Con una impresionante ceremonia espiritual de agradecimiento a la Madre Tierra se inició hoy en el Museo de la Nación el Foro de los Pueblos Indígenas Minería, Cambio Climático y Buen Vivir, en el que participan delegaciones de Norte, Centro y Sur América, África y Europa.

Desde las 9 de la mañana, más de trescientas personas, representantes de organizaciones indígenas nacionales y regionales, e instituciones que defienden los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra, organismos de las Naciones Unidas, entre otros, se reunieron para articular estrategias y construir la unidad.

Las palabras de bienvenida  estuvieron a cargo de Magdiel Carrión Pintado, Presidente de la Coordinadora Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería, quien saludó a las delegaciones presentes y expresó su deseo de que el Foro sea un espacio de fortalecimiento organizacional y de la resistencia indígena.

Los saludos de las organizaciones participantes coincidieron en reafirmar su compromiso de avanzar en la unidad del movimiento indígena, la defensa de la Madre Tierra y la construcción de estrategias hacia la Conferencia de Partes de Cancún (COP16) y más allá.

Al hacer la presentación del Foro, Miguel Palacín Quispe, Coordinador General de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) dijo que su realización es resultado de un proceso de la propia CAOI, que incluyó reuniones, investigaciones y debates. Y de un trabajo conjunto con el Consejo Indígena de Centro América (CICA), la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), la Alianza Social Continental y otras organizaciones que se fueron sumando al proceso.

Señaló que la minería es destructiva, contaminante, genera conflictos, desplazamiento, criminalización y militarización del territorio. Y que las mayores consecuencias de la crisis climática y de los impactos de la minería las sufrimos los pueblos indígenas, porque albergamos la mayor biodiversidad. Por ejemplo, el 92% de los glaciares están en Suramérica y están desapareciendo, amenazando con dejarnos sin agua.

“Aquí vamos a consolidar el paradigma alternativo a la crisis de civilización y climática: el buen vivir. No queremos otro Copenhague en Cancún. Hemos articulado el Foro de Pueblos  Indígenas del Abya Yala. Debemos pensar más allá de Cancún, cuestionar las falsas soluciones a la crisis climática  y articular nuestras propias propuestas. Debemos juntarnos como los ríos, pueblo a pueblo, país a país. Construir el tribunal de justicia climática para juzgar a las multinacionales responsables y los gobiernos cómplices. Insistir en la unidad”, subrayó.

 

 

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