Consideramos que esta Ley incorpora valiosos elementos de la normatividad internacional en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Retoma claramente el rol de la víctima como centro de la acción y reconoce algunas violaciones que han afectado a tantas familias en los últimos 25 años. No obstante, hay algunos puntos que nos preocupan y que, esperamos, serán corregidos por la Corte Constitucional.