En los últimos años, las comunidades indígenas del norte del Cauca han venido enfrentando una agudización de los atropellos y los ataques contra la comunidad. Además de la agresión de los actores armados, las políticas despojadoras de los gobiernos y la invasión de las empresas nacionales y transnacionales de nuestros territorios; también enfrentan la descomposición social al interior de las comunidades.

 
En diferentes rincones del norte del Cauca, las comunidades han sido testigos de la degradación que se viene presentando en la comunidad afectando gravemente la armonía en los hogares y en  los espacios comunitarios. Así, con gran preocupación, las comunidades de diferentes resguardos han registrado hechos de suma gravedad cometidos por personas que también son comuneras de estos resguardos. Hechos como violaciones, asesinatos, suicidios que muestran el deterioro de figuras principales al interior de la comunidad como son el hogar y la mujer.
 
Es sumamente preocupante la cantidad de violaciones y asesinatos contra niños y mujeres que se han presentado en diferentes resguardos.  Las personas afectadas y cercanas a estos hechos se preguntan si las razones puedan ser que muchas parejas se conforman a muy temprana edad lo cual no permite un entendimiento y la conciencia suficientes de lo que significa la crianza de los hijos y las implicaciones de la convivencia en pareja.
 
Esta y otras posibles causas se deben seguir investigando porque la comunidad ya ha advertido que estos crímenes pueden seguir repitiéndose, produciendo nuevas víctimas y más deterioro de la armonía de las familias y las comunidades en general. Es urgente que estas dificultades se aborden entre las comunidades y las autoridades, conjuntamente.
 
En la reciente XIV Asamblea del programa de la Mujer se hicieron reflexiones frente a todas acciones que atentan contra la vida, entre esas, recordaron los últimos hechos de feminicidios en el territorio nasa:
 
Porque nos duele la vida de las mujeres y hombres del universo
 
Liliana Ramos, comunera, autoridad tradicional del resguardo de Tacueyó, madre de 5 menores, asesinada en la vereda Asomadero del municipio de Toribio, hace apenas 2 días, el lunes 27 de julio en horas de la madrugada por parte de su excompañero sentimental.
 
Luz Mary Ascué Secué, asesinada por su compañero sentimental el día 6 de julio en las instalaciones del Centro Educativo Cecidic, hecho en el que resultó gravemente herida su pequeña hija.
 
Ana Nohemí Corpus Mestizo, madre de 2 hijos, comunera del resguardo de Canoas, encontrada sin vida el pasado 26 de mayo, su cuerpo presentaba signos de tortura y de violencia sexual.
 
Y recordar también a la familia de Yeradi Anacona, mujer de 22 años, a quienes en un acto de celos, su compañero y padre, se envenena con toda la familia, hecho en que sobrevivió dolorosamente la compañera Yeradi.
 
El Tejido de Comunicación habló con diferentes personas de la comunidad, autoridades y comuneros, quienes analizan esta grave problemática:
 
“Un nuevo hecho de violencia enluta a la comunidad del resguardo indígena de Tacueyó. El domingo 26 de julio, una mujer de 30 años de edad quien hacia parte del cabildo Indígena como alguacil, fue asesinada por su compañero sentimental con arma blanca. Ella deja cinco hijos huérfanos. Estos casos no solo se presenta en dicho resguardo, también se encuentran casos en los resguardo de Toribio, San Francisco, Canoas, Caloto y entre otros”, así lo mencionó Floresmiro Noscué, gobernador del Resguardo de Tacueyó.

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Hechos que preocupan a las comunidades y a las familias por dicha crisis, por la pérdida de los valores en la sociedad y el descuido de las prácticas culturales y espirituales como pueblos indígenas, generando el desequilibrio familiar y social.
 
“A esta desarmonía se le suma el desorden que hay en cuanto el aumento de los cultivos de uso ilícito, el incremento de los establecimientos públicos y las festividades tradicionales que se realizan en las comunidades por más de cuatro días, dejando como resultado la descomposición social y familiar por no haber control en esta clase de eventos”, manifestó el Secretario de Gobierno de Toribio, Miller Correa.

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“Es dolorosa esta situación, ¿quién tiene la culpa? Ahora dirán muchos que es el cabildo. Si de pronto mañana los siete directivos del cabildo toman la decisión de acabar con los cultivos ilícitos, todo el mundo se vendría encima… ¿qué está pasando en el resguardo?…De qué nos sirve que en nuestra vereda venda tanto dinero para que miremos qué le queda a nuestra vereda… Así que no dejemos aguantar hambre a nuestro hijos, queramos a nuestra compañeras y sepamos elegirla para no tener inconvenientes”, mencionó el comunero del resguardo de Tacueyó. 

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Ante esta situación es necesario hacer un alto en el camino y reflexionar desde las familias para encontrarles soluciones a las dificultades que se presentan sin generar violencia, es necesario retomar la autoridad en los hogares.  Es necesario rescatar el respeto en las familias y es necesario hacer control de los establecimientos públicos y los eventos sociales como las fiestas, para la buena convivencia, para vivir en armonía y en equilibrio en nuestro territorio.
 
“La comunidad indígena nasa del norte del Cauca seguimos siendo afectados por el desorden familiar que día a día nos coloca en riesgo de exterminio entre los mismos, reafirmamos el plan de vida porque es la única forma de vivir en armonía y en equilibrio con la Madre Naturaleza, por eso nos negamos a desaparecer como Pueblo Nasa, y hacemos frente a la luchas frente a la política neoliberal y al proyecto de guerra que han implementado estos gobiernos de nuestro país. Sin embargo hoy 28 de julio nos estamos viendo de luto nuevamente por la falta de conciencia y la falta de respeto por la vida de los comuneros y nuestras mujeres. Rechazamos la muerte y la violencia en nuestro territorio contra las mujeres, ni una más”, dice el Comunicado del resguardo de Tacueyó frente a la crisis de violencia contra las mujeres, niños y niñas. 

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Tejido de Comunicación – ACIN