El Departamento del Cauca es hoy el epicentro del conflicto armado en el país. Es el escenario privilegiado de una guerra degradada cuya víctima principal sigue siendo la sociedad civil, una guerra en la que las mujeres y niñas son asesinadas, heridas o desplazadas permanentemente, una guerra que exacerba las violencias públicas y privadas que se ejercen hacia las mujeres, una guerra que no nos pertenece.