En nombre de la palabra de verdad que siempre ha defendido y compartido Héctor Mondragón, exigimos que se limpie su nombre. Lo limpiamos desde acá con plena certeza de lo que aseveramos.

La siguiente aseveración apareció ayer 29 de Agosto en un artículo publicado por el diario El Tiempo titulado “Rastrean giros de sindicatos de Canadá a la ONG Fensuagro que habrían terminado en las FARC”: “Y en un correo del 2 de abril del 2006, ‘Reyes’ le escribe a un hombre identificado como Héctor Mondragón: “Quiero presentarle a la camarada Liliany (…) ella trabaja conmigo y al mismo tiempo presta asesoría a Fensuagro (Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria) en su trabajo de relaciones internacionales. Naturalmente se trata de una camarada de absoluta confianza”.

El que “Reyes” le haya escrito a Héctor Mondragón esta nota, o que se haya comunicado con el es falso. Esta es una invención perversa, mal intencionada y por ello mismo constituye un señalamiento criminal que busca ensuciar el buen nombre, la transparencia incomparable, la honestidad incuestionable de un maestro y compañero que merece todo el reconocimiento, respeto y afecto de quienes lo conocemos y venimos aprendiendo de èl y con él desde hace muchos años. Tan bien lo conocemos y tan seguros estamos que podemos ser contundentes y definitivos en denunciar esta farsa repugnante y llamar a todas y todos los que lo conocen a hacer lo mismo.

Tendría que ser otro Héctor Mondragón el que recibiera esa nota, no el investigador, el asesor de procesos campesinos indígenas y populares en todo el continente y buena parte del mundo. El Héctor Mondragón que ha dado conferencias sólidamente documentadas, escrito textos invaluables e impecables por su fuerza, claridad y respaldo en la verdad, acompañado procesos y pueblos arriesgando su vida y entregando todo de sí por la verdad y la justicia, no recibió ese correo. Héctor Mondragón ha sido víctima de un señalamiento que busca difamarlo y silenciarlo.

Héctor Mondragón no recibió este correo, pero sí ha recibido amenazas, si ha sido perseguido, ha sido víctima de atentados contra su vida y la de su familia y fue torturado, precisamente porque toda su vida ha actuado con transparencia en defensa de la vida, de los derechos de los pueblos, de la justicia y denunciando desde la contundencia de los hechos los abusos de un orden económico excluyente que se enriquece con la mentira y la explotación infame. Que la institucionalidad del Estado se ponga al servicio de forjar falsas pruebas de modo que la justicia persiga inocentes, establece la ilegitimidad del orden social y genera el caos y la sin salida en la que nos tienen sumergidos. La autoridad es hija del respeto debido. ¿Quién puede respetar y quién puede exigir respeto desde el abuso autoritario de un poder que explota a los pueblos para perseguirlos y empobrecerlos y que inventa pruebas para silenciar a quienes buscamos por vía de la verdad y la coherencia una sociedad justa y libre? Perseguir a Héctor Mondragón es una infamia contra la vida, la libertad y el futuro.

La persecución contra Héctor Mondragón se da en el marco de una estrategia de cacería de brujas diseñada para vincular a personas e instituciones solidarias con las FARC. El propósito de esta maniobra macabra es el de meter en un mismo saco a quienes tienen vínculos con las FARC con quienes no los tienen y luchan por transformar una realidad injusta. Es en el marco de esta propaganda distorsionada que acusan a Héctor Mondragón y que se proponen perseguir a otras personas y organizaciones. El 24 de Agosto pasado, un día antes de la publicación del artículo al que hacemos referencia, El Tiempo publicaba una nota firmada por el Coronel Luis Alberto Villamarín, que ejemplifica de manera contundente esta estrategia. Este “analista de asuntos estratégicos” provee los argumentos distorsionados para perseguir a cualquiera que denuncie al régimen establecido o sea solidario con los procesos populares y de resistencia, como vinculado a las FARC, lo que es mentira; una mentira intencional para silenciar el disenso y la verdad.

En nombre de la palabra de verdad que siempre ha defendido y compartido Héctor Mondragón, exigimos que se limpie su nombre. Lo limpiamos desde acá con plena certeza de lo que aseveramos. La información contenida en esa nota que publica un correo falso e inexistente de Raúl Reyes dirigido a Héctor Mondragón es un invento, un señalamiento criminal, un acto de persecución infame y un preámbulo de lo que un régimen desesperado está dispuesto a hacer para silenciar las voces de quienes decimos la verdad. No haremos silencio. No es hora de callar. La verdad debe escucharse con firmeza. Así como siempre hemos contado con Héctor para que nos enseñe y acompañe, hoy lo acompañamos y reclamamos que una sola voz firme y contundente se levante frente al terror y la falsedad.

Asociación de Cabildos Indìgenas del Norte del Cauca-ACIN
http://www.nasaacin.org/noticias.htm?x=8530

Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida
Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca – ACIN
Telefax: 0928 – 290958 – 293999
Email: acincauca@yahoo.es
Web: www.nasaacin.org
Santander de Quilichao Cauca -Colombia

 

La memoria de los pueblos contra la memoria de los computadores del terror
Manuel Rozental begin_of_the_skype_highlighting end_of_the_skype_highlightingSimone Bruno
Los computadores del abatido Raúl  Reyes  se han vuelto como el bolso de Mary Poppins, de los cuales se puede sacar cualquier prueba que se necesite contra quien sea y en el momento oportuno. Ahora le tocó el turno al economista Héctor Mondragón, quien ha sido falsamente señalado de  tener vínculos con las FARC. 

La guerra colombiana es una estrategia de dominación, que justifica y confunde intencionalmente resistencias democráticas con resistencias armadas, terrorismo con lucha social y justicia social con amenaza para el orden institucional, con el único propósito de eliminar las primeras identificándolas con las segundas.  Como hemos intentado explicar por este mismo medio http://alainet.org/active/25910, el Modelo Colombia se dirige contra movimientos sociales y se exporta activamente. http://www.nasaacin.org/noticias.htm?x=6406

La paz tiene que parecer alcanzable pero nunca lo será hasta que el enemigo no sea acabado definitivamente y enemigos son todos los que no están de acuerdo con la clase dominante.  Solo luego de que habrá paz, la situación de todos los colombianos se mejorará mágicamente.  Esto es el postulado uribista: la causa de todos los males es la guerrilla y guerrilla son todos los que no sean uribistas.

En nombre de esta paz utópica, que se alcanza con muerte y la eliminación física,  todo se justifica;  así, mientras en todo el continente soplan vientos de cambios, en Colombia soplan los mismos vientos de guerra de siempre.

La historia se transforma en experiencia si la examinamos de manera cuidadosa repasando los hechos para aprender lecciones.  Ese repaso, ese camino hacia atrás se hace a través de la memoria, de las múltiples memorias que, tejidas desde la reflexión, se convierten en historia.  Pero la historia no es un terreno neutro y eso se sabe porque no es la misma la de los vencedores que la de los vencidos, la de los opresores que la de los oprimidos.  Quien gana es quien hace la historia simultáneamente negándole ese derecho a quienes quedamos sometidos a la historia oficial.  La experiencia enseña a los pueblos a ir tejiendo pacientemente y en contravía de la versión que se impone desde el poder, a desarrollar su verdad.  Solamente en la medida en que los sometidos hacen memoria, van tejiendo su propia versión y la convierten en propuesta, en proceso de transformación, en alternativa, se supera el sometimiento.  Los seres humanos nos organizamos y recordamos para hacer historia.  Si no levantamos la historia que nos merecemos, terminamos sometidos a la que nos imponen para beneficio de los opresores.  Cuando los pueblos tienen memoria tejida en historia transformada en experiencia para caminar, se pone en evidencia el conflicto que confronta al orden establecido y su versión oficial con la vocación de los pueblos por vivir en libertad a su manera.

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