El Pueblo Pijao, desde la Gran Laguna Seca, a 519 años de lento exterminio, presenta una palabra al Mundo. Marchamos hoy con los pies y con la conciencia y elevamos una voz desde la carretera que nos lleva a Ortega, la tierra que aloja a Manuel Quintín Lame, y a través de las chipas (cuerdas) que hoy día conectan el Planeta, la hacemos llegar en todas direcciones.

 

Aquí vivimos sencillamente, sin importar cómo estemos vestidos o si tenemos o no tenemos dinero. Y aunque el hambre ronda muchas familias no falta el ánimo para reír y jugar sin parar. El día corre lento, muy lento y se logra disfrutar de las cosas mínimas: los juguetes son trozos de palos y los muñecos son hechos en barro. Los carros son latas vacías, las carreteras más grandiosas son construidas por hormigas, las verduras son las hojas de los arboles y cuando hay fiesta los adornos son las plantas que crecen como ataderos (cuerdas). Los confites son el polen de las flores y las frutas silvestres. El ponqué siempre es de chocolate pues se hace de barro fresco de la orilla del río. Los niños y las niñas dan vida a todo con su imaginación. Disfrutan la vida a pesar de la pobreza económica porque son ricos en espíritu y en creencias. Pero así mismo es el mundo de los adultos. Nuestra imaginación vuela a conectarse con otros mundos y se detiene unos minutos en los cerros sagrados más altos del Tolima: El Pacandé, en Natagaima, La Serranía de Calarma y Los Cerros de Los Abechucos en Ortega, para contemplar tanta belleza, valorar la Creación al máximo y dar gracias a Nakuko, el Creador. Nosotros así vivimos.

Pero desde hace cinco siglos hay un proyecto dañino que afecta los pensamientos y el sentir indígena. Son las costumbres o culturas impuestas a través de la televisión y otros medios que nos inducen a despreciar lo propio hasta llegar al punto que nos hacen avergonzar de ser indígenas y nos inducen a asumir roles o papeles que nada tienen que ver con nuestra identidad, nuestra cultura y el cuidado de la vida. La cultura extraña e impuesta de lo desechable, pasajero, y la avaricia infinita e irracional de los dueños del poder, trae graves consecuencias a nuestra Madre Tierra, Ima. Con la ilusión y el engaño de crear un “mundo  desarrollado” lo único que han logrado es contaminar y destruir la Tierra y los ríos. Por eso el clima se ha vuelto inestable,  las siembras no son las misma de antes, cuando nosotros hemos sido expertos cultivándola, guiándonos por las señales del Cosmos y los cantos de los pajaritos.

Somos un  pueblo de sangre pijao, valiente, aguerrido, que fuimos violentados durante la Conquista. Soportamos durante cinco siglos la opresión, la expropiación, el desarraigo y el despojo. A miles de nuestros antepasados los mataron por la avaricia del oro. Si este metal precioso perdiera su valor monetario no convertirían territorios hermosos en sitios desérticos y contaminados; igual con el petróleo. Hoy la situación no ha cambiado. Al contrario. Se jode cada vez más con el avance del proyecto dañino. El exterminio continúa, ahora a grandes pasos. Grandes cantidades de dinero, mucha destrucción, por una temporada de riqueza. ¿A cambio de qué? Con ello le robamos los nutrientes a Ima causando un daño irreparable. Por esa misma vía nos están quitando y contaminando lo más preciado, el agua, construyendo represas, desviando los ríos, taladrando la montaña. Nos están quitando la oportunidad de vivir. Le están quitando la libertad a los ríos, al Tetuán, al Saldaña, al Magdalena,  que no nos cobran por ir de pesca, irrigar nuestros cultivos o ir de baño.

A lo largo de los siglos nos hemos especializado en diversas labores y saberes. Pero ante el avance del proyecto que acaba con la vida estos saberes van quedando en el olvido y no son válidos en el “mundo desarrollado”. La consulta previa para la construcción del distrito de riegoTriángulo del Tolima con las comunidades aledañas al río Saldaña, no se realizó, se hicieron los pendejos y así se van quedar. Tampoco se respeta a comunidades como la de Cajamarca a la que quieren exterminar con el proyecto minero de La Colosa. Así el indígena y el campesino siguen siendo marginados, desconocidos, menospreciados en su propia tierra y los megaproyectos se siguen implementando en nuestros territorios.

Pero lo que sí es seguro es que Ima (Madre Tierra) un día reclamará sus derechos y preguntará a gritos porqué somos tan crueles y dañamos lo que tantos millones de años le ha costado crear a Nakuko (el Creador). Los perjudicados seremos todos los seres vivos. Porque llegará el día en que de nada servirá, ni el dinero, ni las más lujosas construcciones, ni la tecnología más avanzada,  cosas pasajeras que no podemos comer ni beber.

Es hora de despertar. Ya corrió mucho dolor y sangre. Mirémonos de pies a cabeza frente al espejo de nuestros hijos e hijas, preguntémonos en qué  hemos  convertido a Ima y tratemos de enmendar nuestros errores. Ni el dinero ni el poder pueden sostener el equilibrio de la vida.

Los nacidos y criados en las grandes ciudades de la civilización moderna también pueden llegar al pensamiento y al sentir de los que nos arraigamos a la madre tierra, a Ima. No se nieguen esa oportunidad. De parte nuestra conservaremos  nuestra cultura pijao con orgullo, enalteciéndola, fortaleciéndola, día tras día. Continuaremos con nuestra cosmovisión, que conservamos desde  nuestros ancestros, y es la que aporta al equilibrio de la vida. Trabajaremos unidos para continuar rindiéndole honores a Ima, la Tierra, a Ta, el Sol, a Taiba, la Luna, al fuego, al aire que respiramos y al agua que nos da vida. Estos actos son los que día tras día alimentan las raíces de nuestro largo existir.

Hoy hemos marchado para decir que el exterminio debe terminar, que debemos detenerlo, para dar paso a una vida de abundante cosecha. Esta marcha debe seguir creciendo, sumarse a otras, seguir tocando los tambores hasta detener el proyecto que causa muerte. Esta es la palabra que ponemos andar desde la Gran Laguna Seca. Un saludo a todos los pueblos y movimientos que hoy han marchado en Colombia y América y a los que el próximo 16 de octubre marcharán en todo el Mundo.

Convite Radial

Pueblo Pijao, Tolima, Colombia

12 de octubre de 2011.