.
Ahora, no la vamos a conocer porque nos negaron el privilegio con su muerte, como nos niegan el privilegio de conocer tanto desconocido y desconocida que hay por ahí, con nombres y vidas que no nos llegan, pero no por ello dejan estar en la luminosidad de sus vidas humildes y ejemplares, luchando con dignidad por la libertad y por la vida sin que jamás les importe figurar fuera de la penumbra a la que las y los han condenado, porque viven para vivir y sembrar futuro.
Es que tampoco hemos conocido a la mayoría de quienes han sido desaparecidas y desaparecidos en la Historia que se hizo para negarlos, ignoradas e ignorados. Es que no conocemos todavía a la humanidad que sacará a esa BOLA DE CABRONES de nuestras tierras e imaginarios para que Nunca Más! vuelvan a ignorarnos y a empobrecernos y a matarnos.
En la vereda El Guavito, Cabildo Indígena de López Adentro, Cauca, Colombia, mientras participábamos del I Encuentro para formarnos como tejedores de comunicación en defensa de la vida, la libertad y la dignidad, nos enteramos del asesinato de Betty, a través de un comunicado y después de observar un video donde ella denunciaba las trasnacionales mineras y hacía un llamado a la unidad de los pueblos, comunidades y organizaciones.
Rechazamos el asesinato de Betty, quien además desde su labor como comunicadora, se oponía a la invasión y al apoderamiento del territorio de San Juan Copala. Valentía que no sólo admiramos como tejedores de la palabra digna, sino que llamamos a todos y a todas a seguir ese ejemplo. Porque igual que en México, en nuestro país también vivimos la constante amenaza y el asesinato de compañeros y compañeras que defienden el territorio de la explotación, por tanto genera militarización, desplazamiento forzado, detención y judicialización de quienes exigen el derecho a la vida y a la permanencia en armonía en sus territorios.
No es coincidencia entonces que en los últimos meses se hayan incrementado las amenazas de los paramilitares contra varios procesos sociales y populares del país, tal como se ha evidenciado con organizaciones como: la Comunidad de San José de Apartadó, la Pastoral Social de la Diócesis de Tumaco, el Pueblo Misak, la CUT, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, entre otros. Todo lo anterior, en el marco de los tratados internacionales de comercio y de la mal llamada Seguridad Democrática, para garantizar la expansión de las trasnacionales y la acumulación de capital.
Paralelo a esto, en la zona norte del Cauca en particular, los enfrentamientos armados entre la fuerza pública y las Farc se han incrementado, afectando a varios civiles que son los que mayoritariamente terminan pagando el costo de la guerra, no sólo con la interrupción de sus prácticas comunitarias, la invasión y la ocupación de sus territorios, la violación constante de sus derechos humanos, sino que muchas veces pagan con sus propias vidas. Todos estos acontecimientos evidencian una vez más que los pueblos y los procesos conscientes en este país, somos un estorbo para el poder trasnacional y por ello usan diversas estrategias para dividirnos y aniquilarnos. Así pretenden tener el camino libre para consolidar y avanzar con su proyecto de muerte.
Como estudiantes de la Escuela de Comunicación “El Camino de la Palabra Digna” y en representación de organizaciones indígenas, afros, campesinas y urbanas del país, ratificamos que tenemos un Plan de Vida conjunta, y no un plan de muerte y de engaño. Por ello, nuestro llamado es a seguir unidos fuertemente como eslabones de las cadenas de vida para crear, unir ideas y pensamientos y no para oprimir, humillar y aniquilar como lo hacen los señores de la guerra, a quienes rechazamos vengan de donde vengan.
Insistimos en enviar nuestro mensaje más sentido a Betty, con quien nos identificamos en su camino de lucha y de resistencia. Nuestro mensaje a una desconocida más, que levantó la palabra desde la tierra, desde las mujeres, como una y todas las mujeres indígenas y anunció que nos tienen miedo porque les perdimos el miedo y aterrados la mataron los cobardes, para seguir robando.
Nosotras y nosotros no conocimos a Betty Cariño, pero la conocemos ahora que no se nos va a olvidar nunca. Ahora, porque es más cercana que nadie en estos momentos en que buscamos cómo compartir el dolor con su familia, su comunidad, sus mujeres y amistades. Ahora, que su lucha nos reclama convertir en camino de millones su palabra hermosa. Ahora que las transnacionales de la minería y de la muerte, que nunca han cesado en el despojo por El Dorado, asumen que volverán a esconderse en la impunidad de sus malos Gobiernos, sus leyes, sus mentiras y sus asesinos a sueldo. Ahora que quienes la mataron, habrán cobrado sus monedas a los mandaderos de los mandaderos de los mandaderos de los asesinos que mandan a matar y no saben nada. Ahora que la nombramos ante el espejo para exigirnos el derecho de nombrarla. Porque decir tu bello nombre, Betty…..Cariño, es asumir una vida que no cabe en palabras y la decisión de hacer justicia y alcanzar la libertad.
Pero también a los malos Gobiernos como el de Canadá frente a los cuales Betty denunció a las transnacionales y demostró su valor, les gritamos con todo nuestro dolor que no les tenemos miedo!. La mataron. Ya no va a estar. Se fueron sus palabras de mañana, pero se quedan las de siempre y las estamos caminando. Sembraron prematuramente a Betty en la Madre Tierra desde donde sigue viviendo.
Al firmar esta nota proclamamos desde acá, cada una y cada uno, que desde hoy, no hay un árbol, una planta, una vida o una criatura que no sean ahora Betty. Betty, te conocemos y te nombramos en todo lo que es vida para ponerla en libertad. Allí, poco a poco, te vamos a conocer. Cuando alcancemos tu conciencia ejemplar, tú fuerza de llama, tu belleza de madre, para luchar como tú lo haz hecho contra quienes nos despojan y por la vida. Cuando los campos sean libres y se haya hecho justicia. Cuando los pueblos no necesitemos figurar en los medios comerciales para existir. Cuando nos hayan dejado, por nuestra mano, de expropiar y explotar. Cuando los hayamos detenido para siempre en su afán de matar la tierra y sacarle la vida. Cuando se pueda vivir, Betty, así no más, vivir, todo lo que es te dará las gracias y ese día Cariño, te habremos conocido.
Firman participantes de la Escuela de Comunicación “El Camino de la Palabra Digna”:
Colectivo Ayahuasca, Medellín
Red Juvenil, Medellín
Colectivo Contracultura Bella Ciao, Bogotá
Rostros y Huellas del Sentir Humano, Buenaventura
Colectivo de Investigación Minga de Pensamiento, Cali
Colectivo de Comunicación Popular el Andarín, Cali
Fundación para el Desarrollo de El Placer, Valle del Cauca
Consejo Comunitario ASONACER
Red de Comunicación Alternativa, Manizales
Unidad de Organizaciones Afrocaucanas- UOAFROC
Reservas Campesinas, Caloto Cauca
Organización Indígena del Casanare – ORIC
Organización Regional Indígena del Valle – ORIVAC
Organización Regional Indígena del Huila – ORIHU
Unidad del Pueblo Awá – UNIPA, Nariño
Cabildo Central de Asentamiento Indígena, Valle
Comunicadores y Comunicadoras de Tierradentro
Consejo Comunitario Cerro Teta, Suárez
Territorio Ancestral Kizweño
Comunicadores y Comunicadoras de Caldono
Cabildo Ancestral Pueblo Misak
Tejedores de Comunicación ACIN
Más comentadas
Noticia de Último Momento
Organizaciones indígenas del Cauca acuerdan compromisos con el Ministerio de Educación
Noticia de Último Momento
CONVOCATORIA PERSONAL – ACIN FEBRERO DE 2017.
Noticia de Último Momento
Hacía el Tercer Congreso Zonal de la Cxhab Wala Kiwe 2017
Comunicados Nasaacin
Movimiento indígena del norte del Cauca ACIN en máxima alerta por la ejecución mediante atentados de amenazas paramilitares.
Comunicados Nasaacin
Una vez más se repite la historia de violación del derecho a la vida vulnerando los derechos humanos a nuestros comuneros y comuneras colocando en riesgo los habitantes del resguardo indígena de huellas.
Comunicados Nasaacin
LAS CONSECUENCIAS POR DEJARNOS DESLUMBRAR DEL ESPEJISMO DEL DINERO Y RIQUEZAS ATENTANDO CONTRA LA MADRE TIERRA.
Comunicados Nasaacin
Continúan las amenazas de Águilas Negras a comunidades indígenas en Caloto, Cauca, Colombia.