Saludamos alborozados la realización de este Foro para evaluar 20 años de privatización del puerto de Buenaventura. Son 20 años de escalada en la explotación de la fuerza de trabajo del la negritud del Pacífico y del saqueo de los recursos generados que tan solo dejan el 15% al Distrito, estimulando la necesaria unidad obrera y popular porteña para ordenar la casa.
Afirmamos sin temor a equivocarnos que la devastación que vive hoy Buenaventura tiene como núcleo central los efectos económicos, sociales y políticos generados por la privatización portuaria y demás decisiones económicas guiadas por la errática política neoliberal, hoy de capa caída en el mundo entero, que para beneficio de los oligarcas fue convertida en guía económica suprema en la obsoleta Constitución del 91.
Los cerca de 400 mil porteños confirman a diario que el desempleo de 2 de cada 3 habitantes en edad laboral corresponden a las consecuencias de la privatización. Situación que hoy hace crecer el clamor popular exigiendo la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente al servicio del pueblo para generar una Nueva Constitución Democrática que subsane estas demenciales y antinacionales definiciones. La responsabilidad política general de esta debacle corresponde a las fuerzas mayoritarias en la Constituyente del 91 y, en particular, al ex presidente César Gaviria que como gobernante impuso la privatización, junto a Juan Manuel Santos quien fuera su primer ministro de comercio exterior, pero ahora eluden el balance de sus nefastas políticas.
La enajenación del patrimonio público de Puertos de Colombia a favor de empresas particulares beneficiarias de las rentas y del trabajo del puerto, como lo confirmó el superficial debate realizado el pasado martes 22 de abril en el Senado en ausencia del alto gobierno, es una vergüenza más en la historia de la clase dirigente y sus partidos Liberal, Conservador y las disidencias convertidas en falsos “nuevos partidos” como “La U”, Cambio Radical y el Centro Democrático. Estos partidos han justificado la pobreza extrema del puerto con tesis racistas como “los negros son brutos, perezosos e indolentes”, tesis que tiene el contraste clasista que este balance reconfirma: debido a la miseria por el trabajo no pagado a la negritud explotada, los inversionistas se lucran con muchos millones de dólares.
Al igual, ha crecido el desempleo con el manejo de una modernización portuaria que no va asociada a la generación de nuevos empleos con la inversión directa del Estado en la diversificación pesquera, maderera, minera y agropecuaria. He aquí otro gran desacierto neoliberal que reza “dejar la inversión en manos de la iniciativa privada y al mercado” apartando al Estado de la inversión económica directa. Veinte años nos permiten hablar con razones plenas de Planes de Desarrollo (incluyendo la actual Alianza Pacífico) que –parodiando al inmortal García Márquez— son un “fracaso anunciado”.
La tragedia de hace 20 años fue la liquidación alevosa de oportunidades para las generaciones venideras y no solo de los trabajadores y el patrimonio de la estatal Puertos de Colombia. Hoy la mayoría ciudadana ve repetir como farsa histórica las elaboraciones de escritorio en Bogotá con eco en líderes locales vendidos al capital. Ellas desconocen las leyes de un capitalismo decadente y voraz, con crisis general que avanza en medio de crisis cíclicas generando pobreza para las mayorías.
Los políticos más notables de los partidos tradicionales en Buenaventura y el Pacífico de ayer y de hoy (alcaldes, gobernadores, congresistas, concejales y diputados) o bien son socios de sociedades portuarias o han sido cómplices sus tropelías contra Buenaventura; de hecho, desestimulan al movimiento social que hoy crece demandando un Plan de Choque y alternativas estructurales económicas y sociales, así como apertura democrática al pueblo.
Las autoridades han perdido la gobernabilidad, y no la recuperarán con militarización y anti democracia, sino con medidas económicas asociadas a la inversión económica y social, ligadas a la discusión democrática que permita al pueblo, al constituyente primario, decidir sobre las reglas de juego del Distrito de Buenaventura. De allí que invitemos a rechazar con energía el “golpe de mano” que le dio el presidente Santos a la Alcaldía distrital el 8 de marzo pasado al montar un alto oficial y una Comisión Especial de bogotanos con súper poderes. Además, las autoridades distritales han perdido autoridad por la corrupción rampante que festina las migajas dejadas a Buenaventura por la Sociedad Portuaria.
La violencia que azota toda Buenaventura, pero más a los barrios humildes de los esteros y a los de la bajamar de la isla Cascajal, lleva a preguntarse en este Foro Portuario… ¿Quienes necesitan esos territorios urbanos? …no los poderosos narcos que sacan droga mimetizada con mil artimañas y burlan la base militar de Málaga, controlada por el Comando Sur del Pentágono; de ellos no son los planes de expansión portuaria. La exclusión del pueblo negro tiene una base social y económica clasista-histórica, generadora del racismo desde los tiempos de la esclavitud. Los herederos de los antiguos amos se empeñan en explotar el trabajo de los obreros afrodescendientes a niveles indescriptibles y para ello es el régimen de terror. Así emerge el coro militarizar entonado por los funcionarios del Estado que están en el nada inteligente intento de solucionar los problemas estructurales de la economía con medidas de fuerza contra la población, con el terror de las “casas de pique” y los incendios “inexplicables”, entre otras barbaridades que asocian con políticas portuarias inconfesables pero adivinadas por los afectados, los habitantes del Pacífico que quieren mantener eternamente en la exclusión y toda Colombia.
Saludamos este Foro Portuario y llamamos a no fatigarse preguntándose y respondiéndose: ¿Dónde están los billones de pesos que anualmente entrega la Sociedad Portuaria al distrito de Buenaventura? ¿Son festín para corruptos? ¿Cuánto queda a los beneficiarios de la privatización –las Sociedades Portuarias— en vez de beneficiar a la ciudadanía?
La Ley 70 del 93 reconoce derechos que obligan al Estado a destinar presupuestos diferenciales para la comunidad negra, afro descendiente, palenquera y raizal del país, en ciudades y campos como Buenaventura y la Costa Pacífica, pero este derecho no es recogido en los textos del Plan de Desarrollo. Esa ley reconoce la consulta previa, pero Santos y sus antecesores la burlan al elaborar la reglamentación del Distrito de Buenaventura y autorizar unilateralmente los mega proyectos portuarios y minero-energéticos. El régimen político pisotea –a conveniencia y con estilo fascista— los convenios internacionales y su propia Ley, asunto que gana rechazo. Además la interlocución, ubicada en la Ley 70/93, solo funciona cuando hay protesta con acciones directas como paros cívicos y el plantón del 12 de marzo pasado a pesar de las promesas de Santos en su visita electorera del 8 de marzo.
Buenaventura requiere un Plan de Choque que neutralice lustros de abandono y empiece a desplazar la miseria atacando de fondo al desempleo y elevando ingresos y salarios para lo cual es indispensable: -re estatizar los puertos, acueductos y alcantarillados, la educación y la salud. -el Estado debe asumir la explotación minera, pesquera y maderera creando empresas industriales y comerciales que conserven el medio ambiente y generen empleo, multiplicando el presupuesto tomando como fuente principal la recuperación de los ingresos que hoy van a las Sociedades Portuarias y sin endeudamiento externo. –incremento salarial a los portuarios. -reforma agraria integral, incluyendo soluciones al narcotráfico contra la falta de alimentos y el desplazamiento por razones económicas según lo aprobado en la Cumbre Agraria, Étnica y Popular de 2014. -Inversión social en educación, salud, recreación y en la construcción masiva de vivienda digna, con régimen especial para la asignación. También es indispensable una política tributaria y presupuestal que rompa el centralismo y no repita como Colpuertos tributando a los oligarcas de Bogotá y Cali.
No cabe duda, es acertado desde este Foro Portuario solidarizarse con el Paro Agrario Nacional y tomar en cuenta la importancia de votar en blanco en las elecciones presidenciales, como forma de sacudir al régimen político que con el fraude elegirá a su amaño al Jefe de Estado. El resultado del voto protesta fortalecerá al campo popular en las contiendas de clase venideras tanto en Buenaventura como en toda Colombia
¡Viva el Foro Portuario! ¡Vivan los trabajadores portuarios!
¡Por dignidad y salvación para Buenaventura no más privatización portuaria!
Movimiento por la Constituyente Popular -MCP-
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