Gasolina más cara que en Estados Unidos. Altos impuestos a los combustibles. Nos cobran el petróleo como si se importara del Golfo de México. Etanol y agrodiesel carísimos. Política contra las capas medias y los estratos populares.

 

Ante el alza decretada por el gobierno en el precio de la gasolina y del ACPM, el senador Jorge Enrique Robledo recordó que en Colombia el galón de gasolina es más caro que en Estados Unidos (US $4,35 vs. US $3,38), a pesar de que el ingreso per cápita allá es nueve veces mayor que el colombiano (US $46.360 vs. US $4.990).

Robledo señaló que los colombianos pagamos uno de los combustibles más caros del mundo por los altísimos impuestos, la fórmula con la que se calcula su precio y la obligación de consumir etanol y agrodiesel a base de caña de azúcar y palma africana, respectivamente. De cada cien pesos que se pagan por la gasolina, 29 corresponden al pago de impuestos (IVA, impuesto global y sobretasa) y en el caso del ACPM la cifra es de 18 pesos.

Sobre la fórmula para calcular el precio de la gasolina, el congresista del Polo explicó que en ella el Ministerio de Minas supone que el petróleo que se usa en Colombia para producir gasolina viene del Golfo de México (Estados Unidos), aun cuando no importamos un solo barril. Mientras en Estados Unidos el barril de petróleo vale 97 dólares, a Ecopetrol producirlo y refinarlo le cuesta menos de la mitad, 43 dólares. Y si bien a Ecopetrol le sale a un dólar producir un galón de gasolina, los colombianos se lo pagamos a 2,17 dólares, más del doble. Esto explica en parte las altas ganancias de Ecopetrol, de las cuales, 10,1 por ciento (842 mil millones) van a los bolsillos de los propietarios privados de la empresa.

El congresista del Polo Democrático agregó que a los monopolios que controlan el negocio de los agrocombustibles, el galón de etanol y agrodiesel se les paga a US $4,25 y a US $5,42, contra US $2,17 y US $2,1 que cuestan la gasolina y el ACPM sin impuestos y otros costos. Negocio que funciona porque a los colombianos se les obliga a consumir agrocombustibles costosísimos.

Por último, Robledo señaló que de la totalidad de la demanda por combustibles, el 60 por ciento la hacen el transporte de carga y pasajeros. El resto se reparte entre los vehículos particulares – más del 90 por ciento en manos de la clase media y los estratos populares– y el agro y la industria. “La política de precios de los combustibles empobrece a las clases medias y populares y a la industria y al agro nacionales.”

 

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