El 26 y 27 de septiembre se realizó en armenia El III Foro Internacional Armenia y Cajamarca, Colombia: “Comunidades, Extractivismo Y Paz”, un espacio de encuentro de diferentes movimientos que luchan contra la minería en el continente, que amenaza las fuentes de agua, los territorios y los pueblos; hacia la articulación de estas iniciativas para la defensa de la vida.

 
Héctor Moncayo de la Institución Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativo – ILSA fue uno de los participantes en este foro, a continuación presentamos su ponencia:
 
El mundo se caracteriza por una colosal disputa territorial. Cuando hablamos de territorio no estamos hablando sólo de tierras, estamos hablando de todo lo que compone el espacio habitable del planeta: Agua, atmósfera, subsuelo, plantas animales, sistemas, ecosistemas, etc. Esta disputa está produciendo en el mundo un reordenamiento territorial, liderado, empujado e impuesto por las exigencias de acumulación de capital.
 
¿Qué entendemos por ordenamiento territorial? Es la distribución en el espacio, la distribución de la población, de las actividades económicas, de los usos del suelo. Entonces no estamos hablando simplemente de la pugna por las materias primas que ha caracterizado al capitalismo desde que nació, va mucho más allá. Cada impacto, cada movimiento produce reordenamientos territoriales, cambia los lugares de asentamiento de las poblaciones, las actividades económicas, los usos de los suelos y de los mismos recursos. Frente a ese reordenamiento territorial, impuesto, las comunidades resisten y buscan un reordenamiento territorial deseado.
 
La importancia de señalar y recordar la concepción de la territorialidad es que además de ver los impactos de la explotación minera es qué se dejó de producir ahí para hacer la extracción, qué cambios ocurren en la población, en la utilización de los recursos y en la matriz económica del país. Entonces, el mundo entero se está reordenando territorialmente.
 
Esto es lo que significa la enorme pugna por los territorios. Parte de esa pugna es lo que se ha llamado el acaparamiento de tierras, grandes transnacionales, fondos financieros que van por el mundo comprando tierras, pero más que tierras están comprando territorios.
 
¿Qué se hace en el territorio y cuáles son los lugares de la inversión, por lo general inversión extranjera? De manera general podemos decir que las manufactureras, servicios, comercio, finanzas, sector agropecuario y por supuesto minería. Y son varias las posibilidades de inversión y explotación, la mayoría de ellas, para obtener productos que van con destino a la exportación. Megaproyectos de transporte, minería, hidroeléctricas, explotación de hidrocarburos, agrocombustibles, agroindustria supuestamente alimenticia, explotaciones forestales, aprovechamiento de carbono y de los servicios ambientales, recursos genéticos y diversidad en general. Al territorio se llega con un abanico muy amplio de intervenciones, todas ellas están interrelacionadas y la decisión sobre invertir y explotar en una de ellas implica desistir de destinar ese territorio a una de las otras, por eso es una gran transformación estructural.
 
¿Qué significa en América este proceso?  Qué es lo que podríamos llamar el sistema circulatorio de este proceso de apropiación territorial y de extracción e utilización de los recursos. Ese sistema de la infraestructura de transportes, comunicaciones, servicios y energía. Ese diseño es lo que se llamó la Integración de la Infraestructura Regional de Suramérica IIRSA. Esa propuesta fue aprobada en una reunión de mandatarios en Brasil en el año 2000. Ahí se señalan más de 370 proyectos que configuran unas líneas de conexión de diferentes medios de transporte: carretera, fluvial, ferrocarril, marítimo, comunicaciones, oleoducto y poliductos. 
 
Se puede interpretar este modelo de dos maneras: longitudinal o transversal, estos nos señala qué intereses están en juego geopolíticamente. Cuando se lanza la propuesta de la IIRSA es un momento en el que está en auge la propuesta del  Área de Libre Comercio de las Américas ALCA, dentro de la política general de libre comercio encabezada por EEUU, es decir las transnacionales de este país. Esta línea va hasta el norte y se conecta con el Plan Puebla Panamá en Mesoamérica y sigue hacia norte américa. 
 
Pero hay una interpretación transversal y allí hablan de ejes, está el interés de las multinacionales asentadas en Brasil y de otras multinacionales de Latinoamérica y de capitales de otros continentes que han invertido en Brasil, de Argentina y Chile; ¿Cuál es su objetivo? Salir al Pacífico. El Pacífico empieza a ser el centro del mercado mundial en la actualidad, marcado por Asia, donde se destaca la potencia China.
 
 La vida nos da sorpresas porque ese proyecto de IIRSA, que muchos señalábamos como patrimonio de EEUU, fue heredado de UNASUR bajo el liderazgo de Brasil.  Hoy día tenemos una propuesta que se llama los 8 ejes y ahí señalan más claramente la salida al Pacífico. El Eje Amazonas, en los países que abarca, comprende 25 proyectos individuales. El Andino, el Capricornio, Escudo Guyanés, la hidrovía Paraguay Paraná, Interoceánico central, el Mercosur, Chile, Perú, Brasil, Bolivia. Los 12 países en 31 proyectos estructurantes y 81 individuales para un valor calculado en aproximadamente 21 mil millones de dólares, es decir el mismo proyecto IIRSA pero con la cartera reducida a menos número de proyectos. Esos proyectos de comunicación no valen por sí mismos sino que están articulados con proyectos mineros, de hidrocarburos, de energía eléctrica, de monocultivos, agrocombustibles o de alimentos. Es decir, constituyen el ‘sistema circulatorio’ de una propuesta de apropiación del territorio de América del Sur. Este macroproyecto comprende como vías de transporte mayoritarias las carreteras y las ferrocarril y fluvial.
 
A manera de ilustración, el eje del Amazonas comunica a Belén do Pará en Brasil con un puerto en el Pacífico, que tiene 3 posibilidades: la salida a Tumaco, río Morona en Esmeraldas o Putumayo, que es muy bien visto en Colombia en el plan de desarrollo del gobierno Santos que muestra sus intereses en cuanto a ejes viales y tiene en cuenta éste y otros ejes, todo destinado hacia la exportación, bien sea hacia el Caribe porque EEUU ha sido el mayor comprador de Colombia por el Atlántico y la proyección con el pacífico depende de la medida en que crezca la relación con los países asiáticos. Es decir, lo que en Colombia se plantea está íntimamente relacionado con la propuesta general de la IIRSA que es una propuesta de apropiación del territorio. 
 
Las concesiones mineras en Los Andes colombianos ya abarcan el 65% del territorio. No sólo es minería, también, hidrocarburos, monocultivos. Dentro de los monocultivos los agrocombustibles, uno de esos la soya, el 3er producto más importante en comercialización en el mundo, después del arroz, el trigo, después está el maíz. Se produce para el consumo humano, animal, pero también para agrocombustibles. Este monocultivo ha tenido una gran expansión en América, está en Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina min y el área cultivada de la soya sigue creciendo hasta el punto que la transnacional Singenta, en una mala broma nombró a estos 4 países, la república unida de la soya y efectivamente la soya manda política y económicamente en estos países, está implicado este negocio en el derrocamiento del presidente Lugo en Paraguay, los problemas de manejo del gobierno Argentino, los problemas del agronegocio en Brasil, los problemas de Evo Morales con la carretera del Tipnis en Bolivia. Es decir, las grandes potencias de la soya, las transnacionales son los responsables de mucho de lo que está pasando en América.
 
Cuando hablamos de disputa territorial nos referimos un gran proyecto de reordenamiento territorial impulsado por el capital mundial que tiene sus actores en las corporaciones transnacionales. De esta manera el territorio es destinado a usos que no tienen en cuenta a las comunidades que allí residen sino los intereses del capital global.
 
En la explotación forestal y el carbono encontramos que la definición que ellos tienen (las transnacionales) de ecología y de la protección de áreas naturales está relacionada con una propuesta de mercantilización del medio ambiente. Un ejemplo de los más conocidos en este momento es el programa RED Reducción de Emisiones originadas en Deforestación y en Degradación. Emisiones de carbono. Supuestamente si se conserva e impide la deforestación y la degradación hay un carbono que no se emite, eso da lugar a un título o valor que se negocia en la bolsa. Y así una serie de funciones de la naturaleza que se mercantilizan. El nuevo nombre del desarrollo sustentable es la mercantilización del medio ambiente. Allí hay que aclarar que la disputa por el territorio significa la apropiación del territorio y la claridad sobre los títulos de propiedad que son los que permiten la mercantilización.
 
La discusión no es de oferta y demanda, es discutible que haya escasez absoluta en la medida en que el agotamiento de los recursos se debe a la utilización que de ellos se hace. ¿Falta agua para la población mundial o es que el agua se está destinando para otra cosa? O visto de otra manera, cuando las comunidades se opusieron a la represa de Belo Monte en Brasil, el expresidente Lula dijo que la gente se oponía al servicio a la electricidad de las familias pobres, cuando se sabe que más del 60% de la electricidad producida allí va a ser destinada al procesamiento de los productos minerales que se explotan. Entonces es un problema de asignación y de utilización de los recursos y no un problema maltusiano de la relación entre recursos y producción versus Crecimiento de la población.
 
En los alimentos tampoco se puede hablar de escaseces, ni siquiera relativas, son escaseces transitorias y temporales. ¿Qué explica el alza de los precios de la crisis del 2008 y 2009? Sencillamente la crisis de acumulación financiera. ¿Qué hay detrás del mercado de commodities, de recursos naturales y materias primas? El capital financiero que por definición es especulativo. Es el mercado de futuros, el nexo entre el precio del petróleo, el precio de agroquímicos y el precio de los productos agrícolas. Es la especulación en la bolsa cuando se negocia el precio futuro, del trigo, de la soya, etc.
 
Se ha impuesto un modelo de civilización motivado por el ánimo de lucro que condiciona de manera fundamental el rumbo de la tecnología. El mejor ejemplo es el oro. La cantidad de oro que hay en el mundo es más que suficiente. Lo que se destina a joyas es un porcentaje mínimo. El oro vale porque es reserva de valor y se sigue valorizando frente a la quiebra del sistema monetario mundial. ¿Necesitamos oro? ¿Vamos a perjudicar a Colombia porque la humanidad necesita oro? No seamos ingenuos, no es por las necesidades humanas, es por la especulación que nos ha llevado a donde estamos.
 
¿Quiénes son los afectados inicialmente? Las comunidades que están más cerca de los territorios explotados. En nuestro continente son las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas. El primer obstáculo que enfrentan es la noción de progreso porque siempre que se propone un megaproyecto (ya sea de transporte, hidrocarburos, minería, hidroeléctricas) y las comunidades protestan frente a estos las empresas argumentan que los pueblos se oponen al progreso. 
 
En este sentido, hoy en día una discusión llamada ecológica que aparentemente ponen en un extremo a los desarrollistas que dicen que el progreso tiene costo. Por otro lado están los conservacionistas que dicen que no hay que tocar nada de la naturaleza, que hay que retornar a la era del neolítico temprano antes de domesticar los cultivos y los animales. En realidad los conservacionistas extremos son una caricatura construida por los desarrollistas para desprestigiar cualquier reclamo en relación con la naturaleza. Por eso se inventaron un término medio: El desarrollo sustentable que se plantea dentro de la lógica capitalista y las empresas no tienen en cuenta las externalidades,  los costos y los beneficios que sin pagar reciben de su entorno, dicen entonces que hay que pagarlos. En otras palabras la regla es, el que contamina paga. El desarrollo sustentable es sustentable sólo para el desarrollo, no para el entorno. En el 2012, cuando se cumplieron 20 años de la cumbre de Río donde se habló por primera vez de desarrollo sustentable, se dijo que no hay intervención del estado que resuelva ese problema, lo único que podemos hacer es un sistema de precios y castigos. Esto quiere decir que la protección del medio ambiente se convierta en algo rentable, venta de servicios ambientales. 
 
Lo grave es que el desarrollismo prevalece y está a nuestras cabezas, aún en las comunidades afro descendientes, campesinas e indígenas, en el fondo sigue la idea dearrollista. Muchas veces todavía se les escucha decir “no es que estemos en contra del desarrollo”. En este año el desarrollismo aparece en nombre de la nación, mantener un modelo extractivista con compañías nacionales y si son extranjeras que paguen regalías porque se necesitan maximizar las rentas del estado para hacer política social. Por eso se escucha a presidentes de derecha, izquierda, progresistas que, frente a las comunidades locales, dicen “no hay comunidad indígena, afro o campesina, por fuerte que sea, que se pueda oponer al interés nacional” En realidad un país cualquiera se define jurisdiccionalmente de manera arbitraria, si una democracia no se puede construir sobre la base de las aspiraciones de las comunidades, afincadas en la tierra que es el futuro de la tierra, entonces no es democracia. Lo otro es una ficción cuantitativa de la democracia, como el caso de la consulta de Piedras que se intentó desconocer desde la cantidad de los votantes. Las comunidades tienen mucho que decir sobre el porvenir del país, el interés nacional se construye a partir de los intereses particulares de las comunidades, o no es democracia ni es nación.
 
Transcripción: Tejido de Comunicación – ACIN