Los arroceros colombianos esperan este año una cosecha de 2,4 millones de toneladas, a pesar de la competencia de las importaciones y el contrabando de ese cereal. Aunque el sector agrícola es clave para cualquier país, en Colombia esa actividad ha venido perdiendo peso dentro del conjunto de la economía. Tanto que la participación del agro en el Producto Interno Bruto, PIB, es hoy apenas del 9 %, cuando en los años 80 superaba el 15 %.

Reflejo de esa realidad son los modestos crecimientos anuales registrados por el sector desde el año 2001, los cuales han sido en promedio del 2 %, cifra inferior a la de la expansión de la economía, que ha sido de un 4 % en dicho lapso.

Tal comportamiento —según Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC— obedece a la falta de una verdadera política estatal y coherente y de largo plazo.

Por ello, el dirigente justifica el descontento que han exteriorizado cafeteros, arroceros, cacacaoteros y ganaderos, entre otros, pero no las vías de hecho como los paros y los bloqueos de carreteras.

“Respetamos la protesta, pero no con actos por fuera de la ley. A esos paros les han metido política; sus líderes no son verdaderos agricultores”, anota. Mejía recalca que en los tres últimos años los esfuerzos propios de los agricultores han permitido aumentar el área cosechada en 2,5 %, destacándose los cultivos de ciclo largo con un 4,3 %, y de ciclo corto con un incremento del 2,3 %, excepto el café que cayó 1,2 %.

Por su parte, la producción ha tenido un aumento de 2,7 millones. En el 2002 eran 23.157.000 toneladas, y en el 2012 se llegó a 25.135.000 toneladas.

Y pese a que los subsidios al sector, según afirma el ministro de Agricultura, Francisco Estupiñán, le han costado al Gobierno $4 billones desde el 2010, Mejía califica con un 3, la gestión agrícola de la administración Santos. Estupiñán sostiene que “nos la hemos jugado toda por el campo”, tras admitir que todavía son muchos los retos a seguir.

Y quizás uno de esos desafíos es el poder administrar en el 2014 las políticas del campo con menores recursos, ya que para esa cartera se asignó un presupuesto de $2,10 billones, inferior en un 30 % al del 2013. Para inversión habrá $1,68 billones, un 38 % menos.

Los tratados comerciales y las crecientes importaciones agrícolas, así como la baja competitividad del campo son otras de las amenazas al sector. Así, mientras las importaciones crecieron 20,7 % entre 2010 y 2013, las exportaciones agrícolas lo hicieron apenas en 7,1 % en volumen.

El País presenta una radiografía de las dificultades que afrontan los principales sectores agrícolas en el país.

La incertidumbre que acosa al café

Colombia tiene el café más suave del mundo, pero aún esa actividad presenta hoy una difícil coyuntura y es la punta del iceberg de la crisis del agro colombiano. Todo por culpa de los bajos precios internacionales, el retroceso en la producción y las menores exportaciones.

Este panorama llevó a que los caficultores, entre finales de febrero y principios de marzo, se lanzaran a un paro que se solucionó con el pago de más subsidios. Pero ahora nuevas tensiones están al orden del día, ya que el Gobierno no ha podido desactivar otra protesta anunciada para el 19 de agosto.

Y aunque ya se han pagado $577.000 millones en ayudas a través del Programa de Protección de Ingresos a los Cafeteros, PIC, los cultivadores los consideran insuficientes. Por cada carga están recibiendo $165.000 luego de pasar por un riguroso control antifraude.

La actividad cafetera ha vivido situaciones complicadas en los últimos años. Por ejemplo, la producción retrocedió de 11 millones de sacos en el 2008 a 7,3 millones en el 2012, mientras las exportaciones se desplomaron a 7,1 millones de sacos. Se espera que este año la producción llegue a 9 millones de sacos.

Luego del impacto de los inviernos que diezmaron gran parte de las cosechas entre 2010 y 2011, las dificultades estriban también en la caída gradual de los precios internacionales (hoy en US$1,22 por libra), tras haber superado los US$2 en el 2010, más el impacto de la revaluación, que le ha quitado dinero a los exportadores.

Toda esa coyuntura coincidió con un gigantesco plan de renovación de cafetales antiguos por variedades más resistentes. Entre los años 2010 y 2012 se han renovado 316.000 hectáreas, de ellas 30.000 en el Valle del Cauca. Muchos de esos árboles comenzarán a producir entre este año y el 2014.

Como si fuera poco, dirigentes del sector, entre ellos el ex ministro Juan Camilo Restrepo, han cuestionado las políticas de la Federación Nacional de Cafeteros en cabeza de su actual gerente, Luis Genaro Muñoz, cuya renuncia ha sido solicitada en varias oportunidades. Muñoz se defiende al señalar que no se irá porque fue elegido democráticamente por la mayoría de los caficultores del país.

Por las anteriores circunstancias, la caficultura está sumergida en una incertidumbre, además de que Colombia está perdiendo posiciones en el mercado mundial. De ser el segundo país productor, hoy es cuarto después de Vietnam e Indonesia.

 

Cañicultores y azucareros, en difícil etapa

En la agroindustria azucarera nacional aún se sienten las secuelas de los inviernos que hubo entre los años 2010, 2011 y 2012. Por culpa de esos fenómenos climáticos, la molienda de caña en los ingenios descendió 16,4 % entre enero y junio de este año, al llegar a 8,7 millones de toneladas, contra 10,4 millones en igual lapso del 2012.

A lo anterior se agrega el impacto de crecientes importaciones del granulado, especialmente de Brasil (54 %) y de Bolivia (24 %), las cuales entre enero y mayo del 2013 alcanzaron las 171.000 toneladas, y que amenazan con seguir deprimiendo los ya alicaídos precios internos de ese producto.

Esa competencia desleal ha provocado una pérdida de competitividad por tasa de cambio del 18,3 %, ya que mientras Brasil devaluó su moneda (el Real) en 9,9% en 2012, Colombia revaluó el peso en 8,4 % en ese año.

Según Andrés Pérez, director del Departamento Económico y de Planeación de Asocaña, “esas importaciones desestimulan a la industria nacional, ya que ellos (los brasileños) reciben más reales por el azúcar que venden, mientras los importadores compran más barato”. Por ese motivo los precios del azúcar en Cali se han contraído este año en 26,6 % y un 20,7 % en Bogotá.

El panorama es igualmente preocupante dado que las cotizaciones externas siguen bajando: hoy el azúcar se vende a US$0,16 por libra en la Bolsa de Nueva York. Ello ha ocasionado en gran medida que las exportaciones de azúcar bajaran 47 % entre enero y junio del 2013 (a 155.000 toneladas), contra 330.000 toneladas en igual periodo del año pasado.

La producción de azúcar también acusó una reducción del 17,7 % en el primer semestre del año. Llegó, según reveló Pérez, a 863.000 toneladas, cuando en el 2012 habían sido 1.020.000 toneladas métricas.

Pese a tales adversidades en los mercados, dice el investigador, la agroindustria azucarera colombiana proyecta finalizar el 2013 con una producción de 2,2 millones de toneladas, muy similar a la del 2012.

 

El dilema del sector cacaotero nacional

Luego del paro que los cacaoteros adelantaron a principios del año, el Gobierno les asignó un subsidio a 40.000 familias cultivadoras, el cual pasó de $400.000 a $800.000 por tonelada.

Pero esa ayuda irá solo hasta el 31 de diciembre del 2013, luego de lo cual se ignora si será prorrogada. Todo porque el Ministerio de Agricultura tendrá un presupuesto más reducido el año entrante.

En los últimos tres años, el Gobierno ha otorgado subsidios a los cacaoteros por $105.000 millones como una forma de estimular las siembras y los precios internos deprimidos por las importaciones.

Igualmente, para mantener el equilibrio de los precios, como parte del acuerdo con los productores, el Gobierno reactivó el Fondo de Estabilización de Precios con un aporte de $9.000 millones. Los cacaoteros se quejan del alto costo de los agroquímicos y han pedido la intervención del Gobierno.

 

Las complicaciones de ganaderos y lecheros

La ganadería. según el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, está sumida en una gran crisis, ya que el Gobierno se desentendió del sector al dedicar sus esfuerzos solo al problema de tierras.

Dentro de esta coyuntura, los lecheros son los más afectados, ya que aunque la producción supera hoy los 6,5 millones de litros-año, el país pasó de gastarse US$47 millones en leche importada en el 2011 a US$117 millones en el 2012.

En el 2013 las compras externas de leche en polvo podrían ascender a US$150 millones, causando la ruina de miles de productores, dice el dirigente.

Lafaurie recalca que por culpa de las importaciones de lactosueros y otros derivados, los precios internos han retrocedido entre 12 % y 18 % este año, ya que las industrias procesadoras han reducido sus compras.

“Si hoy existen 500.000 ganaderos, todo apunta a que hacia el 2020, apenas habrá 200.000 por ese tipo de políticas”, anota.

Arroceros reclaman política integral

Crecientes importaciones, bajos precios y altos costos de producción, enfrentan hoy los arroceros colombianos. Se estima que los precios internos han descendido este año entre un 10 % y un 20 %, mientras desde Estados Unidos se prevé este año la llegada de 82.500 toneladas de las cuales han entrado 65.000 toneladas. Y existe el temor de que ingrese más arroz extranjero por cuenta de los nuevos tratados comerciales, en especial desde la Alianza del Pacífico.

Otro punto que alarma al sector, es el contrabando de ese cereal desde Ecuador y Venezuela, y que según cifras extraoficiales, asciende a 250.000 toneladas al año, las cuales generan excedentes que podrían deprimir más los precios.

Rafael Hernández, presidente de Fedearroz, coincide con el presidente de la SAC, Rafael Mejía, en que esos problemas obedecen a la falta de una política agrícola coherente y sostenida, ya que “el Gobierno está aplicando es una estrategia de apagar incendios”.

Y anota: “Cuando los agricultores hacen un paro en un lado, el Gobierno corre, negocia y promete dineros, pero eso no soluciona la coyuntura del agro, porque no hay políticas de largo plazo”. Aún bajo ese panorama, la producción de arroz paddy para este año se estima en 2.400.000 toneladas.

Hernández reconoce que Colombia presenta un déficit del 25 % para atender el consumo (unas 300.000 toneladas), pero recalca que las importaciones no deben coincidir con la salida de las cosechas entre agosto y septiembre.

Frente a tal posición está en desacuerdo, Jeffrey Fajardo, presidente de Induarroz, quien afirma que debido a las restricciones para importar ese cereal, el contrabando abastece el 35 % del consumo. Sostiene que solo entre los años 2010 y 2012, ingresaron al país de forma ilegal, 1,2 millones de toneladas de ese alimento básico de la dieta colombiana.

Cifras

577 mil millones de pesos en auxilios ha otorgado la Federación a los caficultores a través del PIC.
25,94 por ciento aumentó la producción de cacao en Colombia durante el primer semestre al llegar a 25.322 toneladas, reveló el presidente encargado de Fedecacao, Jacob Rojas Ardila.
117 millones de dólares se gastó el año pasado Colombia en la compra de leche en polvo importada, lactosueros y otros derivados, lo cual viene afectando a los productores nacionales.
16,4 por ciento descendió en el primer semestre del 2013 la molienda de caña en los ingenios del Valle del Cauca.
1,2 millones de toneladas de arroz estiman los molineros o industriales del sector que han ingresado de contrabando a Colombia en los últimos tres años.

 

Diario del Huila

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Lunes, 12 de Agosto de 2013 05:15