El pasado 6 Junio de 2013, se realizó el foro “La Paz desde la Justicia Social”, este evento contó con la participación de 650 personas entre ellos; estudiantes, profesores del IMA – UPB de la sede CECIDIC Toribio, autoridades del cabildo indígena de Toribio, Tacueyó y San Francisco.

 
La principal ponencia del foro estuvo a cargo de la comunicadora indígena Vilma Roció Almendra, además el foro contó con la participación de los estudiantes quienes mostraron sus expresiones culturales por medio de la danza, cuento, poesía, dramatizados, canto y pintura enfocados a la paz. También se escucharon mensajes de reflexión por parte del Padre Antonio Bonanomi y el secretario de educación departamental Gilberto Muñoz Coronado.
 
A continuación compartimos la siguiente síntesis como resultado del foro.
 
Las diferentes expresiones que hemos visto y disfrutado este día nos permiten ver desde diferentes perspectivas, las ideas, sentimientos, deseos, y el clamor que tienen nuestras comunidades por la paz y la reconciliación, es así como para los nasas la paz es el territorio porque cuando el hombre convive en armonía y en equilibrio los espíritus orientan su camino.
 
Paradójicamente nos encontramos con miradas que consideran que el modelo actual del estado blinda el proceso de construcción y solo sirve a las necesidades de los que buscan explotar los recursos, el hecho real es que Colombia es un país con múltiples recursos para nosotros, sin embargo para los sectores interesados la consideran  botín que debería ser explotado y no como la madre tierra, desde las perspectivas de las mesas de negociación lo que se hace es negociar los recursos y a quien van a ser asignados, en este momento en que estamos en medio de los diálogos tristemente en nuestros territorios los asesinatos continúan, la inequidad se vive a diario y los diversos sectores buscan controlar los recursos y los bienes siguen teniendo la voz al hablar sobre la paz, la justicia y la reparación.
 
Sin embargo a pesar de las condiciones, la necesidad, el clamor y el deseo por la paz, los diálogos no permiten concentrar la voluntad que se necesita para conseguirla, pues las condiciones  de igualdad y seguridad en los diferentes territorios son mínimas y bajo la óptica de la Habana – Cuba se hablan sobre el desarrollo agrario, participación política, fin del conflicto, drogas ilícitas y víctimas, pero básicamente las políticas del estado siguen afectando las necesidades de las comunidades, quedando de lado puntos importantes como el de la soberanía alimentaria y el postconflicto y más aún cuando la consigna de esta mesa se centra en argumentar: “Nada está acordado hasta que todo este acordado”, lo que no lleva a pensar que tanto tenemos de la negociación si no lo acordamos todo.
 
Finalmente hay que ser realistas en las apuesta por la participación política pero hoy día queda la duda que tan fuerte seria esta apuesta dado el velo de duda sobre el dominio de los territorios a la frente a la entrega de las armas que garantice un cese multilateral del conflicto en donde ninguno de nosotros estemos involucrados, teniendo claro que este panorama se agudiza con el problema de cómo garantizar la reparación de los damnificados desde todos los sentidos.
 
Porque finalmente cuando se habla de víctimas paradójicamente, los requisitos para cumplir con esta categoría no nos cubren, los diversos miembros de las comunidades somos como una mujer ultrajada que no puede hablar de su sufrimiento y su dolor, la paz debe pasar mucho más allá de la firma de un documento, es mucho más que un círculo cerrado donde imperan los intereses y dinero mucho más que voluntades, deseos.
 
Pero este no es el único escenario posible, normalmente cuando hablamos de conflictos, hemos venido viviendo un conflicto étnico y cultural en este país, pues nacer indio o negro es malo, pues la comunidad dominante se nos excluye con expresiones como “negro tenía que ser” o “mucho indio” al referirse peyorativamente a alguien, se hace entonces urgente y necesario lograr de verdad poner a la luz de la cotidianidad nacional este conflicto haciendo que la cultura étnica, la diversidad y la diferencia sea vista como una riqueza.
 
Un segundo conflicto es el conflicto social, Colombia es un país donde hay mucha pobreza y no solo de alimentos, el hambre de conocimiento, de justicia, de fe, de igualdad y de dignidad imperan en un modelo de país que crea la desigualdad como cimiento del desarrollo, el aumento de desempleo, la falta de educación de calidad o de opciones para sustituir cultivos son solo algunos de los problemas que hay en el país.
 
Y finalmente el conflicto armado, que ha sido un tema de trascendencia a los largo de la historia del país, cada vez que se firma un pacto de desmovilización, surgen nuevos grupos armados que por diversas razones buscan la reivindicación de derechos que nos llevan a concluir que con el cese del conflicto armado no se concretara la paz.
 
Finalmente, cada una de las piezas ilustradas en esta tarde forma parte de un rompecabezas llamado Colombia que cuando logren ser resueltas y estar unidas representara el significado real de la paz enmarcada en los hechos  que construyan la armonía. 
 
Como alguna vez lo menciono el padre Álvaro Ulcue Chocue: La verdad es que cuando la llaga es ajena no se siente, pero cuando es propia duele mucho.
 
Y la paz y la justicia en este momento es asunto de todos.
 
Por: Foro IMA – UPB, sede Toribio