En el primer congreso educativo que se llevó a cabo en la sede educativa Kwe´sx Nasa Ksxa´wnxi (el gran sueño de los indios) municipio de Florida – Valle del Cauca. El Tejido de Comunicación habló con Daifenis Cruz coordinadora de la guardia indígena de la ORIVAC, quien nos cuenta un poco acerca de su experiencia como guardia y coordinadora a nivel regional:

 
Primero que todo esto es un proceso, estos espacios se los gana uno por la forma de ser, participando en mi comunidad como guardia, aportando a esta, cuando salíamos a los congresos haciendo los relevos, y siendo una mujer activa dentro del proceso. Estos cargos se los gana uno mismo desde la comunidad, pues la gente mira el trabajo que uno hace.
 
En el congreso que se hizo en Bolívar ya hace un año a mí me habían delegado para el tema de salud. Para ese congreso mi comunidad me saco como candidata pues a mí siempre me ha gustado el tema de la medicina tradicional, pasamos por la medicina propia para ver si teníamos las capacidades y ya estando allá como candidata me dijeron que colaborara provisionalmente en la guardia. Dos meses después en un congreso en esta misma institución la comunidad corroboró que yo quedara como coordinadora de la guardia.
 
Ha sido una experiencia muy bonita, porque resalta que nosotras las mujeres si podemos, a pesar de todas las críticas, pues se trabaja con cinco pueblos en la regional: los Embera, los Embera Chami, los Wounaan, los Nasa y Eperara Siapidara; ya uno se ha ganado ese respeto y se siente el apoyo de las demás compañeras. “Por fin tenemos una mujer que nos represente en la consejería ya que siempre ha existido el machismo, los coordinadores siempre son hombres a nivel de la regional, y ya hay alguien que saque la cara por nosotras” dicen las compañeras.
 
A pesar de las dificultades en el tema económico, eso no hace que desfallezcamos porque todo no es la plata y hay que seguir abriendo camino así sea con las uñas para los venideros, para nuestros hijos, en ese sentido me siento muy orgullosa de portar mi bastón y de ser lo que hoy soy: guardia y madre indígena. 
 
En este momento cuento con 800 guardias indígenas, muchas veces por los malos manejos en los resguardos con respecto a la guardia muchos comuneros se desaniman, aunque en este momento activos hay 400 de los 800 de Florida, Pradera y Jamundí, sin contar Emberas pues muchas veces están muy lejos y siempre se dificulta su traslado a pesar de su interés por acompañar los distintos espacios. La idea es subir a los 1000 pues yo sé que gente hay, pero yo lo he dicho, las mismas autoridades han hecho que la gente se desanime porque a la guardia la utilizan para estar cuidando baños, cuando ellos son los que cuidan el territorio, en ese sentido yo estoy haciendo que esa idea que siempre han tenido como guardia cambie y hacer valer lo que ellos verdaderamente son, los cuidanderos del territorio.
 
En el trabajo de caminar con la comunidad ¿Cuáles son las mayores problemáticas que usted ha visto en este recorrido por los distintos territorios?
 
Una de las problemáticas que más se ven por ejemplo en la zona norte del Valle, donde están situando la mayor parte de los Emberas es que el estado los tiene muy abandonados, en el sentido de la salud y la educación. Realmente pasan muchas necesidades. Por parte de las alcaldías no hay coordinación, incluso los desconocen. Nosotros fuimos a una comunidad en Trujillo, más específicamente al resguardo Kipara, también Embera. Entrar a ese municipio y ver que la gente lo mira a uno como un desconocido, pues a los indígenas no los quieren y menos a la guardia porque ese territorio está en disputa por grupos armados. Nosotros para ir como ORIVAC tenemos que ir estratégicamente y yendo constantemente nos hemos ido ganando los espacios.
 
En otra zona en la parte pacífica, donde queda el bajo Calima y habita el pueblo Wounaan, también los actores armados son los que mandan allá, y por más que se le ha pedido al estado que colabore la gente sigue con las mismas necesidades, más aun cuando en esos territorios son ciénagas y se dificulta la agricultura.
 
En el pueblo Nasa ya se metió la locomotora minera,  y se ha disparado tanto que cada vez se ven más proyectos grandes en el territorio, debido a eso los actores armados buscan la forma de desarticular a las comunidades, para mirar al más débil. En todas partes estamos viendo este tipo de problemáticas.
 
¿Qué llamado hace a la comunidad que están en el territorio, en especial a las mujeres y porque es importante que las mujeres estén liderando estos espacios?
 
Yo las invito a pensar que nosotras somos las dadoras de la vida, somos las que tenemos los hijos y las que nos duele parirlos. Si nosotras somos las que tenemos que sufrir, ya sea por la guerra porque son nuestros hijos los que están allá, entonces las invito a que no nos de pena portar un bastón y cuando tengamos que salir, que lo empuñemos y lo alcemos bien alto para decir que aquí estamos las mujeres y nos sintamos representadas; inculcarle esto a nuestros hijos porque tenemos que empuñar un bastón y porque estamos en defensa de nuestra madre tierra, tenemos que defender nuestra misma comunidad, nuestro territorio y defender nuestra vida. Y si nosotros no lo hacemos quién lo va hacer, sabiendo que el estado lo que quiere es acabarnos, por eso nosotros debemos poner resistencia y quien más que nosotras las mujeres que somos las que damos nuestros hijos , sobre todo cuando es a nuestros hijos que el estado busca llevárselos y así acabarnos. Por eso invito a las mujeres que tengamos la frente en alto, que digamos aquí estamos nosotras, que también podemos portar un bastón y que tenemos que ser guerreras como la Gaitana.
 
Tejido de Comunicación – ACIN