ENEL es la más grande empresa eléctrica italiana y la segunda en Europa por capacidad instalada. En el 1999 fue privatizada y hoy es cotizada en la bolsa contando con 1.2 millones de accionistas. Una parte de la empresa sigue siendo pública ya que el 31% es propiedad del Ministerio de Economía y Finanzas, por lo tanto de los ciudadanos italianos.

 
Hoy en día ENEL opera en el sector de la energía eléctrica y del gas en 40 países. En el 2009 con la adquisición definitiva de la empresa eléctrica española ENDESA, Enel hereda las plantas y los proyectos en numerosos países de América Latina, proyectos acomunados por una evidente herencia colonial, como demuestra la gravedad del impacto socio-ambiental y la actitud misma de la empresa frente a las comunidades impactadas. La arrogancia de Enel se ha manifestado de manera brutal también en Italia, hacia los habitantes y los territorios que han sido involucrados por sus proyectos.
 
No obstante la imagen verde y de compromiso hacia la sustentabilidad que la transnacional italiana se apresura a comunicar a través de sus mensajes promocionales, la realidad es muy distinta. ENEL continua construyendo centrales de carbón sin tomar en cuenta los compromisos de reducción de las emisiones de gases invernaderos, y utilizando de manera engañina terminologías como “carbón limpio”. Esto es posible gracias a los llamados mecanismos flexibles del Protocolo de Kyoto que permiten a las empresas poder continuar con la contaminación, asignado permisos de emisión en cambio de la construcción de plantas de energía renovables. Pero la energía no se puede considerar verde solo bajo algunas condiciones. No se puede cuando arriesga destruir los ecosistemas incontaminados, como en el caso del proyecto HidroAysén en la Patagonia Chilena y de los proyectos previstos en nuestras Alpes, o cuando se pisotean los derechos, las economías locales y el acceso al agua de los pueblos indígenas y de las comunidades campesinas como pasa en Guatemala
y en Colombia. No se puede considerar energía verde esa energía que drena las faldas acuíferas, emite sustancias dañinas para la salud de los ciudadanos o los expone a riesgos incalculables como en el caso de la geotermia en el Amiata o del nuclear en Eslovaquia y en Rusia.
 
ENEL es por lo tanto responsable de promover en Italia y de exportar al extranjero un modelo
energético insustentable y obsoleto, agravado por una actitud autoritaria e irrespetuosa de los
territorios locales. Un modelo basado en la producción centralizada por medio de grandes plantas, impuestas a las comunidades locales y veladas por las compensaciones económicas otorgadas a las autoridades locales y a los gobiernos complacientes. Es sobretodo en los grande sitios de construcción que se anidan la corrupción, la especulación, el conflicto de intereses y se realizan las mayores ganancias, a expensas del ambiente y de los derechos de las comunidades. Un modelo de producción cuya finalidad no es la de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y garantizar su abastecimiento energético, sino alimentar la industria extractiva y una economía fundada sobre el saqueo y la explotación ilimitada de los recursos. Un modelo que está generando de manera inevitable conflictos ambientales y sociales con las comunidades locales. Actualmente los principales conflictos a nivel internacional se están desarrollando en las regiones de Aysén (Patagonia Chilena), en la Municipalidad indígena de San Juan Cotzal (Guatemala), en la Municipalidad indígena de Panguipulli (Chile), en el Departamento de Huila (Colombia), en Porto Romano (Albania), Mohovce (Eslovaquia), Distrito de Galati (Rumania), Kaliningrad (Rusia). En Italia Civitavecchia, Monte Amiata, Dolomitas, Porto Tolle, Brindisi, Bastardo, Fusina y Génova.
 
Muy a menudo la respuesta que la alianza entre empresa y gobiernos ha reservado a las
comunidades locales que luchan para defender su territorio ha sido la represión, la violencia y la
criminalización a través de leyes especiales.
 
Nosotros queremos otro modelo de producción, distribución y gestión de la energía y de
definición de prioridades. Un modelo reticular, de-centralizado y eficiente basado sobre
plantas de energía renovable de pequeña escala que prevea la efectiva participación de las
comunidades locales en los procesos de toma de decisión de la planificación y gestión.
 
Por estas razones nos activamos lanzando una campaña italiana para que:
 
• Denuncie y detenga un modelo de desarrollo insustentable y destructivo que viola los derechos humanos y el derecho a la participación de las comunidades involucradas.
• Promueva un modelo energético alternativo que coloque al centro los derechos humanos, la defensa de la salud de los ciudadanos y la defensa del territorio como bien común.
• Apoye unitariamente las reivindicaciones de las comunidades locales en Italia y a nivel
internacional.
• Genere una campaña similar a nivel internacional que ponga en red las comunidades locales, los movimientos sociales y las asociaciones involucradas en los distintos conflictos.
 
Nos reuniremos por primera vez en Roma el 29 de abril en una asamblea internacional a la
cual participarán, además de los comités italianos, los representantes de las comunidades y
movimientos locales de Chile, Guatemala, Colombia, Albania, Romania, Rusia. El 30 de Abril,
el día de la junta de accionistas, estaremos en frente de ENEL para una conferencia de prensa
de presentación de la campaña:
 
“DETENGAMOS ENEL. Para un nuevo modelo energético”
 
Para adherir a la campaña escribe a: noenel-adesioni@autistici.org
Para seguir la campaña: www.stopenel.noblogs.org
Para info: luciegreyl@asud.net

 
Associazione A Sud

Ecologia & Cooperazione Onlus
C.F. 97296720580