Los constructores, el grupo Endesa y su filial en Colombia, Emgesa, y la firma italiana Enel, tienen planeado el desvío del río Magdalena en un tramo para estos días y para el efecto han construido un túnel que llevará el agua a otro cauce.

 

DENUNCIA PÚBLICA

S.O.S POR LAS COMUNIDADES:

DEL AGRADO, GIGANTE, GARZON, ALTAMIRA, TESALIA Y PAICOL

Doctora Sandra Morelli Rico, en mi calidad de ciudadano, de dirigente sindical y de doliente de las comunidades arriba mencionadas, y también como militante ecológico, presento a usted la siguiente denuncia pública:

Los constructores, el grupo Endesa y su filial en Colombia, Emgesa, y la firma italiana Enel, tienen planeado el desvío del río Magdalena en un tramo para estos días y para el efecto han construido un túnel que llevará el agua a otro cauce.

Como consecuencia de la construcción de dicho túnel dichos contratistas están produciendo sedimento para construir vía, es el sedimento que no ha arrastrado el río y que sale altamente contaminado de los explosivos como la dinamita que accionan al interior del túnel, y esa agua que se lleva ese sedimento, es el agua que toman la comunidad de Puerto Seco en Gigante Huila, es esa una crisis humanitaria y ambiental que están sufriendo los pobladores de dicha región.

Además solicito se investigue la legalidad de la licencia ambiental para dicho proyecto, licencia que supuestamente se encuentra en entredicho.

También se denuncia que supuestamente el señor José Antonio Vargas Lleras hermano del Ministerio del Interior, es Presidente de la Junta Directiva de EMGESA dueña de El Quimbo (razón suficiente para entender porque para el gobierno central prima el “interés general” de dicho proyecto.

El territorio neoliberal

Aplicando el concepto de lo que significa el territorio en el modelo neoliberal: “Ya no es más la búsqueda del desarrollo a través del poder que podría jugar el Estado, sino que gira a favor de las empresas capitalistas y el capital privado quienes pasan a regular el ordenamiento del espacio”. Y se acumula por desposesión es un término que se utiliza para estudiar la mercantilización y privatización de la tierra y la expulsión violenta de habitantes del campo, junto con la transformación de los derechos comunes en derechos privados.

Tierras para construir represas

El monopolio de la tierra no puede existir si al mismo tiempo no se monopoliza el agua, porque la tierra sin agua es un desierto. Esto lo tienen claro los terratenientes y ganaderos, así como el Estado que les sirve. Por esta circunstancia, la expansión de los latifundios viene acompañada de la expropiación de las tierras circundantes a los lugares donde se encuentran fuentes de agua y la apropiación privada de ríos, quebradas, ciénagas, humedales y lagunas para beneficio exclusivo de los terratenientes y ganaderos. Gran parte de las represas que se han construido en Colombia en las últimas décadas tienen esta finalidad, (y la del Quimbo no es la excepción a la regla).

Al respecto vale mencionar a la Represa de Urra I, obra que se construyó entre 1993-1999, y que contó con la lucida oposición de la comunidad indígena de los Embera-Katios, ancestrales habitantes del lugar, desplazados a sangre y fuego por grupos de paramilitares, organizados por terratenientes y ganaderos y respaldados por el Estado y los políticos regionales.

La construcción de esta represa es ilustrativa de la destrucción de los bienes colectivos y su conversión en bienes privados, porque unos 70.000 indígenas, campesinos y pescadores fueron directamente impactados por el proyecto Urra I. Al mismo tiempo, se destruyó la pesca artesanal, (tal como acontecerá en el Quimbo)  porque disminuyeron o desaparecieron especies de peces de la cuenca del río, como el caso del bocachico, fuente alimenticia de primer orden en la dieta de los embera Katio y los pescadores locales. Esto último se debió a la desecación de los humedales del alto Sinú, ocasionada por la disminución de los flujos naturales del río, luego de que fuera construida la represa.

Junto con el exterminio del bocachico se han secado humedales y ciénagas, que entre otras cosas es lo que le interesa a los terratenientes para expandir sus fincas ganaderas. Lo que antes eran corrientes de agua llenas de vida, ahora son fuentes contaminadas y muertas, como sucede siempre con las grandes represas, que finalmente son aguas estancadas en las que pululan los mosquitos, que generan epidemias que antes no conocían los indígenas y campesinos.

Las hidroeléctricas que se han construido en Córdoba no son una cuestión de energía ni de aguas, sino de tierras ganaderas, las mismas que pertenecen a unos cuantos latifundistas que se van expandiendo a costa de los pequeños campesinos e indígenas y que utilizan todos los medios para quedarse hasta con las tierras de los humedales, los cuales son secados con Búfalos.

Estimada Contralora acudo a usted porque ha dado muestras de una solidaridad desinteresada, y además quien sabe decir como diría Stéfane Hessel NO, y quien está pasando a la historia enfrentando grandes retos denunciando a los carteles de la corrupción, y quien se indigna por los actos injustos que se cometen y frente a lo que nos parece no legítimo y que cercenan las libertades y derechos fundamentales.

A usted por su convicción y conciencia ecológica, y el nuevo hombre no debe ser el hombre de la biblia y de lo que los neoliberales han entendido. “Serás el amo de la naturaleza”, sino el hombre instruido por un mejor conocimiento de cómo funciona esa naturaleza

Con sinceros saludos,

ALBERTO PARRA PIZARRO