No hay respeto con las comunidades. La Guardia Indígena de Miranda manifiesta que la fuerza pública y la guerrilla no respetan a las personas civiles ni a los sitios de asamblea permanente. “Nosotros como guardias hemos estado acompañando a las comunidades y hemos estado de tiempo completo y lo seguiremos haciendo en defensa de la vida”, dijo un Guardia Indígena de este resguardo. Pero esto les ha costado caro a muchos en el norte del Cauca y en Colombia. Hablar con la verdad les molesta a algunos. Por eso otros son señalados y amenazados.

 
En este momento en la comunidad de Miranda y en otros resguardos indígenas se está agudizando el conflicto armado. Miranda lleva más de un mes viviendo en medio de las confrontaciones de los grupos armados. El ejército llegó al territorio desde hace meses, pero no llegó por un rato ¡llegó a quedarse! “La comunidad está preocupada pero no es por sus cultivos de coca sino porque las vidas corren peligro en medio de las balas”, expusieron las autoridades del cabildo de Miranda.
 
La gente no puede trabajar. La guerrilla ha colocado minas en medio de los cultivos de coca y el ejército está metido en las viviendas y en medio de los cafetales. Las escuelas y el colegio no son seguros por esto no hay actividades escolares en las 9 sedes educativas. ¿Entonces, cómo puede trabajar con tranquilidad la gente de este resguardo?
 
Hay 60 familias desplazadas que se encuentran en el sitio de Asamblea Permanente de Monte Redondo y 180 personas desplazadas en la vereda El Cabildo. La Guardia y el Cabildo han estado cuidando a la comunidad. En este espacio se han realizado video-foros para mostrar la realidad.  En uno de éstos, un participante exclamó, con respecto a no salir del territorio: “¡Resistencia comunitaria!, no al desplazamiento, defensa territorial para seguir viviendo como comunidad dentro del territorio”.
 
Hacia fuera, los comuneros del norte del Cauca son señalados como guerrilleros y narcotraficantes. En Miranda no solamente hay coca, marihuana y guerrilla. En Miranda también hay un Cabildo Indígena que ha trabajado por años desde su Plan de Vida “Unidad Páez”.  Hay 60 Guardias Indígenas; cultivos tradicionales: café, lulo, mora, yuca, plátano entre otros; una mina de mármol; gente que también vive del jornal (trabajar en fincas de afuera). Dentro de este resguardo también hay campesinos y participación comunitaria por medio de asambleas. Gente que tiene una propuesta de vida colectiva y que siempre ha luchado desde la resistencia pacífica y sin armas.
 
“El ministro de defensa dice: "Nosotros tenemos el ejército para que vaya a cualquier región en pro de defender al pueblo, en pro de cuidar a los ciudadanos”. Pero ¿qué hacen los militares cuando llegan aquí? empiezan a insultar, empiezan a involucrar (señalar), y más. Ahí no nos están respetando, nos están involucrando en ese asunto (militar). Pero si miramos las políticas de la guerrilla es igual, ellos dicen “nosotros somos el ejército del pueblo”. Pero ¿será qué cuando están colocando las minas donde anda la población civil y en los trabajaderos, nos están defendiendo? ¿Eso es defender el pueblo? No podemos caer en los errores ni del uno del otro”. Expresó la autoridad del Cabildo Indígena de Miranda.    
 
Las comunidades han dicho que se tienen que defender porque ‘nadie va a defender a nadie’. Seguir trabajando con los jóvenes para que no se involucren con las armas, continuar con los proyectos alternativos aunque estos no tienen mucha salida, seguir trabajando con la educación propia y la salud propia, participando en la Guardia Indígena para cuidar la vida y el territorio. Y sobre todo continuar con la concientización de nuestra gente para resistir a todo el que quiera privatizar la vida.
 
Pero hay hechos de lo que está pasando en Miranda, Cauca, que se relacionan con lo que  está pasando en Perú. ¿Qué tiene que ver la minería a cielo abierto, con el accionar de los grupos armados o con las políticas de los gobiernos que se atribuyen el derecho de ofrecer los recursos naturales que hacen parte de la Madre Tierra?
 
En Colombia se llama “Consolidación territorial” y ya se inició en el Cauca después de pasar por varias otras regiones del país. Aparentemente, la tarea del ejército y de la policía es acabar con las FARC y con el narcotráfico. Y mientras ¿qué pasa? Que la gente está en medio del conflicto armado, que este conflicto es en realidad contra los pueblos, que el gobierno aplica sus famosas "locomotoras" en el país, según el Presidente Santos, para el ‘desarrollo’ pero la realidad se trata de un negocio a sangre y fuego, en medio de propaganda, con nuestras tierras y contra nuestras vidas. Se están construyendo carreteras, grandes y pavimentadas. La gente piensa que es para sacar lo poquito que todavía produce con su trabajo, pero no, son para sacar los recursos naturales que hay en las montañas y en la selva. Y todas las leyes a favor de estas transnacionales. ¿Qué será lo que está a favor de la gente de bien? Gente que trabaja duro para vivir dignamente y si protesta o si exige sus derechos son reprimidos.
 
Políticas de despojo que con diferentes discursos se imponen en toda Latinoamérica y no hay ningún gobierno que tenga una propuesta diferente para escuchar a los que no están de acuerdo con este sistema. A todo se responde con balas, judicializaciones, criminalización, bolillo, gases, encarcelamientos, como acaba de acontecer en Miranda y en Cajamarca. Si se llegara a escuchar a los manifestantes nunca van a tener en cuenta sus propuestas, nunca van a perder de vista sus intereses económicos. 
 
Esa es la verdad que no nos cansamos de señalar: en Perú está pasando lo mismo. La gente está en paro para impedir que Xstrata, siga contaminando el Espinar y por impedir el proyecto Conga en Cajamarca. Estos proyectos extractivistas van a acabar con 5 valles, donde hay lagunas y pueblos indígenas sembrando vida.
 
La gente del Perú, ha manifestado que: “prefiere morir a balazos que morir por falta de agua”. Nosotros no podemos permitir que a la gente que defiende la Madre Tierra la acaben así. Por eso debemos seguir el ejemplo de dignidad que hay en Perú y en toda Latinoamérica.  
 
Hugo Blanco nos comentó que el trabajo fue muy grande para llegar a este paro en Perú. “No se quiere dirigentes brillantes sino comunidades conscientes y para esto se hicieron trabajos en comisiones de solidaridad dentro y fuera de Perú. Marchas de solidaridad por provincias, barrio  por barrio se hicieron video-foros, noches de videos en Celendín y en Cajamarca. Los centros de estudios no están en sus actividades. Todos en Paro. Todo este trabajo sirvió para que la gente conociera más sobre estas realidades”. 
 
No nos están metiendo en la guerra, es peor, nos metieron la guerra a nuestros hogares. Como todos los hombres con armas de siempre, son muy valientes y hablan duro, frente a la gente inerme y actuando detrás de sus aparatos de matar y de sus uniformes.
 
Mientras marchamos por la paz y la convocamos, en los hechos, nos ahogamos cada vez más en la guerra y en el terror que nos imponen como parte de una muerte anunciada desde hace muchos años que hoy entra en una fase que consiste en copar todo el territorio y lo que nos queda de vida. Una fase que se sabía que iban a imponernos, porque este es su plan y su sistema. 
 
La guerra era, por lo menos esta que sufrimos en Colombia (y seguramente la que ha sufrido el Perú) es y será contra nosotras y nosotros, venga de donde venga. La guerra es para robarse las riquezas de nuestra Mama Kiwe (Pacha Mama). La guerra es un negocio que hace parte de ese negocio más grande que impone la libertad de los mercaderes de entrar a la casa de nuestras mayoras y compañeros a matarnos para apoderarse de nuestros territorios. La guerra llega con balas y con discursos de paz vacíos y engañosos que nos distraen para someternos. Llega con negociantes que se aprovechan de nuestro dolor y de nuestra lucha de mil maneras. La paz de la guerra es un "falso positivo". Una mentira en verso que nos impide resistir como siempre, con nuestra guardia (y nuestras rondas) y nuestra conciencia, sin permitir que hagan negocios con nuestra palabra de dignidad.
 
El problema de Perú, de Miranda, Cauca y de los demás que están resistiendo frente a los grupos armados y a las políticas económicas, es de todos. Como dijo Hugo Blanco: “Enlazarnos todos”. Esta lucha es muy dura pero no se puede estar solamente respondiendo tarde a las emergencias en momentos en las que nos imponen estas políticas de exterminio que vienen preparando desde hace mucho tiempo. Todos nuestros territorios en todo el continente y el mundo han sido mapeados y explorados, para extraer riquezas. Es solo que quienes los habitamos somos los últimos en enterarnos, cuando nos llega la orden de despojo. Hay que saber que ya nos convirtieron en desecho, en excedente de población frente a sus planes y aún en estas condiciones, hay quienes sacan ventaja de nuestra desgracia para exprimir alguna ventaja política o económica. Hay que detenerlos allá, en las oficinas donde hacen sus proyectos y en los centros financieros donde preparan nuestro dolor. Hay que hacer mucha consciencia y tener una agenda de unidad para que no puedan seguir llegando hasta acá a acabarnos mientras la mayoría de la gente se alimenta de las mentiras de los medios, del rebusque y se deja manipular en lugar de sumarse a defender la vida. 
 
Los que cuidamos la Madre Tierra para que nos de comer, estamos siendo eliminados según el plan que ya tenían hace tiempo. ¿Será que a alguien le importa? o, ¿Será que solamente cuando lleguen hasta sus casas se van a dar cuenta que somos como ustedes?
 
Tejido de Comunicación – ACIN
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