El Catatumbo Colombiano, una región bella y rica en recursos naturales no renovables ubicada al norte del departamento de Norte de Santander en límites con el vecino país Venezolano, hace parte de la amplia reserva forestal serranía de los motilones (Serranía del Perijá) en la prolongación de la cordillera oriental que muere en los departamentos del Cesar y Guajira y el estado del Zulia. 

 
En esta amplia zona se encuentra el parque Nacional Natural Catatumbo-Bari, adscrita a Sistema Nacional de Parques Nacionales Naturales y que alberga a la población indígena Motilone-Bari.

 

Esta zona está conformada por 7 municipios en los que se encuentran: Tibú, el Tarra, Convención, Teorama, Hacarí, San Calixto, y el Carmen; con municipios aledaños como, Ocaña, la Playa, Sardinata; en el cual el municipio de Ocaña por el norte y el municipio del Zulia por el sur, son la puerta de entrada hacia esta extensa región. Desde Cúcuta hasta la capital del Catatumbo, Tibú, hay 120 km, el recorrido por carretera dura cuatro horas, ello dado el lamentable estado de la vía en que se recorre apenas un promedio de 30 kilómetros por hora. En Avión el recorrido es apenas de 20 minutos, en vuelo charter, o en vuelos exclusivos de los directivos de la empresa Colombiana de petróleo ECOPETROL, aeropuerto administrado por ellos mismos, se puede usar si usted hace parte del círculo de amistades de esta cúpula. Para recorrer esta región desde Ocaña pasando por el Tarra, Tibú y Cúcuta el recorrido de 300 km, dura alrededor de 12 horas si el clima les favorece debido a que en la ola invernal del 2011, el rio Tarra en una avalancha derrumbo el puente y los vehículos hoy deben atravesar el río.
 
La población de los municipios que integran el Catatumbo está alrededor de los 119. 668 habitantes, de las cuales el municipio de Tibú, la capital, presenta la mayor parte de los habitantes.
 
Municipios del Catatumbo
Población
 
Tibú  36.959
Teorama  17.523
El Carmen  16.326
Convención  15.375
El Tarra  14.239
San Calixto  9.837
Hacarí  9.409
Total población 119.668 habitantes
Fuente: Alcaldías
 
Las actividades económicas de la zona, corresponden al Cacao, Café, Cebolla, Frijol, palma de aceite y coca, sin embargo por el mal estado de las vías afirman los campesinos que por la venta de dos bultos de plátano cultivado en una finca se ganan $80.000, pero si no tiene con que llevarlos hasta el sitio donde se los recogen, deben pagar para transportarlos en mula, que en ocasiones vale entre $60.000 y $80.000. ¿Cuál sería la ganancia?; si se cultiva coca y se produce la base de coca, las ganancias son de $2,6 millones, es por eso que el gobierno nos ha obligado a sembrar coca, afirman los campesinos. Según cifras oficiales podría haber en el Catatumbo  entre 3.000 y 4.000 hectáreas, pero analistas independientes hablan de 8.000 hectáreas.
 
La palma de aceite es otra actividad que desde el año 2002 se inicia con el programa de sustitución de cultivos de uso ilícito, con las primeras 1000 hectáreas, hoy existen más de 18 mil hectáreas en el Norte de Santander generando una crisis por la tenencia de la tierras, debido a que grandes terratenientes e industriales están comprando tierras para este cultivo, como el caso de hacienda las Flores de propiedad del ex ministro del Gobierno Pastrana, Carlos Murgas, quien tiene el monopolio del lucrativo negocio en la región. Se habla de desarrollo para las multinacionales y no para los campesinos, afirma la comunidad.
 
La bonanza petrolera en Tibú tiene sus inicios en 1930, esta actividad se pensaba que traería progreso y desarrollo en la región, en 1970 iniciaron las organizaciones sindicales, a luchar contra del abandono del Estado en la región. En campo Tibú, según cifras de Ecopetrol se producen 2 mil 300 barriles de petróleo por día (bpd) con la meta de producir 26 mil 800 (bpd) en el 2015 y con reservas de crudo hasta el 2034. Tibú produce un millón de metros cúbicos de gas, y paradójicamente la población Tibuyana hoy, no cuenta con este servicio.
 
El conflicto armado en la región tiene sus inicios en la década de los 80, llegaron los grupos de guerrilla, FARC, ELN y EPL; en 1998 se inicia la incursión paramilitar, dejando a los campesinos en medio del fuego cruzado y condenados a las masacres y desplazamiento. Cuando se inicia la avanzada paramilitar ordenada por Carlos Castaño y comandada por Salvatore Mancuso, entraron al Catatumbo 280 hombres con la permisibilidad, concurso y apoyo del Ejército y la Policía, llegaron al Tarra, Tibú y el corregimiento de la Gabarra. En esta incursión asesinaron a 11.500 personas, 60 masacres y según cifras de Codhes (Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento), el número de personas desplazadas ascendió a 14.237 constituyéndose en el reporte más alto de la región.
 
La violencia generada por los grupos armados ilegales configura un conflicto de azarosa degradación de las condiciones de existencia de la población. Los resultados no solamente son el exterminio de numerosas vidas en el fuego de la confrontación de fuerzas contrarias y en general la victimización de la sociedad civil mediante diversos procedimientos de agresión, sino también la generación de otras secuelas como la concurrencia del narcotráfico, el despojo de tierras, la violación de los derechos humanos y la distorsión del ejercicio de la autoridad al ceder a la represión de los campesinos cuando expresan su inconformidad como protesta por la adversidad en que se han visto atrapados.
 
El Catatumbo presenta un atraso de más de 50 años, toda la infraestructura vial secundaria esta en trocha, solo cuentan con hospitales del primer nivel, sometiéndose a los pacientes al paseo de la muerte. La infraestructura educativa no es la más adecuada, los docentes de muchos municipios no están en carrera docente y dependen de los políticos de turno para que les mantengan el puesto de trabajo; este es el estado de la educación.
 
Desde el mes de mayo de este año cuando por órdenes del Gobierno Nacional se inician las erradicaciones manuales en la zona, comienzan los enfrentamientos entre el ejército y los campesinos que como resultado dejo dos campesinos y seis soldados heridos. Este fue el detonante de la protesta que inicio el 11 de junio, las entradas a Tibú amanecieron bloqueadas por más de 2000 campesinos, protestando por la avanzada de erradicaciones sin tener una alternativa de sustitución de cultivos ilícitos.
 
La Asociación Campesina que lidera el Paro, propuso siete puntos de exigencias al Gobierno Nacional:
 
1. Convocar a una mesa de interlocución entre los campesinos y el Gobierno nacional (ministros de Agricultura, Interior, Minas, Defensa, Ambiente e Incoder) en la que participen los alcaldes y personeros de los siete municipios del Catatumbo, el gobernador Édgar Díaz Contreras, organizaciones defensoras de derechos humanos y la Defensoría del Pueblo.
 
2. La declaración de una Zona de Reserva Campesina (ZRC) en el marco de las obligaciones que tiene el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) de acuerdo con la Ley 160 de 1994 y el Decreto 1777 de 1996.
 
3. Establecer la ruta de financiación de proyectos priorizados en el plan de desarrollo de la ZRC.
 
4. La suspensión de la erradicación de cultivos ilícitos y la implementación de un programa de sustitución gradual y concertado con la comunidad.
 
5. La mitigación de la crisis alimentaria como consecuencia de la erradicación de cultivos de coca otorgando un subsidio de $1,5 millones mensuales a las familias afectadas. Para ello se establecería un diagnóstico que arroje a los beneficiarios.
 
6. Suspender los proyectos de minería y respetar el derecho de la comunidad a participar en las decisiones que les afecten.
 
7. En aras del respeto a los derechos humanos, el Gobierno nacional debe reconocer el carácter civil de quienes pertenecen a Ascamcat. Impulsar investigaciones judiciales por la violación de derechos humanos y crear una comisión de verificación que se desplace a la zona.
 
La respuesta del Gobierno Santos, para atender las carencias del Catatumbo no han tenido los resultados esperados. Todo se ha quedado corto, como está demostrado. Y a eso se agrega la represión que ha tenido con los manifestantes que ya después de cuatro largas semanas de paro, les ha costado la muerte de cuatro personas (Edwin Franco Jaime, Yonel Jácome Ortiz, Humberto Angarita y Hermidez Palacio), en enfrentamientos con el ESMAD de la Policía y el Ejército. La asociación de campesinos solicitan que se investiguen la muerte de estos campesinos en manos del Ejército. El gobierno Santos hasta el momento no ha ofrecido disculpas públicas, por el deceso de estos campesinos que solo buscan el desarrollo y el bienestar para este territorio rico en recursos naturales.
 
El Catatumbo
 
Ahora el Gobierno busca demostrar que la marcha ha sido infiltrada por las FARC que hacen presencia en la zona como se señaló líneas atrás. Aún si esto fuera cierto no invalida la protesta que tiene como reivindicaciones centrales la puesta en marcha de un plan de desarrollo alternativo que contemple inversiones en infraestructura vial, inversiones en educación y salud, y sobre todo, un plan de sustitución de cultivos de uso ilícito con subsidios a los campesinos mientras se sustituyen los cultivos. Esto es lo que no se puede ocultar.
 
Edición N° 00358 – Semana del 5 al 11 de Julio de 2013
http://viva.org.co/cajavirtual/svc0358/articulo02.html