Las comunidades indígenas y campesinas se levantan frente al asesinato de un comunero 21 de julio de 2012.Un foto reportaje que muestra La siembra (entierro) de Edward Fabián Guetio, un joven indígena asesinado por el ejército Colombiano. Edward Fabián  comunero de  apenas 22 años de edad, oriundo de la comunidad El Crucero-El Rosario, en el resguardo indígena de La laguna Siberia  – en el municipio de Caldóno, al suroccidente de Colombia.

 
 
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Este otro  asesinato a sangre fría que comete el  gobierno de Colombia, y que solo lo justifica como un error, todo esto  se da en un contexto donde los indígenas en Colombia se oponen a las leyes que van en contravía de sus territorios y de su autonomía.
 
 
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Los habitantes de la vereda El Crucero-El Rosario del Resguardo de La Laguna Siberia se levantaron hoy muy temprano, pero no para ir a trabajar la tierra sino para juntar sus manos y colaborar en cocinar los alimentos para ofrecer a centenares de indígenas y campesinos que permanecían desde hace dos días acompañando a la familia de Éduar Fabián Güetio, asesinado por la fuerza pública.
 
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A Éduar Fabián, de apenas 22 años de edad, la guerra le arrebató su sonrisa y sus sueños: “Mi sobrino quería estudiar mecánica y la otra semana se iba para Bogotá, donde su tío que vive allá; pero mi sobrino no fue para Bogotá sino para el cielo”.  
 
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Alrededor de quinientas personas marcharon 
Alrededor de quinientas personas marcharon por las calles del pueblo hasta el cementerio, para despedir al comunero Éduar Fabián. “El territorio Sath tama kiwe rechaza todo tipo de fuerzas armadas, rechaza la política militar del gobierno” dicen las pancartas. 
 
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En las calles de Siberia, pasando al lado de las trincheras de la Policía, gritaron su rechazo a la guerra. “Fuera militares”, se desgañitaba una tía de Éduar Fabián, entre lágrimas: “fuera los grupos armados de nuestro territorio. No queremos más muertos. Ya basta de esta guerra”.
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Además de la comunidad del Resguardo, vinieron a apoyar numerosos comuneros y guardias de otros Resguardos y zonas. Todos manifestaron su solidaridad y el rechazo a la violencia ocasionada por la presencia de los grupos armados legales e ilegales en los territorios indígenas y campesinos.
 
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“Éduar Fabián era un joven alegre, con muchas chispas y mujeriego. Por eso, ese día se había quedado donde su novia y se regresó muy temprano a su casa, para preparar el desayuno de sus hermanos que iban al colegio”, recuerda Rubén, su tío.
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Llegando al cementerio. 
Como a todo joven, a Éduar Fabián le gustaba la música y ese miércoles llevaba puestos sus audífonos, escuchando música desde su teléfono celular. Ya llegando a su casa, a unos 50 metros de su casa, se encontró con un grupo de soldados que habían llegado el día anterior al lugar para ‘prestar seguridad’. Los habitantes de la comunidad de El Crucero-El Rosario manifiestan que no hace falta la presencia de la fuerza pública pues es un lugar tranquilo, donde la gente madruga todos los días y transita por las carreteras sin ningún problema. Sin embargo, el Ejército, como de costumbre, se atrincheró en medio de la población civil; en este caso, en el tanque principal del acueducto, en medio de las casas.
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Una flor, un pensamiento para Fabián. 
Sin avisar ni requisar, uno de los soldados, al distinguir la silueta de Éduar Fabián, le disparó un tiro en su rostro, dejándolo muerto. Los soldados quisieron en un primer momento presentar lo sucedido como el suicidio de uno de sus soldados. Decidieron trasladar el cuerpo a un lugar cercano, cubrirlo con una sábana e impedir que la comunidad que se acercaba al lugar pudiera destaparlo. Sin embargo, los comuneros desconfiaron de la versión de los soldados y decidieron llamar a las autoridades indígenas para que vinieran a averiguar la situación. El gobernador reconoció el cuerpo del comunero e impidió que los soldados se lo llevaran.
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Ahora la comunidad indígena y los familiares piden justicia. Ellos reportaron los hechos a la Fiscalía General de la Nación y llevaron a cabo el mismo 18 de Julio una audiencia en el casco urbano de Caldono. Piden que el soldado que disparó no sea juzgado por un tribunal militar, sino civil, pues saben que los militares no suelen hacer justicia cuando el inculpado es uno de sus integrantes. Sin embargo, hasta ahora las demandas de la familia han quedado en el aire.
 
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El asesinato de Éduar Fabián no es un error ni un accidente; hace parte de la estrategia del Plan de Consolidación Territorial elaborado por Santos, quien quiere imponer el terror en los territorios indígenas para retomar su control y, sobretodo, tener control de las riquezas naturales que se encuentran allí.
 
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En estos momentos, en el Cauca, está llegando más y más fuerza pública, negando a los indígenas el derecho a ejercer su autonomía. Las comunidades se levantaron desde hace unas semanas a rechazar la política del gobierno y los hostigamientos por parte de los grupos armados; ante lo cual, la reacción del Estado y de sus perros guardianes que son los medios de comunicación oficiales, han sido estigmatizar y violentar aun más a los indígenas. 
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¡Estamos en nuestra casa ¡
La comunidad reunida en asamblea emitió un ultimátum a los grupos armados, dándoles tres días para desalojar la zona, exigencia que, de no cumplirse, aseguran los comuneros, implicará que adopten medidas de hecho para retomar el control del territorio. 
Hoy los indígenas del Cauca se levantan contra décadas de dolor y de guerra para ejercer su autonomía por la palabra y la acción. Los indígenas del Norte del Cauca nos solidarizamos a las comunidades indígenas de la zona Centro porque somos un mismo pueblo, luchando por nuestra Madre Tierra y nuestra Autonomía; porque nuestra arma es la unidad. 
 
Tejido de Comunicación – ACIN