la tercera vez que nos veíamos. Ellos nos dijeron que si queríamos entrar a un negocio para extorsionar a un comerciante, que había buena plata, pero nosotros respondimos que no sabíamos de eso, que seguro era para problemas. No volvieron a tocar el tema", indicó.
"Como a las 4 de la mañana seguimos el camino hacia una finca, nos subimos en el platón del carro y vimos que en unas lonas blancas había unas armas; les preguntamos por ellas y nos dijeron que eran para catearlas (probarlas). También había platos, vasos y una estufa, todo nuevo. De la borrachera que teníamos no hicimos más preguntas y nos acostamos a dormir encima de esos costales", dijo.
"Llegamos a un sitio que estaba muy solo. Caminamos un rato y sacaron las armas y dijeron que las iban a probar, hicieron varios disparos contra unos palos y nos preguntaron que si queríamos disparar, dijimos que no sabíamos y ellos nos dieron instrucciones; yo eché dos tiros y devolví eso. (…) Llegamos a la casa, eran como las 6 de la mañana, y en agradecimiento por todo dijimos que preparábamos el desayuno; saqué una libra de arroz de un costal e intenté poner la estufa en la mesa, pero ellos habían dejado allí unas armas". (Lea también: Gobierno admite entre 2 y 5 'falsos positivos' en 'el último tiempo').
"El 'Paisa' dijo que iba a traer agua y, un ratico después, el 'Costeño' nos dijo que se iba a asomar al filito de la loma. Nos quedamos solos en la casa y ahí es cuando me salí al baño. Lo demás es una pesadilla. Yo no sé cómo murió mi primo, si alcanzó a correr, yo lo único que recuerdo es el ruido de los disparos y el salto por la ventana". Según el relato de Suárez, permaneció escondido seis horas en un matorral y cuando salió empezó a buscar la carretera a Pasca.
"Ya no corría, pero caminaba muy rápido, muy asustado, mirando para todos lados. Antes de llegar al pueblo escondí la pistola que me había llevado y me presenté a la estación de Policía y conté todo lo que había pasado; ellos me tomaron la declaración y me dijeron que me podía ir, pero yo les decía que por nada me salía para la calle". Tres horas tardaron los familiares de Suárez en llegar al sitio. Solo cuando ellos llegaron se atrevió a abandonar el lugar.
*Nombre cambiado
Proceso
Coronel Borja, enredado
El coronel Luis Fernando Borja, que ha aceptado su responsabilidad en más de 50 'falsos positivos' cometidos por la Fueza de Tarea Conjunta de Sucre, fue vinculado a esta investigación.
"Eso era un negocio para ellos (suboficiales y soldados), y yo, como comandante, me usufructuaba…, no económicamente, sino con felicitaciones", admitió Borja en una de sus declaraciones a la Fiscalía.
En el expediente por los crímenes de Sucre aparece como modus operandi la utilización de reclutadores que conseguían a las víctimas emborrachándolas antes de ser entregadas a los uniformados.
SAIR BUITRAGO MEDINA
Redactor de Justicia
http://www.eltiempo.com/justicia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-11728441.html
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