El primero de mayo del 2005 se presentaron graves incidentes en la marcha del día del Trabajo en el centro de Bogotá. El joven Nicolás Neira perdió la vida por una golpiza del Esmad y desde entonces cada año se repiten los choques violentos entre manifestantes y fuerza pública.

Hace siete años Nicolás Neira murió como producto de los golpes contundentes que le propinaron algunos agentes antidisturbios durante la marcha del Día Internacional del Trabajo en el centro de Bogotá.
 
Neira, de 15 años, fue remitido a la clínica Jorge Piñeros Corpas, donde le encontraron una fractura en el cráneo y una hemorragia interna. Cinco días después de permanecer en cuidados intensivos, falleció.
 
Por los hechos, la Procuraduría destituyó e inhabilitó por diez años a dos mandos de la policía: el subteniente Édgar Mauricio Fontal Cornejo y el teniente Julio César Torrijo Devia. Pero los miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) responsables directos de los hechos, no fueron identificados.
 
En marzo del 2011, el Juzgado 37 Administrativo de Bogotá condenó al Estado colombiano por acción y omisión, y le ordenó pagar una indemnización de 160 millones de pesos a la familia Neira.
 
Pero el fallo dejó inconformes a ambas partes: tanto la Policía Nacional como la familia Neira apelaron. "Exigimos una reparación integral, es decir tanto simbólica como material, y no sólo monetaria", explicó Pedro Mahecha, abogado de la familia, a Semana.com.
 
A la vez, en la Fiscalía Especializada 53 se adelanta un proceso penal por el caso. Pero según el abogado Mahecha, "el proceso está estancado, está en la impunidad, por lo cual presentaremos el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en lo posible este primero de mayo". En la petición se incluirán otros casos en los que presuntamente resultó involucrado el Esmad.
 
Yuri Neira, el padre de Nicolás, se convirtió desde entonces en un activista que busca justicia por el asesinato de su hijo, y se vinculó al Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice).
 
Jairo Ramírez, vocero del Movice, explica que en el caso de Nicolás, como en otros, "hay una situación de impunidad, la justicia no opera y por eso se lleva a la CIDH, donde deberá surtir un largo proceso de varios años".
 
Desde los hechos que causaron la muerte de Nicolás Neira, son siete marchas del primero de mayo que han desembocado en incidentes como vandalismo y enfrentamientos violentos entre manifestantes y fuerza pública.
 
Decenas de detenidos deja cada jornada de manifestación por el Día del Trabajo. La del 2011 dejó a un estudiante con una grave herida en la pierna y decenas de detenidos. A pesar de la recurrencia de estos hechos, las medidas de las autoridades y de las organizaciones convocantes a la marcha no han resultado eficaces para prevenirlos.
 
Ramírez atribuye los desórdenes a sectores juveniles de orientación anarquista y a agentes de servicios de inteligencia infiltrados en las movilizaciones. "Pero el grueso de sectores sociales desfila pacíficamente", agrega.

Semana