Durante el primer encuentro  internacional de mujeres en resistencia realizado en Bodega alta Caloto norte del Cauca, se evidencia una vez más el gran aporte y la incasable lucha de las mujeres desde los espacios familiares y comunitariospara el fortalecimiento de los procesos organizativos y sociales.

Diferentes organizaciones de mujeres sentaron su voz en este encuentro, desde las coordinadoras locales de los cabildos, las integrantes del programa mujer de la ACIN, representantes del nivel regional y nacional de mujeres, como también representantes de organizaciones internacionales entre ellas Lidia Flores Huamán de Perù, Delia Pinto de la Comunidad Andina de naciones, Manuela Ochoa y Doralba Arias del pueblo Kamkuamo. De igual manera María Estela Inchia del Consejo Regional Indígena del Huila CRIU, Gladis Canales de CONAMAUCAI Perú, Luz Angélica Tarapuez de los pastos y representaciones de México y el colectivo memoria histórica del Tolima y  Medellín Colombia.

Entre las diferentes experiencias organizativas de mujeres expuestas en este espacio, se evidenciaron también los diferentes tipos de violencia contra la mujer, entre las que sobre sale laviolencia y los abusos generados por los grupos armados. Cada día aumentan las cifras de viudas, madres que han perdido sus hijos, mujeres abusadas, violadas, amenazadas y asesinadas por los grupos armados que cada día están repoblando los territorios.  Para los agentes de la guerra, la mujer se ha convertido objeto de guerra. Manifestó en su intervención  Alejandra Miler de la ruta pacifica de mujeres.

Diversas y  silenciosas luchas han dado las mujeres desde los diferentes espacios  en defensa de sus derechos y también el de los hombres. Como es el caso de Lidia Flores Huaman y todas las mujeres del Perú agrupadas en ANFASEP, una organización de mujeres que desde hace varios años busca incansablemente a sus padres, esposos e hijos desaparecidos. “El dolor no tiene fronteras, en Perú hemos llorado veinte años la ausencia de nuestros varones, ellos fueron desaparecidos por los militares de esa época y hasta hoy día seguimos buscando sus cuerpos de nuestros. Fueron desaparecidos, asesinados y arrojados a los barrancos, otros los han enterrado en fosas, donde ahora han construido batallones. Es una lucha de mujeres por nuestros hombres.Mencionó Lidia Flores.

Luz Angélica Tarapuez del pueblo de los pastos nos habló de la lucha que en su comunidad la mujer ha tenido que dar con los hombres sobre todo los líderes para lograr una participación efectiva en los espacios políticos y organizativos. “Todavía tenemos que dar luchas internas, hasta con nosotras mismas. Con amor pero con firmeza hemos demostrado nuestra capacidad y fortaleza, no es una competencia con los hombres, es una lucha compartida para lograr un propósito común. Manifestó Luz Angélica. Entre tantoCarmen Ulcue,  mayora de la comunidad nasa nos recordó que el aporte de la mujer en los procesos organizativos de los pueblos ha sido desde el fogón, en la casa con los hijos y en la huerta y la comunidad con los hombres.

Tomando como referente la realidad actual que viven las mujeres en las familias y los territorios, de igual manera su incansable y ardua lucha, sus propuestas apuntan a no quedarse solamente en la denuncia ni tampoco a que sean victimizadas. La guerra y todas las violencias nos afectan, cuando desparecen o  asesinan a un hombre afecta directamente a las mujeres, pues al lado de un hombre esta una madre, una esposa, una hija o una hermana. Por tal razón no pedimos que nos excluyan solo a las mujeres de las violencias y para que resistir deje de ser aguantar, debemos seguir luchando juntos, hombres y mujeres exigir en una sola voz el respeto para todos y todas sin negociar nuestros derechos. Concluyeron en los grupos de trabajo las mujeres y hombres presentes en el encuentro.

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Tejido de Comunicación  ACIN