En el marco del Año Continental de la Comunicación Indígena y en vísperas de la II Cumbre de Comunicación del Abya Yala, la Organización Nacional Indígena de Colombia-ONIC, el Consejo Regional Indígena del Cauca-CRIC y la Red AMCIC convocamos a tres encuentros previos de comunicación en diversos resguardos indígenas: Mayabangloma en La Guajira, Karmata Rua en Antioquia y Killasinga en Nariño, para debatir sobre tres ejes fundamentales: Lectura de contexto donde discutimos las problemáticas que afectan profundamente nuestros territorios y compartimos las resistencias que caminamos; la comunicación indígena en la que reflexionamos sobre nuestras formas de comunicación propias y medios de comunicación apropiados; y líneas para el camino de la política; en la cual pensamos principios, estrategias y líneas de acción que podrían darnos luces para la construcción colectiva de nuestra política pública de comunicación diferencial desde y para los pueblos.
Para abordar estos espacios trabajamos dos días consecutivos en cada encuentro a través de discusiones abiertas, comisiones y plenarias orientados (as) en las siguientes preguntas: ¿Cuáles son las principales problemáticas en el territorio?, ¿Cómo afectan a nuestros procesos políticos organizativos? y ¿Cómo estamos resistiendo la agresión?; ¿Cuál es el sentido de la comunicación indígena?, ¿cuáles son las formas propias de comunicar que tenemos?, ¿Cuáles y para qué hemos apropiados medios de comunicación?; ¿Cuáles deben ser los principios de nuestra política?, ¿Qué estrategias debemos implementar? y ¿Qué líneas de acción proponemos?. Durante los intercambios de cada espacio de discusión se propició la participación y la ampliación de las reflexiones y al final de cada eje (Lectura de contexto; la comunicación indígena y líneas para el camino de la política), retomamos las líneas generales de los intercambios y presentamos una lectura de contexto sobre la base de la esencia de las participaciones en cada encuentro.
En estos encuentros, nos juntamos comunicadores (as), periodistas, comuneros (as), autoridades, líderes (as) y diversos representantes del pueblo Nasa, Inga, Kamsá, Pasto, Kokonuko, Totoró, Misak, Awá, Muruy, Embera Katio, Embera Chami, Embera Dóvida, Kankuamo, Wayuu, Muiska, Pijao, Zenú. Todas y cada uno de ellos, reflexionamos ampliamente desde la apuesta comunicativa que se necesita para seguir resistiendo y construyendo en nuestra casa grande: el territorio.
A continuación compartimos la esencia del resultado de los intercambios sobre nuestra realidad, problemáticas y propuestas tejidas al territorio y a la comunicación durante los tres encuentros. Resultados para los cuales hemos propuesto una estructura que facilita la lectura política de los intercambios, sobre la base de nuestra experiencia como Equipo Coordinador del Foro Nacional de Comunicación Indígena conformado por el CRIC, la AMCIC y el Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida-ACIN:
Proyecto de muerte afectando los Planes de Vida
Durante estos intercambios se evidenciaron problemáticas y agresiones que afectan profundamente nuestros pueblos y que están matando a nuestra Madre Tierra, con la implementación de un proyecto de muerte que busca nuestro despojo. Al mismo tiempo, identificamos y nos reconocimos en nuestros Planes de Vida, desde los cuales resistimos y tejemos alternativas frente a la muerte. Entonces empecemos por decir que el proyecto de muerte que sólo busca acumular y convertir nuestra Madre Tierra en mercancía usa diversas estrategias de sometimiento, entre ellas sufrimos el terror y la guerra, la legislación de despojo, la propaganda ideológica y la cooptación.
En ese sentido, analizamos que tiene que haber terror y guerra de parte de todos los actores alzados en armas para garantizar el saqueo de nuestra Pachamama: exploración y explotación de tierra (monocultivos), de minerales (sed de oro), de hidrocarburos, de madera, de agua (represas, desvió de ríos, hidroeléctricas), de oxígeno, entre otros, a través de transnacionales, varios megaproyectos y grandes iniciativas como el IIRSA (Integración de Infraestructura Regional Suramericana). El conflicto armado entre actores legales e ilegales causa el desplazamiento para garantizar el despojo de las tierras con sus constantes reclutamientos, asesinatos selectivos, masacres, persecuciones, secuestros, amenazas, señalamientos, desapariciones, abusos sexuales y violaciones constantes a comuneras y comuneros.
Al mismo tiempo, la siembra, la transformación y la promoción de cultivos de uso ilícito en el territorio traen drogadicción, narcotráfico, prostitución, fumigaciones, enfermedades, violencia y muerte. De esta forma, la entrada de transnacionales y sus megaproyectos a los territorios; la presión del gobierno con las locomotoras mineras; la privatización de los bienes comunes; el plan de consolidación cívico militar y todo lo que nos mata junto a la Madre Tierra, es necesario para que unos pocos llenen sus bolsillos, mientras los pueblos nos desangramos y nos quedamos sin un pedazo de tierra para vivir.
Simultáneamente, aplican la legislación de despojo con leyes, convenios y tratados como el “libre comercio” para reglamentar a favor de las transnacionales, sus transgénicos, sus monocultivos, sus códigos mineros, sus megaobras, su salud, su comunicación y su educación mercantil y un sinnúmero de iniciativas con las que hasta manipulan las consultas previas a favor de las corporaciones representadas en el gobierno; imponen tarifas e impuestos desde el gobierno a favor de los empresarios; legalizan la privatización de todos los bienes necesarios para vivir; y cobran hasta el uso del espacio electromagnético que para nosotros los pueblos indígenas es parte de la Madre Tierra y no puede tener dueños.
En fin, son los dueños del poder los mismos que construyen estas leyes para legalizar y garantizar el robo a mano armada contra nuestros territorios, donde no sólo convivimos indígenas, sino también negros, campesinos y muchos otros procesos organizativos que buscamos estar en equilibrio y armonía como buenos hijos de la Madre Tierra.
En este marco, también la propaganda ideológica juega un rol fundamental en la invasión cultural y cercamiento de nuestro territorio del imaginario a través de instrumentos e instituciones como la escuela, la iglesia, las corporaciones y los medios masivos, que invaden nuestro qué hacer cotidiano provocando la pérdida de la lengua materna, de la medicina tradicional, de la educación y de la comunicación propia, y hasta de nuestro territorio. Esta propaganda no sólo busca deslegitimar nuestras luchas a través de estructuras como la organización de los pueblos indígenas de Colombia- OPIC y la tergiversación de la información por los medios masivos sino que también rompe nuestro proceso político organizativo con la compra y la entrega de dinero a muchos líderes y representantes de nuestras comunidades.
Es claro que la entrada de transnacionales y sus megaproyectos a los territorios; la presión del gobierno con las locomotoras mineras y demás; la privatización de nuestro derechos; el plan de consolidación cívico militar; el conflicto armado; la educación occidental que coloniza niños, jóvenes y adultos; la propaganda televisiva y entre muchas más problemáticas que someten, son algunas de las principales causas externas del despojo de las comunidades indígenas y del debilitamiento de los procesos político organizativos.
Pero al mismo tiempo, nos encontramos con la cooptación como sometimiento a nuestros procesos y a nuestros representantes en diversos ámbitos. Cómo nos oponemos a las políticas abusivas de las transnacionales, de la institucionalidad, del gobierno, de las ong´s y de varios sectores económicos entonces sus agentes identifican a nuestros representantes y hasta les entregan bonos y migajas a cambio de la entrega de nuestro territorio. Obviamente no todos aceptan estas prebendas, pero muchos en todo el país y en continente se han dejando llevar por intereses personales, económicos y de poder, provocando conflictos y divisiones internas, porque tenemos líderes autoritarios que imponen decisiones individuales y se limitan solamente a la ejecución de proyectos descuidando el proceso político organizativo.
Todo esto, debilita nuestros procesos políticos organizativos, nuestra autoridad, nuestra autonomía, nuestra justicia, nuestra soberanía alimentaria y afecta progresivamente el tejido social, ya que son las comunidades quienes sufren el impacto directo e indirecto de toda la agresión y sus estrategias de sometimiento contra los pueblos indígenas.
Pese a esta agresión sistemática, todas y muchas más estrategias de sometimiento, los pueblos indígenas y los procesos políticos organizativos representados en Cabildos, Organizaciones, Consejos y demás, continuamos luchando y recreando nuestras experiencias comunitarias para fortalecer la colectividad, la reciprocidad, la comunariedad, la solidaridad, la unidad y muchos principios más que caracterizan y deben seguir rigiendo a nuestros Planes de Vida.
En ese camino, venimos fortaleciendo la defensa del territorio a través de Mingas de Resistencia Indígena de los pueblos para iniciar diálogos con los gobiernos y para seguir tejiendo entre pueblos y procesos; el trabajo con la Guardia Indígena para el ejercicio del control territorial de nuestros resguardos; las consultas previas autónomas, libres e informadas para decidir en nuestro territorio; las escuelas y tejidos de comunicación para defender los procesos; los medios de comunicación como la radio para denunciar la agresión contra nuestra comunidad e visibilizar nuestras luchas por el territorio; los recorridos y espacios de diálogo territoriales para el fortalecimiento de la conciencia comunitaria; las constantes movilizaciones y acciones de hecho contra los megaproyectos para defender el territorio.
Además, avanzamos con la investigación comunitaria; la educación y la formación integral de niños y jóvenes; la unidad y la protección de la cultura; la visibilización y el fortalecimiento de los procesos internos y externos; la sensibilización cultural y de resistencia desde la comunicación propia y los medios apropiados. Al mismo tiempo, vemos urgente la consolidación de todos los procesos políticos organizativos, la lengua materna; las estrategias comunicativas, los medios de comunicación autónomos; la formación de líderes y lideresas; la salud y educación propia… para resistir y seguir tejiendo comunidad en el contexto de agresión que estamos viviendo, con el propósito de defender la vida y el territorio.
La comunicación indígena como alternativa frente a la mercantilización de la palabra
“Mientras los agentes del modelo económico transnacional nos invaden el territorio del imaginario con propagada y crean agencias para imponer su proyecto de muerte. Nosotros y nosotras apostamos a tejidos de palabra y acción para caminar dignamente con nuestros pueblos y consolidar nuestros Planes de Vida”, fue la principal reflexión que motivó los intercambios sobre comunicación en el territorio y todo lo que esta significación conlleva para nuestros pueblos.
La comunicación indígena ha sido un proceso de construcción ancestral, que ha permitido mantener la existencia de los pueblos indígenas. La esencia de la vida se traduce en la Madre Tierra, todo lo que rodea a un ser indígena por eso su relación y su respeto con ella. El sentir nuestro se expresa en la música, la danza, el canto, los tejidos, las pinturas corporales, los sueños y en particular en la lengua materna. De este modo, las autoridades, los colectivos de comunicación y demás participantes en todos estos encuentros, planteamos la ley de origen como principio fundamental de nuestra comunicación, desde la cual se fortalece lo espiritual y lo material. Todo se evidencia en las prácticas de vida que orientan el camino de los pueblos.
La Madre Tierra, el territorio y la tierra es la columna de todo el ser indígena, alrededor de esto se habla de gobierno propio, salud propia, educación propia, economía propia, comunicación propia y así se ha ido construyendo el proceso como pueblos indígenas. Para nosotros todo tiene vida: las piedras, el agua, el viento, el sol… los espíritus están vivos en los sitios sagrados. Todo está en red, los conocimientos de nuestros guías espirituales están en red con la naturaleza. Cuando alguien se enferma o cuando la tierra está enferma, ellos se encargan de aliviar y mejorar estos desequilibrios, con la sabiduría del buen manejo de las plantas.
Así la comunicación indígena se basa en las prácticas propias de cada pueblo y en la transmisión de conocimientos ancestrales que buscan mantener el diálogo permanente y el equilibrio armónico entre los seres espirituales, las personas y la naturaleza.
La comunicación propia nos permite recrear, compartir y transmitir nuestra memoria, realidades y sueños de lo que somos como pueblos, a través de la palabra, las señas, los sonidos y las diferentes formas de expresión de los seres de nuestra Madre Tierra. Nuestra comunicación es como el espiral que tiene un punto de inicio y se va desenvolviendo en el tiempo, avanza pero vuelve a encontrarse con ese punto de inicio que es nuestra Ley de Origen. Así se va desenvolviendo el caminar y el crecimiento de nuestros pueblos.
Los espíritus nos indican el camino, entender el lenguaje de la naturaleza es entender que somos parte de la misma. Para los pueblos indígenas el primer espacio de comunicación y educación tiene origen en el fogón, en la asamblea, en la minga, en la huerta, en la familia. Desde allí caminan en la práctica los consejos que dan los abuelos (as) a sus nietos (as), los padres a los hijos, también a través de las enseñanzas como los tejidos, la preparación de los alimentos, la utilización de las plantas tradicionales. El relato de los mitos, las historias, las vivencias diarias se convierten también en aprendizaje cuando se comparte alrededor del fogón.
La comunicación en los pueblos indígenas está presente en todos los espacios de diferentes maneras, porque todo nos comunica: el cosmos, la naturaleza y sus seres nos hablan, la familia nos orienta, la comunidad nos forma. La comunicación propia educa y transmite conocimientos, autoridad e identidad. La comunicación propia es sabiduría y enseñanza de vida, lo podemos ver en ejemplos sencillos y profundos: cuando en los territorios se acerca la época de lluvia las hormigas trasladan sus huevos y sus hijos a otros hormigueros para protegerlos. Entonces leer y entender los mensajes de la naturaleza son un principio de comunicación que permite nuestra pervivencia.
Nuestros ancestros, los Jaibanás, los The Wala y demás guías espirituales han transmitido su saber y sus conocimientos de generación en generación. De hecho, son los mejores comunicadores que tenemos en nuestro territorio. Las abuelas y los abuelos leen la naturaleza, la luna, el tiempo, el sol, las plantas medicinales, porque lo que está a su alrededor es conocimiento y práctica de vida.
En la actualidad los pueblos hemos adoptado, adaptado y apropiado herramientas técnicas de comunicación para la complementariedad de los procesos. Medios que nos permiten expresar en otros espacios nuestras realidades, pensamientos, acciones para intercambiar y colectivizar con otros pueblos y procesos; medios que usados estratégicamente nos facilitan denunciar toda la agresión del proyecto de muerte y sumar resistencias en el continente; medios que nos ayudan a visibilizar nuestros gobiernos propios, nuestras propuestas y alternativas fundadas en nuestros Planes de Vida. Medios que son medios, porque nuestro fin es la comunicación.
Por eso, la complementariedad entre los espacios de comunicación propios y las herramientas apropiadas, es urgente para armonizar nuestra palabra desde lo ancestral hasta lo coyuntural. Las herramientas apropiadas como radio, escritos, audiovisuales, fotografías, internet e imágenes complementan la comunicación de los procesos, visibilizando su relación con el territorio y la apuesta organizativa. La investigación propia también ha sido otra forma de encontrarse con la memoria, el caminar y el pensamiento de los Pueblos Indígenas. Los jóvenes están preguntando, consultando, escribiendo para no dejar perder la sabiduría ancestral que están en nuestro territorio, en palabra y acción de las mayoras y los mayores.
Hilando caminos para el tejido de una política de comunicación pública diferencial
Retomando nuestras reflexiones acerca del contexto de agresión que vivimos a través del proyecto de muerte, nuestras propuestas tejidas desde los Planes de Vida, la comunicación propia y los medios de comunicación apropiados, reflexionamos y consensuamos que nuestra política de comunicación debe partir de nuestra propia ideología y no de costumbres politiqueras occidentales. Que debe diferenciarse no sólo en el discurso, sino también en la práctica cotidiana colectiva fundada en los principios organizativos que nos han permitido fortalecer nuestras luchas en los últimos 40 años. Y que tiene que ser esencialmente para la defensa, la protección y la visibilización del territorio y de los Planes de Vida.
La política que necesitamos es la que le da sentido a la comunicación indígena, es saber para qué comunicamos, y es caminar nuestros principios y pilares de vida para orientar nuestro trabajo. Nuestra política es el tejido de la palabra y la acción dignas para defender la vida y el territorio. La palabra y la acción comunicativas como liberación NO como mercancía. En consecuencia, asumimos que el carácter crítico de la comunicación debe ser transversal, deber estar tanto en nuestros principios, como estrategias y líneas de acción.
La comunicación no puede ser caja de resonancia ni propaganda de autoridades sino tejido colectivo y conciencia desde las comunidades. Una comunicación de abajo hacia arriba para mandar obedeciendo, como dicen los Zapatistas. Nuestra comunicación debe seguir siendo un espacio abierto para la reflexión y el debate. Nuestra comunicación es horizontal y desde abajo. Nadie Manda Comunicando la palabra de la autoridad entre indígenas. Por el contrario, la autoridad recoge el mandato de las comunidades a través de la comunicación y es orientada por este mandato.
El desafío es precisamente informarnos para reflexionar, decidir y actuar en todos los espacios para lograrnos comunidades CONSCIENTES, MOVILIZADAS Y ACTUANDO EN COHERENCIA. Sabemos que no hay nada más peligroso que alguien pensando y decidiendo sólo a nombre de un pueblo y nada más valioso que un pueblo decidiendo a consciencia en su conjunto. Ese es el sentido fundamental de la comunicación de, desde y para los pueblos indígenas. Comunicar para la verdad y la vida.
En consecuencia proponemos los siguientes principios para nuestra política de comunicación diferencial:
– Autonomía fortaleciendo comunicativamente la autoridad, la unidad, la tierra y la cultura desde el movimiento indígena. Comunicar desde nuestra propia espiritualidad, liberar el territorio del imaginario y descolonizar nuestra palabra y acción para seguir siendo con los seres de la Madre Tierra
– Resistencia consolidando los procesos de información, educación, reflexión, decisión y acción para entender la agresión y defender la vida. Usar estratégicamente las formas de comunicación propias y los medios de comunicación apropiados para concientizarnos y movilizarnos de la mano de las comunidades,
– Tejidos entre pueblos y procesos a través de Mingas de pensamiento y acción para acompañarnos en el camino de la palabra y en la defensa del territorio colectivo con los pueblos. Tejidos y redes de comunicación indígenas y populares.
– El valor de la palabra que permita pensar y actuar para comunicar en consecuencia con nuestros principios organizativos. Comunicar críticamente la palabra del pueblo y para el pueblo, no para profundizar contradicciones, sino para reconocerlas y superarlas en comunidad.
Teniendo claros estos principios, se pensaron algunas estrategias para avanzar en el camino de esta política de comunicación diferencial desde y para los pueblos. Estrategias orientadas al fortalecimiento de la identidad cultural, al trabajo colectivo con la comunidad, al uso de adecuado de medios; y al intercambio de experiencias. Así se plantearon líneas estratégicas para nuestra política como:
– Articular procesos y redes de comunicación indígena para fortalecer las resistencias y los procesos políticos organizativos en los territorios.
– Formación integral a las y los comunicadores (política –técnica- propia-profesional). Escuelas propias y apropiadas para el tejido de saberes.
– Caminar el territorio para trabajar de la mano con las comunidades desde y para los pueblos. Sensibilizar sobre la comunicación propia, conocer las realidades y consolidar los contenidos comunicativos.
– Recuperar y fortalecer la esencia de la comunicación propia.
– Uso y transformación de los medios externos apropiados bajo los principios organizativos de los pueblos indígenas.
– Intercambiar y articular entre procesos de comunicación del Abya Yala.
Con el ánimo de caminar en la práctica hacia estos principios y estratégicas también se formularon algunas líneas de acción para nuestra política como:
– Investigar, estudiar y analizar constantemente las amenazas a nuestro territorio para informar y concientizarnos con las comunidades.
– Apropiar los medios de comunicación externos para articular discusiones y debates entre actores sociales del territorio.
– Mostrar lo “bueno” y lo malo de todos los proyectos e iniciativas que entran a nuestros territorios través de las formas y medios de comunicación para tomar decisiones con la comunidad.
– Fomentar la práctica de nuestra lengua propia y del diálogo de saberes para fortalecer los procesos culturales.
– Conseguir que las autoridades se acerquen, apropien más los procesos comunicativos e integrar la discusión de comunicación en todos los espacios de decisión de las organizaciones.
– Establecer mecanismos creativos internos y externos para el sostenimiento económico de los procesos comunicativos
– Consolidar comunicadores y comunicadoras coherentes con la palabra y la acción de los procesos políticos organizativos
– Iniciar un proceso de autorreconocimiento y fortalecimiento de los Planes de Vida.
– Articular la comunicación a todos los tejidos, programas y procesos de la organización.
– Promover intercambios de experiencias entre los procesos de comunicación más reconocidos en del país para apoyar a los que están iniciando.
– Consolidar los espacios de formación y capacitación existentes en comunicación indígena.
– Realizar investigaciones comunitarias para fortalecer la comunicación.
– Capacitar en lo administrativo para buscar la autosostenibilidad de los procesos.
– Consolidar una agenda de trabajo y contenidos comunicativos en red.
– Retomar mandatos y pronunciamientos de comunicación para hacer un documento único que permita la incidencia política interna y externa en todos los espacios de comunicación indígena.
Así mismo, se plantearon algunos recursos para seguir debatiendo y analizando durante el Foro Nacional de Comunicación Indígena y después de este, porque la intención es empezar a caminar las líneas estratégicas que alimentarían nuestra política pública de comunicación diferencial. De este modo, seguimos compartiendo algunas propuestas en borrador para el debate y para el fortalecimiento colectivo:
Recursos jurídicos: propusimos crear un grupo jurídico con personal de los diversos pueblos indígenas que tienen experiencia en propuestas de comunicación en el país. Este equipo deberá justificar la necesidad de nuestra política no sólo desde lo establecido en la Constitución Política de Colombia, sino también desde nuestra legitimidad como pueblos ancestrales, sobre la base de la Ley de Origen y nuestra cosmovisión, y desde nuestro derecho a la comunicación autónoma. Sugerimos crear una base de datos con información sobre leyes, convenios y tratados nacionales e internacionales que nos garantiza el derecho a informarnos y a comunicarnos; trabajar una propuesta diferencial de emisoras indígenas; defender la propiedad intelectual, cultural y simbólica y revisar compromisos en comunicación para exigir cumplimiento.
Recursos económicos: planteamos exigir al gobierno los recursos económicos necesarios para fortalecer la comunicación propia y apropiada que responda a la realidad de nuestros territorios. De tal modo, exigimos la financiación para recorrer el territorio, discutir y fortalecer la comunicación propia y apropiada; la exoneración del pago del espectro electromagnético y de los servicios públicos de los centros de comunicación y solicitamos a Mincultura y a Mincomunicaciones adecuar las convocatorias a la realidad de los pueblos.
Recursos técnicos: proyectamos solicitar al gobierno todo el apoyo requerido para acceder a los recursos y herramientas técnicas que faciliten la información y comunicación desde nuestra diversidad. Así apuntamos a la creación de una plataforma nacional para compartir información y estar en contacto permanente, y al mismo tiempo, exigimos dotación y mantenimiento de medios ya existentes, y apoyo en la producción propia y formación técnica en los centros de producción radial, audiovisual, digital e impreso, pero desde nuestras propias experiencias.
Recursos humanos: requerimos el sustento para la formación integral de nuestros comunicadores y comunicadoras en nuestras escuelas propias de comunicación y también en las universidades. Para fortalecer nuestro recurso humano solicitamos apoyo para dar continuidad a nuestras Escuelas de Comunicación existentes (formación política y técnica) y para seguir los intercambios de saberes y experiencias desde Colombia.
Entre muchos recursos más, urgentemente necesarios para empezar a construir nuestra política de comunicación pública diferencial. Por ahora les compartimos los anteriores y esperamos que en la reflexión e intercambio durante el Foro Nacional de Comunicación Indígena podamos alimentar estas líneas y consolidar una ruta más clara para continuar en la construcción colectiva de este sueño que nos convoca desde y para los pueblos.
Equipo Coordinador Foro Nacional de Comunicación Indígena, Popayán, Cauca, Colombia.
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