La estrategia de promoción de Democracia que se pusiera en marcha en el primer gobierno Reagan involucrando a la CIA, los dos partidos políticos de EEUU (NED y IRI),  USAID ha seguido actuando con una flexibilidad estratégica esencial. Como bien lo señalaron en su momento investigadores como William Robinson, la promoción de la Democracia se adapta a contextos diversos.

En una clasificación pedagógica, Robinson esquematizaba más o menos en tres grupos de países y regímenes los modelos de esta estrategia. A mi manera de recordar y entender los presento acá:
 

1. En situaciones donde hay gobiernos de derecha, autoritarios y totalitarios, impuestos por el imperio, pero que han generado descontento social creciente, como las dictaduras del Cono Sur, debe hacerse una “transición a la democracia”, abriendo grietas y canales restringidos para remover a los dictadores y consolidar el modelo del libre comercio. Esto fue exitoso en países como Filipinas (Marcos), Chile (referendo por el No y reemplazo de Pinochet), Argentina y Brasil. Salieron efectivamente los dictadores, las gentes lucharon dentro de canales restringidos que el régimen les dejo y mientras el esfuerzo se concentraba en sacar a los dictadores, el modelo se consolidaba y establecía. Sacaban las dictaduras para salvar el modelo. Ganó el neo-liberalismo y cambiaron el gobierno.
 
2. En países con regímenes electorales ilegítimos, pero con gobiernos comprometidos con la tecnocracia neoliberal y las medidas de ajuste, la estrategia se infiltra en movimientos sociales y políticos para promover participación electoral, legitimar visiblemente estos procesos y hacer que ganen las políticas neoliberales. Entre muchos ejemplos, el de Colombia es ilustrativo con la elección de César Gaviria y el proceso Constituyente que tiene un discurso y principios de derecho, bases sociales legítimas apoyando el proceso, pero cuyo eje fundamental es el neoliberalismo con las políticas de ajuste, el impulso a la infraestructura y Megaproyectos extractivistas en torno del Libre Comercio y el Consenso de Washington y, finalmente, el Control Social con una combinación de Consenso, con la imagen de legalidad y acuerdos y Coerción, frente a procesos sociales divididos etc. La intención es que el régimen se relegitime sin cambios profundos aunque lo sean solamente en apariencia y en el discurso, cooptación de líderes y organizaciones a cambio y con la condición de que todos los que luchaban contra el régimen, ahora neoliberal, lo defiendan como necesario e inevitable. De la transformación a un reformismo, mientras el libre comercio no se cuestione. Reducir efectivamente el horizonte político de los pueblos a lo viable en las condiciones impuestas por el régimen: este es el objetivo estratégico de la “promoción de la democracia”
 
3. En países con gobiernos que resisten al neoliberalismo, la estrategia incluye un proceso de penetración creciente a través de proyectos con organizaciones sociales existentes o creadas y muy legítimas, con credibilidad por parte de las bases, enfocado a mujeres, barrios populares, temáticas como educación, salud, juventud. Áreas en las que, a través de financiación de proyectos auto gestionados, se aborden de manera técnica problemas estructurales con el doble propósito de ganar la confianza de la gente en torno de soluciones concretas a problemas de fondo, “empoderando” grupos sociales selectos y normalmente relegados, por una parte.
 
Por otra y de manera simultánea, promover procesos electorales en la lógica de política técnica, desvaneciendo el análisis político y generando un pragmatismo en torno del progreso y de la tecnocracia administrativa eficiente. Es decir, una penetración por abajo que hace visibles movimientos sociales, problemas, descontentos y recluta activistas al tercer sector de ONGs financiadas con condiciones y reglamentaciones severas y con una autonomía real pero enmarcada en un ámbito restringido, mientras se desenvuelve la promoción desde arriba de partidos y proyectos electorales o políticos que impulsarán “cambios” (los movimientos naranja por la democracia, por ejemplo o la visita del Papa a Cuba, hacen parte de esto). El resultado estratégico es generar y aprovechar iniciativas sociales y comunitarias que desafiarán a través de mecanismos electorales a los regímenes en el poder, asfixiados en un contexto económico adverso. Este “cambio”, con bases sociales crecientes, a través de estrategias muy inteligentes e impulso a procesos realmente legítimos, lleva, por diversas vertientes, a un proceso popular-social de estallido y elecciones durante las cuales, la posición moderada, con mayor capacidad técnica y respaldada por recursos de la “comunidad internacional” conduce inefablemente al neoliberalismo y a las políticas de ajuste. Glasnost, Perestroika, ilustran este modelo. El resultado es que las bases luchan por transformaciones necesarias, mezcladas con fascistas y manipuladores, para que gane el despojo extractivista y las políticas del FMI. Entre otras regiones y países, toda Europa del Este conoce esta experiencia.
 
La Mafiosidad indispensable y sus adeptos
 
Como es evidente, la Promoción de Democracia no se quedó en los años Reagan y nunca abandonó, por el contrario, se articula con el terror, la represión, las guerras (también fue promoción de democracia Libia, Irak, Siria etc.). La estrategia se sofistica y se fortalece. Entre otras cosas, aprende a aprovechar las contradicciones reales de los diversos procesos y fomenta procesos sociales legítimos de manera autónoma, para servirse de estos y de sus frustraciones, trabajo y reclamos. Es más, genera todo un mercado laboral y político para líderes de luchas sociales y populares, ex insurgentes, dirigentes indígenas, populares, sociales. Se apropia de las agendas populares con líderes que usurpan estas agendas, no importa si son o no de izquierda. Lo que importa es que su vanidad, su ambición y su proyecto particular usurpe lo popular.
 
La estrategia se basa en fomentar una cultura de la mafiosidad para la que vale todo, desde lealtades y honor, hasta acuerdos y arreglos, que se sirvan de lo que sea, para dominar y ganar. Algún día se sabrá, por ejemplo, cuanto ha conseguido Lula y el PT en lo económico, a cambio del poder en nombre de la transformación y sobre la base de trayectorias y discursos de lucha y resistencia. Se trata de mantener el discurso, defender las causas y las lealtades, pero al interior de círculos que se ubican en el mercado y en la lucha por el poder buscando ventajas comparativas gremiales y organizativas en las condiciones del sistema. Pueden ahora hacer lo que quieren, lo que saben y con salario o enormes inversiones y ganancias en el mercado especulativo en alianzas estratégicas con los sectores más poderosos del capital. Sólo que la estructura los limita a hacerlo (y ellos se justifican ante la inevitabilidad de las reglas del juego) en el marco de condiciones económicas, demográficas y laborales que terminan controlando el alcance e impacto y generan una dependencia que hace competir a quienes deberían aliarse, de modo que terminan ampliando el mercado de lo social y político convertido en mercancía para beneficio de la acumulación de estos grupos.
 
Con el tiempo, de manera casi imperceptible, este abordaje estratégico confunde izquierdas y derechas. Nosotrxs y ellos. El pragmatismo coyuntural, el manejo monetario y tecnicista, la burocratización y la apropiación del discurso y de figuras visibles de la izquierda o de los movimientos indígenas y populares (o mejor, la compatibilización activa por parte de estas nuevas élites de las luchas populares con los intereses y mecanismos del mercado), la defensa religiosa, sacralizada, incuestionable de los nuestros, así hagan lo mismo que los opresores, hace que la mano invisible termine confundiendo el sentido de la política y de la lucha social y que en últimas, lo que importa es conseguir, ubicarse, tener poder. El discurso y el sentido son máscaras para hacer marketing y reclutar adeptos.
 
Nada de esto es posible sin la ruptura de procesos político-organizativos por la vía de cerrar espacios de reflexión y crítica. Reemplazar con mafiosidad todo y en todos los ámbitos. Transformarlo todo en medios. Reclutar  en el proceso ingenuos o sectarios capaces de creer sin cuestionar, obedecer sin debatir y aceptar la doctrina aunque la realidad, que no ven, que se niegan a que exista, la desmorone en la práctica. Hacer lo que conviene por encima de lo que se decida en colectivo. Seguir creyendo porque lo intolerable no es que se nos mienta, sino reconocer que nos están mintiendo quienes están de nuestro lado o nos representan porque son nuestros líderes. Borregos obedientes a nombre de la libertad y el debate, de la causa y la participación. Delegar poder en lugar de representación colectiva. Generar autoridades incuestionables, que decidan por las bases. Pero siempre, siempre, aprovechar con propósitos estratégicos el descontento colectivo y los problemas reales.
 
Aprovechar estratégicamente lo que sirva para acumular o para defender agendas colectivas
 
En este fermento, los que desde el imperio impusieron dictaduras y masacres fomentan los derechos humanos y las comisiones de la verdad. Los que despojan para Megaproyectos, exigen libertad y derechos etc. Los que luchan contra ellos, los aceptan como inevitables para no quedarse fuera. Los que siguen a quien manda con su discurso, los defienden sectariamente sin abrir los ojos y sirven al propósito de exprimir, silenciar, desterrar y eliminar a quienes aún defiendan causas preguntando y exigiendo coherencia.
 
¿Quienes somos nosotrxs y ellos en estos contextos en los que en principio hay que aceptar y asumir un lado de una ecuación del sistema?
 
Nada sirve más a esta estrategia que no entenderla y desdibujarla de manera caricaturesca. La Contra en Honduras y Nicaragua, por ejemplo, no habría surgido con el apoyo de la CIA y del Pentágono, si el FSLN, el Comandante Tomás Borge, no hubiera llamado al diálogo a los líderes de la Misquitia para meterlos en un avión militar y encarcelarlos mientras ordenaba sacarlos de sus territorios ancestrales y meterlos en cooperativas socialistas manejadas por comandantes negando su historia, sus procesos colectivos y su arraigo territorial. Así como este, hay un ejemplo tras otro. Esto no justifica la Contra, pero la explica sin duda alguna!
 
En fin, la promoción de la Democracia está por ahí. Phil Agee, el ex agente de la CIA que muriera en Cuba luego de apoyar desde allí y desde Venezuela procesos populares en América Latina, expuso con evidencias esta estrategia y, a riesgo de su vida, contó lo que sabía en un libro muy conocido.
 
La defensa contra este tipo de maniobras no es la paranoia que señala y persigue a cualquiera que sea crítico y defienda espacios de análisis de contradicciones. Por el contrario. Desde COINTELPRO, que empezó terminando con las Panteras Negras y su excepcional capacidad político-organizativa, fomentar este tipo de paranoias y denuncias es parte de la estrategia para dividir los procesos y que sean los propios militantes quienes se eliminen entre si. Cerrar espacios de debate, negar las contradicciones, encubrir los fracasos propios, proteger corruptos cuando son nuestros y solamente señalar los de ellos, fomenta una implosión de los procesos que promueve la tecnocracia de derecha y el autoritarismo neoliberal como únicas salidas “razonables”.
 
Nada fortalece más un proceso que la decisión colectiva, la crítica constante al autoritarismo, la denuncia del enriquecimiento a nombre de la revolución etc. Nada debilita más que el cheque en blanco a líderes y dirigentes aún cuando se sabe que van detrás de lo suyo. La mafiosidad suplanta el sentido de las luchas, los discursos son estrategias para manipular pueblos y lo que importa es conseguir dinero y poder por el “bien de la gente”, así la gente no sea ni consultada ni esté de acuerdo y termine sacrificada en el proceso. De esta manera se caen gobiernos y procesos desde los niveles de base hasta arriba.
 
La Promoción de la Democracia tiene un sistema y recursos en sus manos. Lo que hace es aprovecharlos en diferentes contextos más allá de los discursos. De allí que, por ejemplo, en gobiernos progresistas, como lo ilustra con creces las iniciativas políticas actuales del gobierno de Bolivia, con las leyes mineras, la privatización del agua, los acuerdos que garantizan seguridad a la inversión del gran capital y la futura apertura al extractivismo de hidrocarburos, actúan tanto desde dentro del Estado, haciendo políticas coherentes con el neoliberalismo (TIPNIS, Explotacion minera, TLC, ITT Yasuni, Leyes Monsanto), mientras el discurso es contra el mismo. Y, simultáneamente atacando desde afuera a esos mismos gobiernos con medios de comunicación, maniobras económicas, elites de oposición, redes sociales etc. Este sándwich, que cierra consciencias, funciona. Ni gobiernan para el pueblo, ni son aceptados por la derecha. Ni el pueblo los reconoce, ni se atreve a denunciarlos, atrapado entre lealtades en torno del poder y no en torno de las agendas de lucha desde abajo, mientras se van deslizando a la sin salida en hechos de terror. Lo que se abandona y se suplanta a propósito con todo esto es el sentido y los horizontes comunitarios y populares de las luchas. Los pueblos son suplantados y reclutados en una polarización sangrienta de la que ganan uno u otro dueño de las agendas…la derecha!
 
La Promoción de la Democracia funciona allí donde territorios, colectivos y procesos se cierran al debate, a la decisión colectiva y al control social de los procesos. Allí donde unos manipulan y la mayoría u obedece o se decepciona. ¿Cuanto sabrán ya de como aprovechar todo esto?
 
En este contexto llega este informe sobre la acción e intervención con USAID y redes sociales. Seguramente es apenas un componente mínimo de un aparato enorme. El problema no son las Redes Sociales. Sino que no lo sean, a menos que los espacios colectivos y críticos se defiendan y no los aparatos. La resistencia de la gente y las alternativas populares al capital o son de la gente y son alternativas, o son contra la gente así hablen su idioma. Pero esa es la pregunta y el desafío, ¿como resistir la promoción de la democracia desde los pueblos?
 
La única manera de no encontrar respuestas es no hacer las preguntas apropiadas y necesarias. Si el control de los procesos populares no se basa en la colectividad consciente o esta es perseguida y negada sistemáticamente, el debate colectivo, el mandar obedeciendo, el no venderse, no cansarse y el no dejarse engañar, la democracia de los fascistas se impone gracias a nuestro apoyo e impulso.
 
Hay un lado de la historia que no puede seguirse sacrificando si es que alguna vez puede caer el capital por mano de los pueblos. Es, precisamente, los pueblos. Ni las vanguardias iluminadas, ni el señalamiento y persecución a quienes reclaman coherencias, ni el monopolio del poder y de la fuerza por quienes controlan el discurso y la ideología son transformadores. A lo sumo, son la manga izquierda de la camisa de fuerza con la que nos despojan y asfixian. Saber lo que hacen ellos, para resistirlo desde nosotros, la única manera de no seguirlos ayudando y eliminando a nuestras y nuestros compañeros. El fascismo y la derecha se consolidan. Vale la pena saber cómo lo hacen, para que no nos sigan pudiendo incluir en su ecuación y estrategia…
 
Publicado el Jueves, 10 Abril 2014 13:38
Autor: Manuel Rozental
Fuente: Pueblos en Camino

 

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