Cuando pensamos sobre cultura, casi siempre pensamos en gente vestida con ropa casi cómica o muy elegante; o pensamos en ópera, o en algo lejos de nuestra vida diaria.

 

Pero éso no es cultura. Cultura es la música que nos llega al alma; es como uno se viste, como habla –y cultura es también como uno camina.

Cultura es muchas veces el lente por el que vemos el mundo.

En los Estados Unidos, y cada vez más alrededor del mundo, el hip-hop es la cuchara que se usa para remover el café de la cultura. Es lo que la juventud Blanca y Negra estan escuchando o al ritmo de lo que están bailando. Es la última emanación de la juventud y de la cultura Negras, que esencialmente es una cultura de oposición al statu quo.

Eso es porque el statu quo es opresivo; y en consecuencia la oposición es liberadora.
Esto quiere decir que al centro del hip-hop está el movimiento Negro de liberación, aún cuando esa influencia haya sido erróneamente dirigida a otros fines, más materialistas.

Como el capitalismo es quintaesencialmente cooptivo, ha usado estos ritmos para vender jabones, carros, dulces; y aún para vender candidatos políticos.

Muchas otras áreas de actividad han tratado de incorporar sensibilidades hip-hop en sus esferas de responsabilidad, con varios niveles de éxito o fracaso.

Eso es porque un conflicto cultural generalmente anuncia abiertamente conflictos en otras áreas de la vida; en la política, economía, la ley, conflictos en los medios de comunicación.

En Lo Vinílico No es Final, (The Vinyl Ain't Final) intelectuales de todo el mundo informan que rap y hip-hop han penetrado en comunidades juveniles de oposición alrededor del mundo. De pakistanis en Gran Brataña a Turcos en Alemania, de marroquíes in Francia a jovencitos en Tanzanía, Japón y Hawaíí, rap ha aparecido con ritmos de hip-hop en un gran número de idiomas, para expresar la misma, esencial alienación que impulsó a los Negros y Latinos en el Bronx del Sur, en Nueva York, a crear esta forma de arte hace más de una generación atrás.

Es notable que tanto rap como hip-hop hayan estallado tan globalmente, y es un reflejo del poder de la cultura Negra como impulsora de la libertad.
En los Estados Unidos, sin embargo, todavía es un trabajo en proceso, un trabajo que transforma la cultura, y que después impacta otras áreas de la vida.

(c) '10 maj

Mumía Abú-Jamal

Fuente: Dipannita Basu  & Sidney J. Lemelle, eds., Lo Vinílico No es Final: Hip-Hop y la Globalización de la Cultura Popular Negra, (The Vinyl Ain't Final: Hip -Hop and the Globalization of Black Popular Culture.  London/Ann Arbor, Michigan. Pluto Press, 2006)

Traducción libre del inglés enviado por
Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com,
hecha en REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas.