[ 07/08/2010] [ Fuente: Minga de Resistencia Social y Comunitaria ] [ Autor: Organizaciones Sociales de Colombia]

Colombia, nuestra nación es fruto de las luchas llevadas a cabo desde ayer hasta hoy, por indígenas, afrodescendientes esclavizados, campesinos, artesanos, estudiantes, comerciantes e industriales pequeños y medianos, obreros y demás trabajadores, con los marginados y desempleados de ahora, quienes en el curso de cinco siglos, con sus búsquedas de sustento y libertad y con sus manos de labor, han transformado el territorio que ocupamos, dándoles vida a las culturas que nos identifican.

 

 

En movilización Bogota:
tras 518 años de resistencia y 200 años de lucha de los pueblos
19 de julio de 2010
De la Independencia a la Emancipación

Actividades:

10 a.m.: Parque San Victorino:
Reivindicación de la participación popular en las luchas por la independencia, soberanía, justicia, paz y dignidad en Colombia.Valoración del liderazgo de José María Carbonell y compañeros de gesta.
12 m.: Casa del Florero: 200 floreros, 200 Gritos de la Independencia
12:45 p.m.: Casa donde Bolívar sufrió intento de asesinato:
Denuncia del atentado político, y de la violencia, como instrumento de control y dominio por parte del Estado colombiano.
1:15 p.m.: Casa de Manuela Sáenz:
Reivindicación del papel desempeñado por la mujer en 200 años de construcción nacional.
2 p.m.: Teatro Media Torta. Acto político cultural:
Lectura de documentos, Manifiesto Colombia, Instalación Congreso de los pueblos, Emplazamiento al próximo gobierno. Intervención de grupos musicales.

Colombia, nuestra nación es fruto de las luchas llevadas a cabo desde ayer hasta hoy, por indígenas, afrodescendientes esclavizados, campesinos, artesanos, estudiantes, comerciantes e industriales pequeños y medianos, obreros y demás trabajadores, con los marginados y desempleados de ahora, quienes en el curso de cinco siglos, con sus búsquedas de sustento y libertad y con sus manos de labor, han transformado el territorio que ocupamos, dándoles vida a las culturas que nos identifican.

De la Independencia a la Emancipación

Como parte de nuestra historia, hace 200 años se avizoró la ruptura del yugo colonial español. Sin embargo, muchos de los propósitos que impregnaron la batalla con fuerza social de indios sobrevivientes y negros rebeldes o libres quedaron truncos, pendientes de su concreción, más allá que un gorro frigio en el escudo. Entonces, nuevas formas de dominio extranjero produjeron otras y actuales formas de dependencia. En este marco y esta memoria, no olvidamos que en 1809 por el continente abrió su puerta el ciclo de los alzamientos de criollos, mantuanos, contra el dominio de España en nuestra América.

Recordamos la guerra social desatada y sellada para Sur América y Panamá en 1825 con la derrota del imperio invasor en la batalla de Ayacucho (1824), y de manera culminante contra España, décadas después, con la gesta del pueblo cubano y sus mambises en su guerra necesaria de 1898 en postrimerías del siglo XIX. Dos siglos después, nuestros pueblos se miran en el espejo de la historia para procesar sus luchas y proyectar nuevos desafíos. Así como ayer, con un profundo sentido latinoamericano. Estos procesos convocan a la memoria histórica.

Llaman para un acto presente, de reconocimiento de los grandes y pequeños procesos, con reivindicaciones puntuales o generales que tomaron la palabra, la plaza o el cabildo para expresar sus inconformidades y proyectar su potencialidad como sujetos sociales. Hoy, desde los generadores actuales de movilización y organización social, es posible afirmar que esta conmemoración, como todo acto de memoria, es un problema del presente. Diversos hechos sociales han llevado a movilizar el pensamiento y el caminar para desatar la palabra, para nombrar esta historia y recordar todos aquellos caminos que nos conducen a coordinar nuestros esfuerzos y luchar en el presente, como acto colectivo de dignidad popular, con una profundidad histórica de 518 años.

Memoria y vida. Las luchas para lograr la Independencia están inscritas en procesos continuos y diferenciados, protagonizados por mujeres, hombres, indígenas, afroamericanos, campesinos, habitantes urbanos… que a lo largo de los últimos 200 años se han manifestado como acciones emancipatorias. Libertad, dignidad, capacidad de decisión y de proponer sobre la propia vida, todo lo cual hoy nos exige  un esfuerzo para mostrar que el Grito de Independencia surge de las gargantas y de la voz, así como de los actos de un sector de la sociedad neogranadina que no aspiraba a libertad y soberanía, sino a mejores condiciones para sus negocios. A la convicción y perseverancia del pueblo se deben los resultados finales de aquella jornada.

Pueblo que persiste, a pesar de 200 años de dilaciones y manipulaciones por parte de quienes detentan el poder. Es por ello que nuestro reto está en la capacidad de construir con los mandatos negados de aquel entonces, para –sin omitir diferencias– poner en diálogo el grito de libertad de los palenqueros, quienes toman la decisión de fundar poblados libertos; con las defensas territoriales de los pueblos indígenas que lucharon y siguen haciéndolo por la restitución de sus resguardos; por la liberación de la Madre Tierra como mecanismo para proteger el sustento de su existencia política, productiva y cultural; con los caminos de los arrochelados que subvirtieron la política del “divide y vencerás” del orden de castas colonial, para mostrar posibilidades de componer al sujeto popular con la fundación de pueblos de “todos los colores”.

Retomamos esta palabra y estos caminos tras 200 años de resistencias y propuestas sociales, para articular a los pueblos en torno a los mandatos de vida entretejidos en una palabra común. El 19 de julio de 2010 juntamos las voces, los mandatos, las propuestas y los caminos que a lo largo de 518 años de resistencia y 200 años de lucha han tejido una historia emancipatoria en Colombia, articulados a otros territorios de América Latina. Para ello, los procesos colecrivos y propuestas sociales aquí firmantes convocamos a mujeres y hombres, jóvenes y adultos, trabajadores del campo y la ciudad, desempleados, amas de casa, estudiantes, habitantes de barrios y veredas, pueblos indígenas, poblados campesinos y afrocolombianos… a construir los mandatos de nuestros pueblos y organizaciones, a fin de encontrar un mandato común: aquel que, como propuesta de nueva sociedad, pronunciaremos, defenderemos y llevaremos al Congreso de los Pueblos para convertirlo en legislación popular legítima, de todos y para todos.

De esta manera, pugnamos por hacer realidad el sueño de una expresión autónoma, alternativa y propositiva de los movimientos sociales de nuestro país. Somos conscientes de que éste es un tiempo más que largo para construir otros proyectos de sociedad, incluyentes de verdad, con vocación de justicia, y amantes de la soberanía y la integración regional, con proyección de nuestras capacidades y nuestras riquezas ante el continente y el mundo. En esta vía, el Congreso de los Pueblos adelanta e invita a abrir caminos para hacer esto posible porque, aún a 200 años de la que pudiera considerarse Primera Independencia, resistimos y llamamos a los sectores sociales para señalar que, a pesar de los injustos y dolorosos sucesos de los últimos 30 años (que tuvieron como objetivo imponer el modelo económico neoliberal y el régimen político autoritario, a costa de una sanguinaria y relativa desarticulación de las expresiones organizadas de nuestra sociedad), hoy los pueblos de nuestro territorio nos esforzamos por la paz y la justicia social.

Nuestro compromiso, por tanto, responde a la deuda que las actuales generaciones tenemos con la libertad, la justicia social, la soberanía y la reparación de la desigualdad.

Es tiempo de acción común. Llamamos a todos los inconformes, no alineados con el autoritarismo y la barbarie del régimen, a quienes desde diferentes tendencias y expresiones de pensamiento –hasta ahora dispersas– quieran confluir en el Congreso de los Pueblos, en una articulación que concentre sus fuerzas contra toda forma de sojuzgamiento extranjero, a construir un nuevo espacio de convergencia social y política que sea germen de una instancia de organización, y articulación de luchas y proyectos de sociedad independiente, soberana e igualitaria.

Invitamos a todas las personas, en procura de una sociedad soberana, en justicia y paz,  a darle cuerpo e instalar diversas formas organizativas, así como a formar parte de esta jornada que rememora luchas y retoma proyectos de país, con base en la búsqueda de “la mayor suma de felicidad posible para el pueblo” o la concreción del “buen vivir” como mandato supremo de los pueblos de Nuestra América.

Esta convocatoria está abierta para que sea suscrita por todas las organizaciones sociales y políticas que se identifiquen con la misma y estén dispuestas a su desarrollo y materialización.

Suscriben e invitan:

Minga de Resistencia Social y Comunitaria, Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo – Modep, Movimiento Magisterial Dignidad Educativa, Desde Abajo, Colectivo Rumbos (Transmisora Chimbilá), Comités de Obreros y Trabajadores Ignacio Torres Giraldo, Asamblea de Sectores y Barrios afectados por el Plan Centro – Bogotá, Periódico Macarenazo, Federación Universitaria Nacional –Fun –Comisiones, Consejo Comunal Barrio Potosí, Asociación por la Defensa de los Derechos de los Hijos del Pueblo –Addhip, Federación de Estudiantes de Agronomía de Colombia, Confluencia de Mujeres Bogotá, Proyecto Justicia y Vida, Centro Cultural Bareke, Rebeldía Estudiantil Organizada, Minga urbana Techotiva, Colectivo Juvenil Gaitana, Asociación de la Mujer Democrática, Proceso Nacional Identidad Estudiantil, Equipo Vientos del sur, Censat Agua Viva, Campaña de la Independencia a la Emancipación, Unión Sindical Obrera -USO Nacional -, Sintraemdes -Subdirectiva Bogotá-.

Minga de Resistencia Social y Comunitaria
Pag. Web: www.lamingasocial.org
Correos: comunicaciones@lamingasocial.org
mingasocialycomunitaria.col@gmail.com