Los tiempos han cambiado al igual que la comunicación, y las comunidades en resistencia nos hemos ido apropiando de herramientas tecnológicas como estrategia clave e indispensable para la defensa de la vida.

 

Con una nutrida asistencia entre el 24 de abril y el 1 de mayo comenzó la escuela de comunicaciones del Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la verdad y la vida ACIN (Asociación de cabildos indígenas del Cauca). En la vereda El Guavito, resguardo indígena de López Adentro, Corinto, Norte del Cauca.

Históricamente los pueblos Indígenas han venido construyendo orgánicamente estrategias de lucha para la conciencia crítica, la resistencia y la permanencia en el territorio. Con las enseñanzas transmitidas por los mayores a sus hijos y nietos han mantenido un diálogo de saberes para la protección de la Madre Tierra y de sus comunidades.

En la actualidad las comunidades indígenas del norte del Cauca han venido fortalecido espacios comunicativos para resistir a la agresión sistemática del capital neoliberal contra los planes de vida comunitarios. Para esto es fundamental realizar una lectura del contexto socio político en cual se ubica el mundo hoy, pero no sin antes hacer un llamado a la memoria, no sin antes recordar a los líderes como la Gaitana, Juan Tama, Manuel Quintín Lame y Álvaro Ulcué que lucharon para defender, frenar el expolio y liberar la tierra.

Con mirar atrás podemos entender que este modelo económico dominante y de muerte surgió gracias al robo de las riquezas del suelo latinoamericano. En los inicios de la conquista la plata y el oro de este territorio entró a la moribunda sociedad feudal europea para fundar el mercantilismo capitalista que comparado con el neoliberalismo de hoy, no difiere mucho en sus intenciones; por el contrario podemos decir que entramos a otra etapa de la conquista, donde los gobiernos sólo son una marioneta de los patronos mundiales para obtener de nuestros territorios las fuentes de recursos naturales y obtener mano de obra barata a costa de lo que sea.

Los tiempos han cambiado al igual que la comunicación, y las comunidades en resistencia nos hemos ido apropiando de herramientas tecnológicas como estrategia clave e indispensable para la defensa de la vida. Estas son las emisoras, los videos o documentales, los impresos y las  páginas Web; como canales necesarios que llevan la voz de los pueblos y poner la palabra consiente para resistir y transformar.

Pero no sólo basta con adquirir canales donde se de cuenta de la realidad, también es necesario crear espacios formativos donde se hagan diálogo de saberes y se repliquen conocimientos; generar espacios participativos de información, reflexión, análisis y decisión que fortalezcan las capacidades de los procesos para actualizarse, reaccionar de manera oportuna y apropiada, generar acciones conjuntas, movilizar, compartir la información en todos los ámbitos y tomar la iniciativa sobre temas y asuntos críticos. Además de convertir la comunicación en un instrumento de los procesos y en responsabilidad y derecho colectivo de todas y todos.

De allí surge La Escuela de comunicación “El camino de la palabra digna”, para la conciencia crítica y la defensa integral de la vida y el territorio, principalmente para los jóvenes indígenas Nasa de los resguardos de Cerro Tijeras, Huellas Caloto, Caldono, Corinto, Canoas, Miranda, San Francisco, Tacueyó, Toribío, Jámbalo, López Adentro, entre otros, y algunos indígenas de Tierra Adentro, entre los límites de Cauca y Huila, indígenas Misak del resguardo de Silvia, indígenas de Florida Valle y algunos indígenas del Casanare pertenecientes a la ORIC (Organización Regional Indígena del Casanare) del resguardo de Caño Mochuelo.

También llegaron compañeras y compañeros Afro de Villarica y Puerto Tejada de la Unidad de organizaciones afrocaucanas – UOAFROC, de Buenaventura pertenecientes a la Fundación Rostros y Huellas, y jóvenes citadinos provenientes de Santander de Quilichao, de Cali de la Universidad del Valle y del Colectivo de Comunicación Popular El Andarín, de Manizales de la Red de Comunicación popular y Pensamiento-Palabra-Acción por la Bio-diversidad, de Bogotá de la Universidad Nacional, y de Medellín de la Universidad de Antioquia y de la Escuela de formación Popular.

Este es un proceso formativo de transformación que camina y teje la palabra. Al igual que la Minga de Resistencia Social y Comunitaria se abre para compartir experiencias y conocimientos. Por eso a la escuela llegamos al rededor de 150 personas para formarnos como comunicadoras y comunicadores en el camino de la palabra digna, para contar nuestra realidad y contrainformar ante la desinformación de los grandes monopolios de la información al servicio del poder dominante y excluyente.

La Escuela transcurrirá en encuentros de una semana cada dos meses hasta el mes de diciembre y nuestra tarea como participantes es replicar los aprendizajes adquiridos para alimentar y fortalecer nuestros procesos locales y de resistencia en cada uno de nuestros territorios. Esta es una educación desde las bases y para beneficio de la comunidad.

 

[ Fuente: Periódico Impreso Periferia ] [ Autor: Bruma]