El pasado sábado, 1 de febrero, se realizó la posesión de la nueva directiva del Cabildo Alto Buena Vista, un cabildo indígena nasa asentado en lo más alto de las laderas del barrio Alto Nápoles que ellos rebautizaron como Alto Buena Vista ya que su ubicación brinda una panorámica de toda la ciudad de Cali – Valle del Cauca.

 
El cabildo Alto Buena Vista se constituyó como tal hace 5 años y está conformado por 400 personas aproximadamente. Conviven en las laderas con indígenas yanaconas, comunidades afro, campesinos y mestizos.
 
El evento comenzó en horas de la tarde en compañía de varias delegaciones. Participaron: guardias del resguardo de Huellas Caloto y del cabildo Nasa Kiwe Tek Cxaw de Santader de Quilichao; la gobernadora del cabildo indígena de Yumbo; representantes de la ORIVAC; un representante de la consejería ACIN; una delegación del cabildo universitario de la Universidad del Valle; representantes de la emisora de la Universidad del Valle y Tejido de Comunicación.
 
Luego del saludo oficial de las delegaciones visitantes se realizó la ceremonia de posesión de la nueva directiva, con el nombramiento de nuevos cargos y la ratificación de algunos que continuarían ejerciendo su labor durante el nuevo periodo. Los bastones se ‘refrescaron’ en un acto simbólico donde cada uno era entregado por el encargado saliente al entrante que correspondía cada uno de los cargos. Al finalizar se alzaron los bastones para hacer el juramento y el compromiso de realizar un trabajo siempre al servicio de la comunidad recordando el respeto que debe demostrarse al bastón y lo que significa para la organización y el pueblo nasa.
 
Durante el evento participaron aproximadamente 50 personas, un número reducido comparado con las posesiones de cabildos y asambleas que vemos en los resguardos. Pero es una participación numerosa y un evento de admirar y resaltar por llevarse a cabo en las afueras de la ciudad, en uno de los muchos barrios pobres y apartados de la ciudad de Cali donde se refugian los excluidos.
 
El cabildo nasa Alto Buena Vista se conformó por 25 familias que llegaron de Pioyá, Caldono, Jambaló, Pitayó y Quichaya. Todos hablan nasayuwe y ya tienen conformada la guardia indígena que cuida día y noche la parte alta de la montaña donde se estableció el cabildo.
 
Para lograr que esta pequeña parte de la montaña sea reconocida como territorio del cabildo hubo que enfrentar un proceso difícil de aproximadamente un año, en el que el gobierno por medio de la fuerza pública intentó desalojarlos violentamente en repetidas ocasiones. Las supuestas razones que exponía el gobierno para este desalojo era que este es un sitio de alto riesgo. Pero la comunidad tiene claro que tras estas excusas están los grandes negocios de urbanización que se amplían en la ciudad y pretenden despojar de sus hogares a muchas familias que ya viven en una precaria situación. Actualmente el cabildo y particularmente varios comuneros siguen recibiendo amenazas que los presionan a salir del sector.
 
A pesar de tener su territorio, la comunidad del cabildo Alto Buena Vista tiene grandes necesidades. El sector que comprende es bastante reducido, no hay áreas cultivables, el espacio apenas alcanza para las humildes viviendas que se han adecuado para las familias. Han hecho un gran esfuerzo conjunto por conservar, proteger y sobrevivir en su territorio. Ese esfuerzo ha consistido en aprender a vivir en la ciudad tratando de no olvidar cómo vivían en el campo. Es decir, para sobrevivir cada quien ha debido rebuscar su empleo para sobrevivir pero comprometiéndose a aportar en el cabildo para no olvidar la vida comunitaria.
 
El espacio propicio para un cabildo debería ser el campo, dentro de un resguardo, porque junto a la madre tierra es donde se puede desarrollar la dinámica comunitaria y esa dinámica es la que genera el sustento y la autonomía que la misma tierra provee.
 
Pese a las presiones del gobierno local para que desalojen, pese a los riesgos de vivir en este sector a las afueras y a tener que adaptarse al ritmo de la urbe; siguen en pie con el objetivo de fortalecer la guardia indígena y seguir con la labor del control de su territorio. Como han resistido en ocasiones anteriores, no van a ceder a intimidaciones ni a permitir que les impongan la reubicación. Su principal objetivo es volver al campo y tener un territorio en un resguardo en el norte del Cauca, y mientras llega el día, seguirán defendiendo lo que con gran esfuerzo se han ganado para poder vivir.
 
Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida