Somos mujeres y hombres que con alegría y dignidad habitamos en el Macizo Colombiano. Nos hemos movilizado desde nuestros territorios del Sur del Cauca, Nororiente, Centro y Sur de Nariño, con nuestros problemas, sueños, propuestas, cultura, alimentos, semillas y voces, para encontrarnos en la Segunda Asamblea del Movimiento Social del Macizo Colombiano.

 

 

EL ENCUENTRO, LA PALABRA Y MOVILIZACIÓN MACICEÑA RESIEMBRAN LA VIDA DIGNA, LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y EL BUEN VIVIR PARA TODAS Y TODOS

Somos mujeres y hombres que con alegría y dignidad habitamos en el Macizo Colombiano. Nos hemos movilizado desde nuestros territorios del Sur del Cauca, Nororiente, Centro y Sur de Nariño, con nuestros problemas, sueños, propuestas, cultura, alimentos, semillas y voces, para encontrarnos en la Segunda Asamblea del Movimiento Social del Macizo Colombiano.

Caminamos la palabra y nuestro diverso territorio con múltiples reuniones y tres foros ideológicos, y nos reunimos en Galindez municipio del Patía. Preparamos y dispusimos, con apoyos comunitarios, internacionales, departamentales y locales toda la logística necesaria. Durante cuatro días, en medio del encuentro del paisaje maciceño, de la acogida de las y los Galindeños, de un agradable clima, y del reencuentro de la fuerza organizativa maciceña, desarrollamos la agenda propuesta y sacamos adelante los análisis, discusiones y decisiones para seguir abonando la vida digna, integración regional y los planes de vida propios.

En esta Asamblea y Audiencia, como en todos los encuentros y movilizaciones de las comunidades del Macizo Colombiano, se siente la fuerza de la integración regional, el encuentro de los pueblos y las culturas, la fuerza de la palabra y la propuesta, destacándose la participación de los jóvenes, niños, y de las mujeres. Nos integramos y crece la confianza organizativa entre nariñenses y caucanos, y entre sus organizaciones sociales; intercambiamos y tejimos propuestas, alimentos, semillas y expresiones culturales. Recogimos, abonamos y resembramos mandatos discutidos en diversos espacios interorganizacionales como el Congreso de los Pueblos y la Minga de Resistencia Social y Comunitaria. Denunciamos y constatamos las graves amenazas y violaciones que ocurren con nuestras gentes y territorio. La gran minería que destruye, contamina y fragmenta las comunidades campesinas, afros e indígenas; la violación de los derechos a la tierra, a la alimentación, a la salud y educación públicas, por medio de leyes y acciones de despojo, que se expresan en la condiciones de pobreza y abandono. Situaciones agravadas por la politiquería y el ejercicio de gobernabilidades poco responsables y sin espíritu de hermandad regional. El único y constante responsable es el gobierno y Estado Colombiano que no responde ni brinda garantías para nuestra participación y solución a los problemas que nos afectan. Además, todos los impulsores del Modelo extractivista neoliberal, que intenta saquear y comercializar nuestros territorios y sus bienes; destruye tejido social, asesina y desplaza. Hemos acordado diez decisiones centrales, en tono de mandatos y requerimientos, que caminan y recorrerán nuestro territorio, comunidades y procesos organizativos. Son la palabra que se encuentra y se pone de acuerdo para continuar abonando, sembrando y cosechando mejores y diversas formas de buen vivir.

Primer requerimiento. EL CAMPESINADO DEL MACIZO COLOMBIANO COMO SUJETO DE DERECHO.Desde sus esfuerzos propios se viene organizando y expresando. Este proceso requiere del gobierno nacional y entidades, el reconocimiento como actor político y sujeto de derechos mediante una interlocución seria con sus propuestas y el desarrollo de normatividad existente y la reglamentación de los pactos y tratados suscritos entre el estado colombiano con la comunidad internacional donde se garantice su existencia, su territorialidad y la jurisdicción propia del campesinado.

Segundo requerimiento. POLITICAS PÚBLICAS PARA LAS MUJERES. Las mujeres maciceñas organizadas hablan y requieren del estado la implementación de políticas públicas integrales necesarias y pertinentes, donde se reconozca a la mujer campesina sus derechos, como: el acceso y titulación de la tierra, la salud diferencial, el reconocimiento al trabajo doméstico, la cualificación para el ejercicio de los cargos públicos y liderazgo comunitario, dando garantías de la suspensión de las diferentes formas de violencia contra las mujeres producto de la degradación del conflicto.

Tercer requerimiento. LA OBJECCION POR CONCIENCIA. La juventud Maciceña con campañas, acciones, foros, discusiones, escuelas y tomas artísticos teje el tercer requerimiento. Es urgente y necesario garantizar del estado colombiano la exclusión de los jóvenes de la guerra, considerando que el conflicto armado no les pertenece y que este requiere una solución política negociada que supere la militarización del territorio, creando alternativas al servicio militar obligatorio, al reclutamiento forzado y a la carencia de espacios que les permita la participación real e incidencia directa en políticas públicas con enfoque intercultural y generacional, que responda a las necesidades de la realidad y de las comunidades.

Cuarto requerimiento. PROTECCION A LOS DERECHOS HUMANOS. El cuarto requerimiento clama por la defensa de las comunidades, y de las y los defensores de la vida digna, es decir, de todas y todos los voceros maciceños. Ante las constantes y continuas amenazas y agresiones a comunidades, y a los defensores y defensoras de derechos humanos se requiere el cumplimiento a cabalidad de las garantías para el ejercicio de la promoción, defensa y exigibilidad de los derechos civiles, políticos, ambientales, sociales, económicos, culturales, individuales y colectivos de las comunidades, y de los líderes y lideresas, defensores de DDHH, así como mecanismos de protección.

Quinto requerimiento. LA PAZ COMO UN DERECHO FUNDAMENTAL. Las siembras por la paz hablan en este requerimiento. Somos líderes y lideresas constructores de paz, requerimos del estado una política que lleve a la implementación de la paz como un derecho fundamental como reza la Constitución Nacional que nos rige, donde se brinde las condiciones necesarias para el respeto y promoción de las iniciativas de pazdesde la base: los territorios de paz, las asambleas para la paz, los pactos por la paz, los acuerdos humanitarios, entre otros, que desvinculen cada vez las comunidades del conflicto y de sus afectaciones, dando cabal cumplimiento al Derecho Internacional Humanitario.

Sexto requerimiento. EL DERECHO A LA TIERRA PARA EL QUE LA TRABAJA. Este requerimiento reclama ante el microfundio imperante de miles de campesinos y campesinas sin tierra, negándose así en forma constante el derecho a la tierra. El Estado Colombiano debe garantizar la propiedad sobre la tierra en el Macizo Colombiano, orientada a pequeños productores en calidad y cantidad suficiente para la producción de alimentos, la conservación de la naturaleza y del agua, es decir, de la vida digna.

Primer Mandato. ECONOMIA CAMPESINA PROPIA. Vamos a establecer como mandato en el Macizo Colombiano sistemas propios de economía campesina, que nos lleven a una mejor vida digna, experiencias que hemos desarrollado como: ferias regionales y mercados locales, trueque de productos, producción al partido, mano prestada, trabajo asociado entre otras manifestaciones orientadas a la pervivencia del campesino, a la redistribución de la tierra, a la producción de alimentos.Todos estos productos aportan a la salud, amacizan la naturaleza, y velan por el compromiso con los herederos y herederas de esta región. Por eso desde la defensa de la economía campesina de pequeños y medianos productores rechazamos desde ya las diversas leyes que nos afectan en el campo y los tratados de libre comercio impuestos que destruyen nuestra economía.

Segundo Mandato. CONSTRUCCION SOCIAL DE REGION. Aquí se expresa lo sembrado como Región Maciceña, seguiremos aportando en nuestro terruño con nuestros conceptos, realizaciones y el Movimiento Social en la construcción de nación desde nuestros acumulados, desde los procesos campesinos del Macizo Colombiano, a partir de la diversidad cultural, los saberes propios y el quehacer maciceño. Ello implica, entre otros, reconocer y avanzar en la articulación de modelos pedagógicos alternativos pertinentes, interculturales y coherentes que contribuyan en las respuestas a las necesidades de las comunidades, que nos permitan identificar y diferenciar lo que es el Espacio, el Territorio y la Región donde vivimos con todas sus potencialidades.

Tercer Mandato. LA DEFENSA DE NUESTRO TERRITORIO. Nuestras comunidades y pueblos que resistenfrente a las grandes agresiones, permaneceremos y defenderemos nuestra existencia en el Macizo Colombiano. Por tal razón ordenamos al gobierno nacional que la aplicación de la política minero energética nacional debe ser suspendida en la región, lo mismo que la política de explotación de los recursos naturales que incentiva la presencia de las multinacionales por ser el Macizo Colombiano un territorio estratégico declarado reserva de la humanidad, de igual manerademandamos del Gobierno Nacional establecer mecanismos de consulta popular a las comunidades campesinas y la consulta previa, libre e informada para comunidades indígenas y afros, frente a megaproyectos productivos y extractivistas.

Cuarto Mandato. EL DERECHO FUNDAMENTAL AL AGUA. Este mandato se refresca con nuestros bosques, paramos y ojos de agua. Demandamos que el derecho fundamental al agua debe ser garantizado y no debe ser privatizado por parte de las instituciones, protegiendo la estrella fluvial del Macizo Colombiano como territorio productor de vida y de agua, como bienes comunitarios y públicos. Ordenamos no imponer cambios a la vocación ambiental y forestal nativas de la Región. Llamamos a los procesos sociales y a las organizaciones maciceñas, a construir la unidad y a integrarnos en un gran Movimiento Social del Macizo que permita incidir en las decisiones sobre la región y en garantizar el ejercicio de la autonomía y soberanía popular. A la vez disponemos nuestras semillas, mujeres y hombres para aportarle al encuentro y a la articulación con otras iniciativas y propuestas que busquen y se movilicen por una Región y País más justo, democrático, en el que se respeten todos nuestros derechos.

Agradecemos los diversos apoyos y acompañamientos locales e internacionales. Reciban nuestra gratitud maciceña.

Volvemos desde el territorio calentano de Galindez a nuestros diversos territorios, comunidades y organizaciones, en el acuerdo de continuar trabajando la vida digna y la integración regional. Socializaremos los mandatos con nuestras comunidades y acordaremos las acciones locales y regionales para que la palabra camine, se fortalezca y se exprese diversamente en lo que realicemos, como caminos que concreten lo mandatado, en espíritu maciceño, colombiano, y latinoamericano.

Fraternalmente, COMUNIDADES, ORGANIZACIONES Y MOVIMIENTOS SOCIALES PARTICIPANTES EN LA SEGUNDA ASAMBLEA DEL MACIZO COLOMBIANO SUR CAUCANO Y NARIÑENSE Galindez, Municipio de El Patía – Cauca, Diverso e Imponente Macizo Colombiano, Noviembre 15 del 2011