Nuevamente nuestra Comunidad de Paz pone en conocimiento del país y del mundo la agresión cotidiana del criminal Estado colombiano en su fusión absolutamente innegable con el Para-Estado que por orden del gobierno estadounidense se configuró desde 1962 para destruir con saña todo pensamiento y sueño alternativo.

 

Ha sido paradójico, en las últimas semanas, que mientras los paramilitares dejan más y más evidencias de su estrecha coordinación con el Ejército Nacional, al mismo tiempo recorran libremente los espacios fuertemente militarizados para repartir volantes en los que niegan su accionar. Tal paradoja los identifica aún más con el Ejército, el cual desde hace 16 años no ha hecho sino negar lo que hace, así toda la población sea testigo y víctima de sus crímenes.

Dejamos constancia ante el país y el mundo de los últimos hechos:

 

El viernes 20 de septiembre de 2013, un grupo de paramilitares hizo presencia en la vereda Caño Seco, del corregimiento de San José de Apartadó, y le exigieron a varios campesinos que se tenían que presentar ante sus jefes en los próximos días en el corregimiento de Piedras Blancas, del municipio de Carepa, donde existe una base paramilitar muy cercana a las instalaciones de la Brigada XVII, multitud de veces denunciada por nuestra Comunidad ante el Presidente Santos sin que haya hecho nada para erradicarla, con plena consciencia de que quienes la protegen son sus mismos subordinados. Tampoco la Fiscalía ha hecho nada para inspeccionar sus instalaciones y para procesar a los victimarios que actúan desde ella con plena libertad. Es tan evidente su relación con la Brigada XVII, que en esta incursión en Caño Seco actuaron los hermanos OVIDIO, LUBÍN y ALBEIRO CARDONA BORJA, quienes se entregaron a la Brigada en diciembre de 2005 no sin preparar antes con el Ejército una horrenda masacre de 6 jóvenes mientras dormían, en la vereda La Cristalina, crimen por el cual el Ejército les pagó varios millones por cada muerto, quedando desde entonces domiciliados y protegidos en la Brigada y vinculados ilegalmente a patrullajes conjuntos militares/paramilitares en los que se practicaron torturas, amenazas, saqueos , secuestros y montajes judiciales.

El miércoles 25 de septiembre de 2013, hacia las 10:15 horas, se presentó un fuerte combate entre un grupo guerrillero y los militares y policías que hacen presencia en el centro urbano de San José de Apartadó, combate que se prolongó por al menos dos horas. Los soldados se encontraban en ese momento en el centro educativo del lugar y no dudaron en usar las instalaciones del centro como trinchera, poniendo en altísimo riesgo las vidas de los niños y los educadores, quienes tuvieron que evacuar a los estudiantes en medio de la balacera. Nury Guzmán, integrante de nuestra Comunidad de Paz, quien transitaba en esos momentos por allí, se vio envuelta en la balacera. Nuestra Comunidad le ha exigido multitud de veces al Presidente de la República que acate las sentencias de la Corte Constitucional que prohíben ubicar los puestos de policía y las bases militares en medio de la población civil. Aquí fue perpetrado un verdadero crimen de guerra poniendo a la población como escudo en un enfrentamiento armado. El Presidente Santos se ha negado a acatar las sentencias de la Corte Constitucional, no sólo las que le obligan a cambiar la ubicación de los puestos militares y policiales sino también otras muy explícitas que la Corte Constitucional ha proferido en protección de nuestra Comunidad de Paz. Es falso, pues, lo que responden sus secretarias y asesoras, al afirmar que él acata las decisiones judiciales  y respeta el Estado de Derecho. Queda evidenciado que ello es falso.

 

El sábado 28 de septiembre de 2013, en horas de la madrugada, un grupo paramilitar fuertemente armado, movilizado en motocicletas sin ser molestado en absoluto por controles militares ni policiales, penetraron en el asentamiento central de nuestra Comunidad de Paz, en San Josesito de Apartadó, y repartieron por las viviendas volantes en los cuales el “Estado Mayor de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia –AGC” niega que ellos sean los responsables de los crímenes perpetrados contra la Comunidad de Paz y su entorno social, atribuyendo esos crímenes a “fuerzas oscuras” que “les quieren hacer daño”. De allí se desplazaron hacia el centro urbano de San José, donde a pesar de la nutrida presencia militar y policial, pudieron repartir por las viviendas sus volantes.  Hay una similitud profunda entre este lenguaje que niega lo que todo el mundo ve y el lenguaje del Ejército que durante estas décadas ha hecho lo mismo: negar lo que todo el mundo ve y sufre, y aún más, se han atrevido a negar que existan paramilitares y que éstos se coordinen con ellos. Quieren tapar el sol con un dedo.

 

El domingo 29 de septiembre de 2013, hacia las 8:40 horas, se presentó un hostigamiento a la estación de Policía ubicada en el centro urbano de San José. Una vez más se evidenciaban las consecuencias del desacato presidencial a las sentencias de la Corte Constitucional, manteniendo a la población civil en alto riesgo.

 

Nuevamente agradecemos la solidaridad de numerosas comunidades dentro del país y de otros países del mundo quienes nos sostienen con su fuerza moral. A ellos les reiteramos nuestra decisión de resistir ante la podredumbre moral de este Estado ahíto de sangre y de muerte.

Comunidad de Paz de San José de Apartadó
30 de septiembre de 2013

http://cdpsanjose.org