Hoy fue un día muy agradable y con mucho trabajo. Salimos de la casa grande ubicada en la vereda El Guavito, Resguardo López Adentro, donde estudiamos Comunicación, abordando una chiva qué nos llevó a Los Chorros equivocadamente, luego a otro lugar y al fin encontramos La Selvita, el sitio indicado; allí nos bajamos de la chiva bajo un torrencial aguacero, era la Naturaleza mostrándonos lo feliz que estaba con nuestra presencia y nosotros buscando refugio, pues nos hacía mucho frío, pero que va!

 

Decidimos seguir con nuestro coordinador a la montaña; durante el trayecto cantamos canciones alusivas al proceso, al igual gritábamos consignas. ¡Qué panorama! Era encantador vernos todos mezclados por una causa, indígenas, campesinos, académicos y afros.
Nosotras las mujeres  haciendo lo nuestro y ellos sorprendidos, más que un trabajo  era una integración, parecíamos hormigas trabajando ordenadamente, bajando pesados trozos de madera de pino, ¡Qué pesados! ¡¡¡¡Ufff!!!!!!.

El terreno enmalezado, empinado, angosto y lleno de lodo y nosotros mojadas(os). Los Hombres gritaban, silbaban y las mujeres como siempre entregadas a nuestra labor. Como el camino era pésimo siempre hacíamos contacto con la Madre Tierra creo que hasta se reiría de nosotros, pero la meta estaba por cumplirse. Bajar la madera, subirla al camión para llevarla al lugar donde se construiría la casa comunitaria, allí nos premiaron con un delicioso y abundante almuerzo y luego regresamos a la Escuela a ducharnos, descansar, cenar y recobrar energías, para continuar con nuestra capacitación.

[ Autor: Ilse Navia]