Comuneros afro e indígenas se unieron los días  22 y 23 para expulsar a la empresa de extracción  minera – no identificada-  que estaba causando daños irreparables a la población que se abastece del río Palo como fuente de subsistencias para su vida cotidiana.

Desde las 9 de la mañana del día 23 de octubre las comunidades de López Adentro, Pílamo, Vista Hermosa y Guachené nuevamente se reunieron para  hacer frente a la insensatez de personas que no quieren entender que los ríos y la tierra en la que estamos parados es nuestra madre, de ella ha dependido nuestro sustento desde el principio de los tiempos.

El día 22 estas comunidades ya habían analizado el impacto ambiental y conflicto que contrae la explotación minera. También hablaron con los encargados de las retroexcavadoras y las dragas quienes habían hecho grandes huecos y erosionado grandes cantidades piedras sobre el río que alcanzó a formar un pequeño desierto de piedras en la orillas de la cuencas. Durante este día la comunidad exigió a los operarios de las máquinas que tapen  los huecos, 4 de los que sólo 2 rellenaron. La comunidad decidió seguir las maquinas hasta el lugar donde estaban ubicados la extracción minera a cielo abierto.

El día 23 la comunidad prosiguió el ejercicio de la liberación de nuestra madre tierra volviendo al  lugar llamado Patas Gordas para verificar si las exigencias de la comunidad fueron acatadas en este sitio ya que supuestamente las maquinas no se retiraron. Posteriormente, para comprobarlo, se hizo un recorrido de aproximadamente 700, donde se verificó que la maquinaria seguía en el territorio.

La comunidad procedió nuevamente a dialogar con los operarios de esta empresa minera, les exigieron el retiro definitivo de la maquinaria que aun estaba muy cerca  de del sitio donde hacían  labores de explotación. “Ya no los queremos volver a ver en estos lugares y menos en el rio” argumentaba la comunidad. Los operarios no muy interesado en retirase del lugar argumentaron que el sitio donde estaban la maquinaria era propiedad privada. La comunidad insistió en que se vayan. Finalmente los operarios acataron decisión de la comunidad retirándose con maquina  dragas y demás herramientas de explotación minera.

Una de las participante de la liberación de nuestra madre tierra, expresó que la las leyes mineras tienen que acabarse “que siga la pala, la batea para seguir tambado y no esas máquinas pesadas que acaban con la naturaleza con ecología y la subsistencia”.  “Están envenena el agua que por el día la estanca y por la noche la riegan al rio” continuó relatando la comunera, refiriéndose al agua de olores fétidos con la que les toca bañarse y les produce rasquiña. También pidió atención del gobierno para la comunidad afro e indígena que están olvidados.  

“Nosotros estamos súper agradecido con los indígenas, siempre hemos estado cogidos de las manos y más en estas situaciones como esta que nos unen” dijo emocionada una comunera afro. “Además nosotros al ver esta situación de la minería  pedimos ayuda al ejército y a la policía, ellos vinieron pero se fueron y nunca hicieron nada, luego solicitamos ayuda a la comunidad indígena  quienes solidaria mente accedieron a tomar decisiones en conjunto con la comunidad para luego sacar estas maquinas que causan daño a la tierra y a nuestro río” prosiguió.

Las comunidades más afectadas son las que se abastecen de este río: Guachené, Puerto Tejada, Llne Tabla, Llanito, Lopez Adentro y Cali. Además  afecta a todos los agricultores que utilizan el agua especialmente a los arroceros. La minga concluyó con el almuerzo comunitario y una pequeña evaluación de lo acontecido agradeciéndose entre campesinos afros e indígenas por la fructífera labor que habían hecho entre todos, reflexionando que es la única manera de seguir viviendo en nuestros territorios.

Tejido de Comunicación-ACIN
 

Octubre 30 de2013