A Iván Cepeda Castro lo quiere eliminar el régimen por defender a las víctimas y exigir que se investigue y se juzgue en derecho a los victimarios. Iván Cepeda cree, defiende y reclama una institucionalidad justa que ejerza justicia a través de procedimientos impecables, estrictos y transparentes, un requisito indispensable para la paz; una Colombia otra.
IVÁN CEPEDA CASTRO NOS REPRESENTA.
EL ATENTADO JURÍDICO EN SU CONTRA
ES CONTRA UNA COLOMBIA-OTRA EN PAZ CON JUSTICIA
A Iván Cepeda Castro lo quiere eliminar el régimen por defender a las víctimas y exigir que se investigue y se juzgue en derecho a los victimarios. Iván Cepeda cree, defiende y reclama una institucionalidad justa que ejerza justicia a través de procedimientos impecables, estrictos y transparentes, un requisito indispensable para la paz; una Colombia otra. A pesar de que su vida y la de quienes lo han rodeado, está signada por el abuso institucional criminal y la distorsión sistemática de la justicia transformada en instrumento de despojo y persecución, Iván Cepeda, como pocos, ha creído en la fuerza de la verdad jurídica para transformar de manera paciente y firme una maquinaria de terror y despojo, en una institucionalidad para la inclusión, la democracia y la justicia. A las amenazas de muerte de que viene siendo objeto desde hace muchos años, nutridas por señalamientos públicos difamatorios cuya intención es fabricar un Iván Cepeda sectario, intransigente y peligroso, incompatible con la persona real y contrario a su trabajo y personalidad, se suma ahora un atentado procesal cuyo propósito es eliminarlo jurídica y políticamente.
Cecilia Orozco Tascón sintetizó en una columna reciente el procedimiento persecutorio que puede esbozarse así: En cumplimiento de su deber como Representante a la Cámara, Iván Cepeda ha presentado recurrentemente y sujetándose de manera estricta y rigurosa al debido proceso institucional, evidencias y testimonios ante la Fiscalía General de la Nación, material que esta entidad aceptó. Por recabar y presentar esta evidencia, como diputado en ejercicio de su función de Control Político, la Corte Suprema de Justicia lo denuncia y luego, la Procuraduría General de la Nación, en cabeza del Procurador Alejandro Ordóñez, interpuso una absurda e insustentable demanda por supuesta extralimitación de funciones con fines personales y fraude procesal en mayo de 2013. Ahora, el ente disciplinario inicia una Investigación en su contra, obviando abiertamente la etapa de indagación preliminar a que tiene derecho.
La contundente evidencia presentada por Iván Cepeda es de amplio conocimiento público e incluye testimonios, documentos, fotografías y videos que presentan (entre otras cosas), la relación de Álvaro Uribe Vélez y su hermano Santiago con grupos paramilitares y actividades criminales. La Corte Suprema y la Procuraduría son eficientes y expeditas en los procedimientos que llevan a perseguir a quien denuncia crímenes atroces, mientras que los procesos a los que dan lugar las pruebas presentadas por Iván, no se han iniciado. Se trata entonces, de procedimientos desde el más alto nivel para encubrir victimarios y castigar a las víctimas y a Iván Cepeda por proceder en derecho en su nombre.
Lo señalado hasta acá basta para que nos pronunciemos de manera abierta y franca en respaldo de Iván, de su trabajo serio y consecuente, de las víctimas a quienes representa y de su defensa civil e institucional de la verdad y de la justicia. Estas amenazas y atentados en su contra lo son en contra nuestra, en contra de Colombia. Al respaldar a Iván Cepeda exigimos instituciones que respondan y respeten nuestros derechos colectivos. Denunciar crímenes de Estado y de lesa humanidad, no es un acto criminal ni merece un atentado jurídico enmascarado de proceso legal o disciplinario. Por el contrario, debe juzgarse a la luz de las pruebas recabadas a quienes se han servido del Estado al más alto nivel, para cometer crímenes atroces, al igual que a quienes, conociendo estas denuncias, como el Procurador Alejandro Ordóñez, pervierten el propósito y funciones de las instituciones que encabezan, para perseguir y castigar a quien exige justicia por la vía civil e institucional.
Si por denunciar un crimen pretenden condenar a la muerte jurídica y política a Iván Cepeda, ¿qué posibilidad queda de transformar legal y civilmente el Estado colombiano según sus propias reglas para alcanzar la paz, la justicia y la democracia?
Difícil es encontrar otra persona en la vida política actual de Colombia que represente como Iván Cepeda lo hace en palabra y acción, la independencia de criterio y pensamiento, la coherencia, la claridad ética en sus decisiones y la prudencia y serenidad de sus argumentos y debates. Imposible resulta siquiera señalar que Iván Cepeda actúa por fines personales y menos aún, en su quehacer en defensa de las víctimas de crímenes de Estado y en su función de Control Político. Aún la investigación, proceso y sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el asesinato de su padre, Manuel Cepeda Vargas, lejos de un asunto personal y familiar, obligó al Estado Colombiano, a través de Germán Vargas Lleras, Ministro de Estado, el 9 de agosto de 2011, a reconocer y a pedir perdón por este crimen. Por primera vez en la historia de Colombia, ante plenaria del Congreso de la República y en contravía de la arrogancia y el autoritarismo establecidos, a regañadientes, tuvieron que pedir perdón y cumplir a medias con esta sentencia histórica, sentando así un precedente para que todas las víctimas de estos delitos atroces invisibilizados y negados, puedan exigir y un día conseguir que quienes desde el poder han sido victimarios, tengan que dar la cara, confesar, pedir perdón frente a sus víctimas y asumir las consecuencias.
En todas sus actuaciones públicas como vocero y gestor de movimientos de víctimas y como Representante a la Cámara, Iván Cepeda Castro, ha contribuido como pocos a hacer realidad, en medio del terror y del despojo, una Colombia justa y en paz. Cuando el Estado y quienes lo transformaron en una maquinaria criminal para alcanzar beneficios insaciables, enfrenten la evidencia probatoria de sus delitos y a sus víctimas y se haga justicia ante la nación colectiva de muchos pueblos liberados del terror, será posible repararnos colectivamente desde abajo y nunca más someternos al oprobio arrogante de quienes nos robaron la paz y la vida. Que ningún Estado o funcionario estén, Nunca Más! por encima de la verdad, de la justicia y de su obligación de reparar integralmente a las víctimas visibles y presentes, es lo que Iván Cepeda defiende.
Lejano a todo sectarismo, crítico con argumentos de todo proyecto político e insurgente armado y de toda ideología que se contradijera en los hechos con el respeto por las ideas y por la democracia, Iván Cepeda Castro, se distancia o acerca cuando lo considera necesario, a personas y organizaciones. En su momento, por ejemplo, se distanció aún del Partido Comunista, de las posiciones e ideas defendidas por su padre y de allí en adelante, de todo aquello que consideró equivocado e injusto. Lo hace presentando argumentos y razones y dejando la puerta abierta para el disenso, la discusión y la reconciliación. Aún más, de manera abierta, una y otra vez, Iván Cepeda ha exigido el respeto al disenso y actuado en consecuencia frente a quienes cierran espacios de participación y reflexión crítica. Siempre del lado del pueblo y de la transformación desde abajo de un país de víctimas, cree en la unidad de las izquierdas, ahora mismo, para hacer posible un país donde quepamos todas y todos.
Los atentados contra Iván Cepeda Castro son atentados contra Colombia toda. Contra la posibilidad del disenso y el debate para una paz real y definitiva.
Exigimos que la Corte Suprema de Justicia y la Procuraduría General de la Nación suspendan de inmediato los procesos irregulares en su contra y presenten los argumentos en derecho que dan lugar a esta suspensión. Exigimos, por ello mismo, a la Fiscalía General de la Nación y a todas las instancias jurídicas responsables, que actúen de inmediato sobre el material probatorio presentado por el Representante Iván Cepeda y que al hacerlo cumplan con sus obligaciones frente a quienes deben responder por abusos de poder, crímenes de Estado y de lesa humanidad.
Septiembre 1 de 2013
Polomosca Canadá
Emmanuel Rozental – Colombia
Carlos Vidales
Pancho Castro – Colombia
Jairo González
Carlos Jiménez – Madrid
María Cepeda Castro – Grecia
Ricardo Cárdenas
Jairo N. Espinoza – Bélgica
Mónica del Polar Uribe – Inglaterra
Alba Higuera
Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y Vida – ACIN
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