Tanto el Marco para la Paz, como el recientemente ampliado fuero militar, son expresiones sociales, políticas y jurídicas de una sociedad civil escindida, despolitizada y contaminada por el espíritu militar, por el discurso patriotero y la mística que suele reconocerse en quienes creen a pie juntillas en que la única forma de ‘servirle’ a la Patria es portando un uniforme.