Comentarios. Para los usuarios, trabajadores y prestadores de servicios de salud, la propuesta de reforma al sistema de salud, planteada por el Gobierno, a través de su ministro de salud, va dirigida, en unos casos a no mejorar nada, en otras, a agudizar la situación actual. (estos son mis argumentos que pueden diferir con los lectores de este ejercicio, lo que es obviamente  respetable). 

 
Confrontemos algunos de sus aspectos: 
 
Si analizamos los OBJETIVOS que busca el Gobierno con la reforma, podemos deducir fácilmente, sin ser expertos en el que:
 
Continuarán las barreras de acceso a los medicamentos y a los servicios de salud, pues es claro que no se eliminarán dichas barreras, que en buena parte son los responsables de la mortandad de usuarios que ha causado el actual sistema de salud y seguridad social, empotrado a través de la ley 100 de 1993. Pero además forzosamente tenemos que decir que estas barreras han sido causa del deterioro de la calidad de vida de los colombianos. Estas dos menciones son las más trascendentales en lo que respecta con la salud. Pero aunado a ello, hay que mencionar el crecimiento exponencial de los registros de la morbilidad.
 
El cumplimiento del segundo objetivo (MAYOR CALIDAD Y CONTINUIDAD DE SERVICIOS) quedará por verse. La propuesta de reforma habla de que las EPS pueden prestar servicios de salud a igual que la red pública, pero por ningún lado se habla del incremento de la UNIDAD DE PAGO POR CAPITACIÓN (UPC). Es decir, que continuará la crisis financiera en la red pública hospitalaria, pues hemos observado el beneplácito del Gobierno con los intermediarios. 
 
En relación con el cuarto objetivo (REDUCIR LA INTERMEDIACIÓN FINANCIERA), me parece la desfachatez más grande del Gobierno. Esto es, que continuarán los parásitos del sistema, las EPS. Esto refleja el compromiso del Gobierno con el capital especulativo y financiero.
 
El quinto objetivo (DISMINUIR LA CORRUPCIÓN Y GARANTIZAR UNA MEJOR REGULACIÓN Y SUPERVISIÓN), otra desfachatez del Gobierno que en nada se sonroja frente a los grandes escándalos de corrupción denunciados en el país y por el contrario, hace expresa su característica de seguir cohonestando con la corrupción. De otra parte, no determina nada para el fortalecimiento de la autoridad sanitaria, tanto en lo organizativo como financiero.
 
El sexto objetivo, a mi parecer (MANTENER LOS LOGROS ALCANZADOS EN PROTECCIÓN FINANCIERA Y COBERTURA), confirma todo lo dicho anteriormente, a pesar de que este gobierno se jacta de difundir una supuesta prosperidad para todos, es decir, que continua una UPC deficitaria excluidos del sistema. 
 
Análisis especial merece (mejor dicho téngase que voy ladeado) la transformación de las EPS en administradoras para la atención básica y especializada en salud, situación que me produce especial preocupación, pues ya se tiene la experiencia que se ha tenido con respecto a la contratación con la red pública hospitalaria. Es decir, que ya no solo degustaran del hueso carnudo sino también de la pulpa.
 
Pero también nos inquieta profundamente el futuro de lo hemos conocido como nivel tres de complejidad. 
 
Concluyo estos comentarios, invitando a todos los sectores sociales y populares a fortalecer nuestros espacios de articulación, a disponernos para grandes movilizaciones para continuar construyendo nuestro sueño de lograr que la salud y la seguridad social sean reconocidos como derecho fundamental, es decir, que ahora y siempre tiene vigencia nuestra iniciativa de un nuevo modelo de salud y seguridad social por medio del cual se dignifique al ser humano.
 
Fraternal saludo a todos nuestros compañeros y compañeras, para que contribuyamos en el análisis de esta nueva propuesta de reforma.
 
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OCTAVA PAPELETA CALI 2DA FASE