Cuentan los que saben y dicen que en la tierra cósmica (espacio) existían dos corrientes de vientos. Antes, estos vientos corrían y corrían con tal fuerza pero sin rumbo por el espacio.

 

En una de esas correrías de pronto los dos se rozaron, los vientos eran personas, uno era mujer y el otro era hombre. La impresión que se dieron  ambos fue impactante, como queriendo saber del uno al otro, las dos corrientes de viento se cansaron de arremolinarse e hicieron un pare.

La mujer viento tenía anaco, su cinta asegurada con chumbe (faja), adornado de múltiples figuras. Además de su cinto, resaltaba una vara que en la punta tenía asegurado un manojo de lana del cual ella hilaba, era su vara de mando.

El hombre viento con ruana negra y pantalón que le llegaba hasta los tobillos. Con sombrero de hoja de caña brava, con los pies descalzos, en la mano izquierda portaba una vara de mando de oro.

Los dos se dieron una mirada y sus rostros inmediatamente clavaron sus ojos hacia abajo y se preguntaron quiénes eran.  

La mujer dijo:
-Yo soy UMA y soy  la mujer que teje la vida.  

El hombre a su vez dijo:
-Yo soy TAY, el hombre que construye vida.

Ya con confianza se dijeron que era importante conocer y socializar los saberes de los dos. De esta plática, por un buen rato, ambos se integraron. UMA pregunto:
– ¿Pero con quién más compartimos estas sabidurías?

La necesidad era evidente.  UMA Y TAY, formaron pareja, y  tuvieron muchos hijos.  Se dice que sus hijos son las estrellas, las lagunas, etc.

La laguna era una joven muy hermosa pero se sentía tan sola que decidió irse a las partes más altas de la montaña  y allí se fue a vivir.  Mientras, la estrella se fue a lo más alto del espacio y allí se ubicó, andaba en busca de una compañera y todos estaban casados.

Y entonces miró a la tierra en las partes planas y no encontró compañera. En un despiste miró hacia las montañas y vio una joven sola que allí vivía, pero la joven laguna no quería  tener pareja, y en un descuido la estrella penetró una de sus puntas y la joven quedo embarazada. Cuando ella  iba a dar a luz tronaba muy fuerte, caían rayos sobre ella, cuando dio a luz se formó una gran creciente sobre un rió  y de allí salió el cacique JUANTAMA. 

Así  cuentan nuestros mayores que UMA Y TAY nos dieron la vida.

RESGUARDO DE HUELLAS CALOTO CAUCA, V/ LA GUINEA.

DE: F. EDWARD MESTIZO HILAMO.