En los últimos años el sistema agrario ha venido presentando graves problemas en los campos colombianos por causas de políticas y leyes a favor de multinacionales y en contra de nuestros campesinos e indígenas, que año tras año han venido cultivando semillas criollas y nativas para la soberanía alimentaria. 

 

Como contraparte la llegada de los TLC con productos más baratos, semillas “mejoradas” para destituir las criollas y el alza de los precios de abonos, es definitivamente un ataque directo contra los campesinos de nuestro país.

El Tejido de Comunicación habló con Germán Vélez del grupo Semillas, quien nos compartió sus conocimientos sobre el gran problema agrario que ha estado presentándose en estos últimos años en Colombia como consecuencia de la mala política de gobierno que no ha tenido la mínima intención de proteger a los campesinos de la crisis agropecuaria:

El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), institución que debería proteger el agro, se ha empeñado en hacer políticas adversas para luego legitimarlas a favor de intereses de multinacionales y privatizar las semillas. Una de las leyes más perversas es la ley 970 del 2005 aprobada en el 2010, que ha causado graves afectaciones hace varios años. Un terrible ejemplo de esas consecuencias es el decomiso de semillas nativas a campesinos e indígenas que por mucho tiempo ha sido tradición conservar. El decomiso responde a esta ley que convierte en delincuentes a las personas que trabajan la agricultura orgánica y sana. Esta ley prohíbe usas semillas que no sean certificadas.

La resolución 970 que privatiza las semillas sugiere que éstas no podrán ser sembradas sin autorización de las empresas transformadoras de semillas. Si sucede lo contrario tendrán una pena de cuatro años de cárcel o 500 salarios mínimos de multa, y lo peor de ese artículo es que si el campesino tiene una semillas muy parecidas a las semillas privadas también se le aplica la misma sanción.

¿Qué es lo que está pasando con las semillas, porque está siendo privatizada?

Lo que pretende el ICA es cambiar las semillas criollas con las “mejoradas”, su argumento es que nuestras semillas son de muy mala calidad que producen enfermedades y plagas, “sin tener en cuenta que es todo lo contrario” que son nuestras semillas que se adaptan a todo tipo de cambios ambientales y socio económicas de las comunidades.

Claro está, que lo que quiere el ICA es entregar las semillas a las multinacionales, lo cual sí nos ha traído muchas plagas y enfermedades  por causa de paquetes tecnológicos enviados por las transnacionales que buscan adueñarse del sistema alimentario.
 
Germán Vélez dijo que es importante que las organizaciones campesinas, afros e indígenas implementen estrategias integrales para defender las semillas. Que se fortalezcan las prácticas ancestrales con las que se han conservado como la reproducción, intercambio y difusión de deferentes semillas en las comunidades.  “La única forma de conservar las semillas es caminar con ellas porque la vida de la semillas está totalmente relacionada con la vida de la gente”.

Un ejemplo claro de la grave situación que se nos avecina es lo que pasa en Francia, donde la ley no permite conservar ni sembrar semillas criollas, es institucional mente ilegal.   
Hay que hacer procesos fuertes de subsistencia de las semillas, a nivel local, regional nacional, uniéndonos con campesinos afros e indígenas, en todo Latinoamérica y en todo el mundo para hacer frente a este problema que nos toca a todos.

Tejido de Comunicación –ACIN

Agosto 20 del 2013