Padre Álvaro Ulcué Chocué fue un líder indígena que impulsó, a principios de los años ochenta, la organización de grupos juveniles en los 17 Cabildos indígenas del pueblo Nasa, ubicados en el norte del departamento del Cauca; principalmente en los municipios de Toribío y Jambaló.

Los jóvenes indígenas de esta comunidad presentaban problemas como: el alcoholismo, la migración a las ciudades para realizar trabajos domésticos, el desequilibrio en las familias debido a la desobediencia hacia los padres. Jóvenes que eran apáticos al proceso, que no participaban en las reuniones de los Cabildos y que no tenían ninguna motivación para continuar sus estudios. A esto debe agregarse lo llamativo que resultan ser para los actores armados, que los requieren en sus filas, debido a los principios guerreros y altivos que caracterizan al pueblo Nasa.

Fue así como el padre Álvaro empezó todo un trabajo de sensibilización con los jóvenes, los convocó, los escuchó, los formó y los capacitó, con el fin de constituir una comunidad Nasa consiente, participativa y comprometida con el proceso, trasmitiéndoles a los jóvenes la necesidad de organizarse para que fueran precisamente ellos el motor de este trabajo. A esta iniciativa poco a poco se fueron sumando la comunidad, los líderes, las autoridades y jóvenes de todos los Cabildos del norte del departamento.

No obstante, el padre Álvaro fue asesinado en el año 1984 por causa de la iniciativa que él lideraba junto a la comunidad Nasa, hecho que provocó que el movimiento juvenil perdiera fuerza. Después de esta difícil situación, jóvenes y autoridades reafirmaron más que nunca la decisión de formar líderes que continuarán con el proceso organizativo de las comunidades indígenas y es así como en 1989 el movimiento juvenil se escenifica con mayor vitalidad.

El año 1989 se considera entonces, como el momento del renacer del Movimiento Juvenil del Norte del Cauca Álvaro Ulcué Chocué, que surgió como una estrategia de prevención para evitar que los jóvenes siguieran “deambulando por caminos contrarios a los del proceso de las comunidades indígenas, y trabajaran en el fortalecimiento de la autonomía y el poder sobre sus territorios y su cultura”.

En esta ocasión se continúa en la formación y capacitación de la juventud  con los diferentes  encuentros de talleres, en el momento con buena expectativa se realizó el quinto encuentro de la escuela de animadores juveniles ETAJ en vereda Natalá del resguardo de San Francisco, del municipio de Toribio, en la cual por cada reguardo tiene una representación de treinta jóvenes ,a diferencia del resguardo de Jambaló que tiene un cupo de 10 jóvenes, para un total de 100 jóvenes que se están formando como animadores juveniles para el fortalecimiento del plan de vida.

En este quinto encuentro se trabajó varias temáticas, como es las afectaciones de las drogas psicoactivas, clases de jóvenes, la música, danza, tejidos y entre otros.
Para adelantar el desarrollo de las diferentes temáticas se trabajó en 4 comisiones donde cada uno de los estudiantes compartió sus opiniones, reflexiones ante los temas ya mencionados.

Uno de los estudiantes menciona la importancia  de este encuentro que se adelanta cada fin de mes, 3 días, ya que a través de estos conocimientos adquiridos fortalece el proceso de las comunidades indígenas del norte del Cauca. Además previene la vinculación de sus jóvenes a los grupos armados. De esta manera se garantiza la permanencia de los jóvenes en el territorio, su participación en las iniciativas comunitarias y la continuidad del proceso de resistencia de los pueblos indígenas.

Nota realizada por: Estudiante de la Escuela Taller de Animadores Juveniles – ETAJ

Norte del Cauca – Colombia