Memoria Y Camino del Tejido de Comunicación

De nuevo una mujer es asesinada, una familia vulnerada y una comunidad ensangrentada.  Asesinato que, tristemente, corrobora que en Colombia no hay garantías para participar y exigir el Derecho a una vida digna. Una vida en la que la libre expresión y la defensa de la  biodiversidad, así como la resistencia a la injusticia y la denuncia de  la expropiación  de la naturaleza, sean parte de procesos democráticos de construcción social. Construcción en la que las mujeres de todas las edades, etnias y  creencias, necesitamos y queremos participar de manera organizada y pacífica.  

 

Como mujeres defensoras de Derechos humanos, que hacemos parte de la Ruta Pacífica, condenamos el asesinato de la lideresa campesina,  también defensora de los Derechos humanos,  ADELINDA GÓMEZ GAVIRIA, integrante del proceso de mujeres maciceñas  del Comité de integración del macizo colombiano-CIMA. Adelinda lideraba en el municipio de Almaguer,  los procesos que el Comité de Integración del Macizo CIMA,  adelanta de manera pacífica y organizada para  cuidar en los territorios las riquezas ambientales, culturales y milenarias que hacen posible que Colombia sea un país multidiverso y pluricultural en el que valga la pena vivir. 

 

Por el Bien de Colombia,  en honor a la  verdad y la justicia, exigimos y confiamos que las autoridades  hallen a los responsables de sembrar el terror y de impedir acciones de paz, como las que lideraba Adelinda en el Macizo colombiano. 

 

Expresamos nuestra solidaridad y dolor a los hijos y demás familia de Adelinda, a la comunidad de la   vereda Cortaderas, a toda la población de Almaguer, del sur del Cauca, así como a las compañeras del Cima, con quienes nos unen los mejore propósitos en defensa de los Derechos humanos en general, y en especial, de los Derechos de las mujeres como condición de convivencia en paz. 

 

Popayán, octubre 1 de 2013.

 

Mientras violenten y  asesinen mujeres, no es posible hablar de equidad,  protección y democracia.