Hay “tantos temas”  de que escribir que no me decido por ninguno:  los políticos son intensos e interminables, los  temas judiciales  terminan siendo  amarillistas, las problemáticas sociales basta con escuchar noticias o leer algún periódico y  lo artístico no es de mi interés por el momento; en fin no  es ser pesimista a la hora decidirme qué escribir, en verdad es que el momento no  me  siento iluminado, ya que hay mucha  tela por cortar  en la situación  social  que  se vive  en el país.

Por lo menos, estoy sentado en la  sala de mi casa y lo primero  que tengo al frente es un televisor encendido, a mi lado un celular  con  audífonos   sintonizando a una emisora; nada  de esto me dice que pasa hoy con las personas que me rodean en el día a día. Sin embargo, me están trasmitiendo datos y datos de información que quién sabe si algún día utilizaré   o si son necesarios, ni siquiera se por qué estoy utilizando estos artículos, ¡ha!  Tal vez  si, por ocio.

Lo anterior  me  deja pensando que muchas personas sólo estamos  viendo la vida  tal como otros quieren que la veamos; no con nuestros propios ojos.  Lo que me lleva  a tal punto de retomar  este dicho “la  vida es una novela”  como  un ejemplo ante la situación de los colombianos. Es decir las novelas expresan  un melodrama  donde  hay un protagonista  y un antagonista,  el primero a tanto “sufrir” tiene un final feliz, el segundo obtiene un  final trágico después de  haber gozado viendo “sufrir al primero”, así que  puedo  decir que nos  hemos sentado a pensar en  dos entes como meta que sería lo  bueno y malo, pero si así fuera ¿quienes  están en un bando o en otro en esta nación? y ¿porque los hechos  históricos de drama  no  han terminado?

Se que hay otros  componentes,  no  solo el  bueno  y el  malo para crear  un  posición  ante la situación  social  y una forma de  pensar diferente,  sin embargo, para entrar a ellos hay que buscar fuentes de información.  Un mecanismo es la lectura como forma de ampliar mi conocimiento, que termina siendo  un muy  buen hábito, la dificultad es para tomarlo  ¡y que difícil!. A pesar de ello espero lo antes posible iniciarlo ya que se hace necesario.

En conclusión, hay que escribir pero para ello tengo que comenzar a investigar y creo que todavía no es tarde para hacerlo, porque lo que está  en la  vuelta de la esquina no es siempre lo mejor ni la solución.

 

Autor: Oscar Guerrero]