El lunes en la mañana, Lucy, una mujer Nasa de mediana estatura y amplia sonrisa, su pequeño hijo y sus dos sobrinas, se levantaron muy temprano,  ligeramente prepararon el desayuno, asearon la casa y se alistaron para iniciar la jornada del día. Esta vez no irían como de costumbre a realizar los trabajos agrícolas en la parcela, este día lo destinaron para asistir a la asamblea No 66 del plan de vida Cxacha Wala “fuerza grande”, del territorio indígena de Corinto programada para los días 2 y 3 de julio en la comunidad de Media Naranja de la parte alta del  resguardo indígena  de Corinto – Cauca.

Lucy y su familia, al igual que unas mil personas más, llegaron a la vereda Media Naranja en motos,  vehículos y cruzando caminos y trochas desde sus comunidades con el propósito de  analizar y discutir las muchas problemáticas que se están viviendo en el territorio,  para que de manera conjunta se puedan encontrar alguna solución y fortalecer las alternativas que desde las comunidades se siguen tejiendo.alt

Lucy, llevaba en su mente la inquietud del qué hacer frente a los últimos hechos ocurridos en su territorio por los enfrentamientos entre  la guerrilla y el ejército que los ha obligado  en varias ocasiones a desplazarse de su viviendas y parcelas hacia los sitios de asamblea  permanente, su voz se entrecortaba cuando en las comisiones de trabajo de la asamblea comentaba a los presentes los  momentos  en que la vida de  los niños  y niñas de su comunidad  ha sido  gravemente amenazada ante la ocupación de sus escuelas y viviendas por los grupos armados. “No se valora la vida, no se respeta el territorio y nos quieren matar los sueños,  nos quitan las  esperanzas, poniendo en medio de las balas  la vida de nuestros hijos”. Manifestó Lucy.
Otra de las preocupaciones que angustiaban a Lucy y a los participantes de la asamblea Cxacha Wala, eran las múltiples afectaciones que padecen los comuneros y comuneras frente al tema del narcotráfico. A partir del análisis y las  reflexiones de los presentes en la asamblea identificaban afectaciones territoriales por esta causa como la esterilización de los suelos por el uso de  los fungicidas, la contaminación de los ríos y quebradas y la deforestación entre otros. De igual manera mencionaban el aumento de enfermedades y problemas de nutrición por el consumo de productos poco nutritivos ante el desplazamiento de cultivos de pan coger por la siembra de cultivos de uso ilícito. Como otra de las problemáticas preocupantes generadas por el narcotráfico, también mencionaban  el consumo de sustancias psicoactivas en los jóvenes de la comunidad, los casos de maltratos, desintegración familiar y hasta homicidios. “Mientras nosotros vivimos estos problemas en la familia y la comunidad a causa del narcotráfico, el gobierno nacional lo usa como excusa  para militarizar los territorios, causándonos con esto muchos más problemas”. Comento un concejal del municipio de Corinto.

Frente a las preocupaciones mencionadas y otras que aquejan a la comunidad de Corinto, los directivos del cabildo indígena y los coordinadores de programas presentaron las iniciativas que vienen adelantando como mandato de las comunidades, las cuales van encaminadas al fortalecimiento de las comunidades y el proceso organizativo.

Desde el espacio de educación propia, salte continúan abonando semillas para el fortalecimiento del Nasa Yuwe, las prácticas culturales, los cabildos y guardias estudiantiles, los tules escolares y la vivencia como nasas desde la práctica en los niños y niñas del territorio. Ante la preocupación por la ocupación del territorio, se propone seguir fortaleciendo la Guardia Indígena y continuar con los espacios de reflexión y concientización, conocer las amenazas a la madre tierra como la explotación de los recursos y el despojo que se está imponiendo, ante lo cual llaman a la  unidad de las comunidades para seguir fortaleciendo las alternativas de defensa territorial. La salud propia como otro aspecto fundamental de la comunidad ha impulsado el uso de las plantas medicinales, el cuidado y conservación de los lugares sagrados,  las ritualidades desde el inicio de la vida y todo lo que como Nasas nos enraíza en la tierra.

Después de escuchar las propuestas, analizar las problemáticas y plantear las reflexiones, Lucy regresó la tarde del martes a su casa junto a su familia y comunidad, con la esperanza y el compromiso de seguir construyendo. “Cuando siembro una mata de plátano o de café, sé que estoy sembrando para la vida, así como cuando cuido y oriento a mi hijo, por eso aunque hay muchas amenazas no me canso, por eso mismo sigo luchando. Me anima la esperanza de ver crecer mi hijo tranquilo como crecí yo. Tengo y tenemos el compromiso con los que están creciendo, porque ellos también tienen derecho de disfrutar del agua, las montañas, del canto de los pájaros y del aire puro de nuestros campos, tienen derecho de vivir y nosotros la obligación de defender su herencia”. Manifestó Lucy,  mientras con una sonrisa se despedía de la directiva del cabildo y de los amigos y amigas participantes en la asamblea del plan de vida  Cxacha Wala.

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