Desde las 7 de la mañana del pasado 17 de Enero de 2014, empezaron arribar al CECIDIC Toribio los estudiantes del IMA – UPB, cada uno de los estudiantes bajo la convicción de participar en el foro sobre el tema de “Memoria y paz”, foro que se realiza habitualmente en cada semestre de la universidad con el objetivo de reflexionar ante las diversas problemáticas que afectan a las comunidades campesinas, afros, mestizos e indígenas de los diferentes pueblos representados en los estudiantes del IMA _ UPB que viene fortaleciendo la educación étnica en Colombia.
 
Por tal motivo este importante foro sobre “Memoria y paz”, inició con la celebración de la eucaristía a cargo del padre afro-descendiente Neil Quejada, quien acompañados de todos los presentes en el auditorio reflexionaron y cantaron alabanzas alusivas a la resistencia de los pueblos de Colombia que han sido marginados por parte de las hegemonías económicas, sociales y políticas que desde la historia y hasta el presente han marginado los pueblos. Ante esa marginación los pueblos presentes manifiestan e insisten en continuar haciendo memora histórica por medio de la presentación de dramatizados, reflexiones escritas, puestas en escena, danzas y las interpretaciones musicales por parte de artistas Nasas y Afros que con sus instrumentos como la marimba, guaza, bongo y cononu, hicieron vibrar los corazones de los participantes del foro.
 
Cada semestre de la universidad realizó su presentación y exposición para recrear el hito histórico de su comunidad o líderes caídos en la lucha por la reivindicación de los derechos colectivos, dichas presentaciones fueron muy enriquecedoras durante el foro, pero la que más enmarcó la memoria histórica del pueblo Nasa del norte del Cauca, fue cuando uno de los semestres expuso y representó la masacre del Nilo perpetrada el 16 de Diciembre del año 1991, y la masacre del Naya realizada en el año 2002 en la región del Naya, ambas masacres realizadas por parte de las fuerzas criminales del estado colombiano que en vez de proteger a los pueblos, ha generado zozobra y violación de los derechos humanos en todas las épocas de la historia.
 
Por otra parte también se recordó con tristeza el asesinato del padre indígena Álvaro Ulcué Chocué, quien fue ultimado por manos criminales, pagados por los terratenientes en el año de 1984 en Santander de Quilichao. Del mismo modo el pueblo afrocolombiano recuerda a su líder protagónico del movimiento negro en Colombia, se trata de Carlos Rocero, quien murió por caucas de una enfermedad, pero su pueblo afro sigue llevando su legado en alto con el propósito de no dejar morir su lucha incansable de los consejos comunitarios.
 
También se dijo que los asuntos ideológicos nos generan mucha contradicción en nuestras organizaciones y que eso está conllevando a que los problemas sociales avancen al entender y respetar los diversos pensamientos de un colectivo. En esa dirección podemos decir que hablar de memoria y paz es hacer referencia al tema de educación, salud, territorio, vivienda y todos los aspectos socioculturales de nuestros pueblos.
 
A continuación compartimos las conclusiones del foro “Memoria y Paz”
 
MEMORIA Y PAZ
 
El pensar y reflexionar sobre la memoria significa traer el pasado al presente, los actos de conmemoración nos permiten revivir el dolor, los actos victimizantes y el despojo que han sufrido cada una de nuestras comunidades, estos actos están representados en los desplazamientos, la exclusión y la marginación de los derechos promovidos por el simple hecho de no reconocer la diferencias étnicas y culturales de los colombianos de nacimiento.
 
Pero cuando tratamos el tema de la memoria también es indiscutible que ella trae los recuerdos, la historia, la familia y lo propio, que se representaron en el desarrollo de los procesos productivos que en algún momento garantizaron la soberanía alimentaria como resultado del cultivo y aprovechamiento de los productos de cada territorio, también dentro de estos medios de dinamizar la memoria tenemos la tulpa como símbolo de los consejos, la unión y el equilibrio de las comunidades indígenas o quizá el tambor que con tu sonido invita a los afrodescendientes a la esperanza, la organización y la compañía de los espíritus. Cada uno de estos momentos, escenarios y símbolos son agentes de memoria que se han representado mediante el Lenguaje, el arte, las políticas públicas, la oralidad, los ritos y las manifestaciones sociales que convierten los hechos en algo vivo.
 
Con el transcurso de los años es evidente que estos agentes de memoria han promovido la reivindicación de los derechos particulares y colectivos mediante la consolidación de proyectos y políticas públicas han permitido el reconocimiento de la propiedad colectiva en cada uno de nuestros territorios, los cuales se ven transversalizados por la norma propia como reflejo de las decisiones de los diferentes estamentos representativos de cada etnia.
 
Haciendo así que estos escenarios se proyectan entonces bajo una mirada colectiva en donde los procesos organizativos de las diferentes etnias buscan el reconocimiento del derecho al territorio o a las normas propias y que hacia el futuro buscan el fortalecimiento del tejido social mediante la aplicación de proyectos educativos propios que garanticen que la tradición, la cultura, la autonomía, la identidad y las prácticas tradicionales de producción se perpetúen hacia las nuevas generaciones.
 
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