Tu memoria se hace palabra digna. Anoche en medio de la ráfaga de imágenes y voces expertas en vender catástrofes, modelos, novelas, deportistas, absolver a cuanto político defensor del régimen, vi entre éstas la foto probablemente de algún carnet esas que son pequeñas y difusas, la del tejedor de esperanza  Rafael Maya fue tan fugaz su paso por la pantalla del televisor y tan escueta la explicación de los hechos que dio el presentador que la duda fue mi única compañera mientras intentaba  dormir.

 

Palabras enunciadas sin conexión: Líder indígena, secretario del resguardo de López Adentro, amenazado, Caloto, zona roja, conflicto armado, Asesinado por desconocidos el 14 de Octubre de 2010 en la vereda el Guavito, Caloto, Cauca, Colombia.

Así en una especie de collage de Palabras e imágenes que tienen la intencionalidad componer al estilo de telegrama un relato abierto, expuesto a toda clase de interpretación, condescendiente con los discursos oficiales de la seguridad democrática que cuando no señalan de terrorista, insurgente, delincuente, intenta dar explicación a los crímenes cometidos contra los defensores comunitarios y de procesos sociales diciendo que era “ajuste de cuentas”, teje una manta de dudas cuando señalan “los móviles están por aclararse” “los hechos están por esclarecerse”  “al parecer…” todas esas estrategias mediáticas están en función de sembrar no solo dudas sino para hacer efectivo el olvido.

A la mañana, una vez más como se nos ha hecho cotidiano nos alimentamos al mismo tiempo que vemos los noticieros, pero nada parece quedar medianamente claro la información son retazos de mil situaciones, hechos sobre hechos, sin culpables ni dolientes, así pasan nuestros días, ese ejercicio de enterarnos de todo y no sentir nada se ha convertido en una callosidad que ha invadido todo nuestro cuerpo disminuyendo (en especial a quienes vivimos en las ciudades y consumimos la información de medios como RCN y Caracol) nuestra capacidad colectiva de reaccionar ante el brutal accionar de los defensores del proyecto de muerte.

Nuestros caminos se cruzaron porque ese ha sido el deseo de un sin número luchadores quienes desde sus territorios ponen a prueba toda su capacidad e imaginación para hacer posible la vida digna, el buen vivir, esos que le entregan todo a la construcción de ese país de pueblos sin dueños, sabíamos que esos sueños cuestan vidas, solo habían transcurrido unas pocas horas después del encuentro de esos luchadores en el Congreso de los Pueblos todavía resonaban en nuestras mentes y corazones las palabras que en la plaza de Bolívar símbolo del poder institucional el compañero Feliciano Valencia  enunciara con fuerza:

“Vamos a ir a buscar a los vivos, colombianos y colombianas pero también vamos a ir a caminar  con nuestros muertos, con nuestros grandes dirigentes, con dirigentes campesinos masacrados, con dirigentes de mujeres masacradas, con dirigentes de desplazados masacrados, con dirigentes defensores de derechos humanos masacrados, con dirigentes indígenas, en fin con esos colombianos que se atrevieron a levantar al pueblo y este sistema, este gobierno los aniquilaron.

Vamos a poner a nuestros muertos por delante, la memoria de ellos, las ideas de ellos, las banderas de ellos, tiene que seguir iluminando el camino de los pueblos.”

A esos que solo evocan la muerte para seguir su camino de destrucción, creen en el poder silenciador de las balas, piensan arrinconarnos con el miedo quieren arrinconarnos con el terror, estos mismos que confían en el poder de borramiento propio de la impunidad, sus estrategias de muerte no detendrán la historia de nuestros pueblos esa que está escrita con las huellas de mujeres y hombres valientes, decididos, sencillos, alegres, como nuestro compañero Rafael Maya quien seguirá acompañando con su palabra digna nuestros caminos.

Llenos de rabia, conmovidos y con esperanzas despedimos a nuestro compañero Rafael Maya

Hasta siempre
Colectivo Minga de Pensamiento
Sergio Rojas