En todo este tiempo las denuncias que el CIMA ha hecho han sido persistentes, como persistentes y sistemáticas han sido la  persecución, los asesinatos de líderes, los seguimientos, los montajes, las interceptaciones, pero también las amenazas de las que venimos siendo objeto desde principios del 2009, donde cada vez somos declarados objetivo militar algunos líderes y nuestra organización social por grupos paramilitares.