Reunidos en Celendín, del 23 al 25 de octubre, líderes sociales, hombres y mujeres, rondas campesinas y urbanas, frentes de defensa ambiental, representantes de los pueblos indígenas, organizaciones campesinas, activistas y autoridades de todo el país para analizar los impactos del capitalismo extractivista y el cambio climático en nuestros territorios, fortaleciendo nuestras luchas y propuestas frente a ello:

 

Consideramos que el cambio climático es la manifestación más visible de la violencia y enormes daños generados por el modelo capitalista extractivista y patriarcal que ha depredado la Madre Tierra, vulnerando de manera sistemática nuestros derechos individuales y colectivos, generando desigualdades sociales y discriminaciones enormes, poniendo en peligro el futuro de la humanidad y agravando los riesgos a nuestra salud. Por lo tanto, la única respuesta viable al cambio climático es el cambio de fondo de este sistema.

En el Perú, traicionando sus promesas, el gobierno de Ollanta Humala está profundizando las políticas de despojo de nuestros territorios, promoviendo la explotación sin límites de nuestros bienes comunes o recursos naturales, y profundizando la criminalización de la protesta y la represión. Las últimas reformas propuestas en el paquetazo anti-ambiental del ministro Castilla desmantelan la poca regulación ambiental y protección de los territorios que se había conseguido avanzar en el país.

 

Frente a ello, planteamos:

La necesidad urgente de fortalecer e impulsar el buen vivir para nuestros pueblos en el Perú, mediante el fortalecimiento de la producción sostenible, las economías locales, la asociatividad y el cuidado de los bienes comunes, como alternativa al extractivismo, para hacer frente al cambio climático y construir una sociedad realmente justa y democrática. Para ello es necesario seguir defendiendo la Madre Tierra y nuestros territorios, nuestro derecho a la salud, para que seamos los pueblos los que decidamos sobre nuestro destino y para que podamos recuperar la armonía entre la economía, la sociedad y la naturaleza. Por ello, mantenemos nuestro rechazo definitivo a los proyectos extractivos y mega represas hidroeléctricas que se expanden de manera caótica y violenta en nuestros territorios.

Es indispensable una refundación de nuestro sistema político y de las leyes, que en este momento respaldan este modelo económico. Una de las manifestaciones más duras y difíciles de ello es la criminalización de las protestas y la represión por las fuerzas estatales, que puestas al servicio de las empresas ha costado la vida de decenas de personas, ha permitido el enjuiciamiento de cientos de dirigentes/as sociales y el encarcelamiento y la persecución de muchos de ellos, como ocurre con nuestros hermanos Awajun y Wampis que defendieron la Amazonía y con los pueblos que defienden las aguas. Es hora de recuperar nuestra democracia, para que se respeten nuestros derechos como pueblos y ciudadanos.

Si bien, reconocemos los avances de nuestras luchas, en términos de propuestas, decisiones colectivas y en territorios como Cajamarca en construir legítimas representaciones políticas, también reconocemos que aún hay mucho por hacer para fortalecer nuestras organizaciones a nivel local regional y nacional. Para ello creemos importante avanzar en las estrategias de articulación entre nuestras luchas, para que nuestras resistencias locales y la autodeterminación en nuestros territorios puedan juntar fuerzas para transformar al país.

Para ello acordamos:

NUESTROS ACUERDOS

1) Ratificamos los acuerdos del Primer Encuentro Internacional de las y los Guardianes de las Lagunas, realizado en El Tambo (Bambamarca-Hualgayoc) los días 4, 5 y 6 de agosto, y nos comprometemos con el cumplimiento de sus acuerdos.

2) Ratificamos nuestro compromiso con la defensa de la vida, de nuestros territorios y de la Madre Tierra, con la construcción del buen vivir para los pueblos y un modelo de desarrollo propio, justo y sustentable. En consecuencia, ratificamos nuestra decisión de no permitir la realización de proyectos extractivos (minería, hidrocarburos, megarepresas y otros) que atentan contra nuestra seguridad en salud, medio ambiente y soberanía alimentaria.

3) Nos reafirmamos en nuestra identidad y derechos como pueblos originarios, como comunidades campesinas, rondas campesinas, urbanas y pueblos quechuas, aymaras y amazónicos, con el derecho a la autonomía y jurisdicción propia, y con derecho a determinar nuestra forma de vida mediante el derecho consuetudinario y el buen vivir (tajimat / tarimat pujut; sumaq kausay; sumaq qamaña).

4) Nos solidarizamos y respaldamos la lucha del pueblo de Cajamarca en contra de la actividad minera; así mismo, con los 52 procesados por el Baguazo.

5) Llamamos a la organización y la participación de la Gran Marcha Nacional de los Pueblos por la Justicia Ambiental y Climática y la Protección y Liberación de los Defensores y Defensoras de la Madre Tierra, hacia Lima, para participar en la Cumbre de los Pueblos y exigir el cambio del sistema para la justicia climática, ecológica y social. Partiremos el 7 de diciembre desde las lagunas de Conga para llegar el 10 de diciembre a Lima, convocando en el camino a todos los pueblos que se junten.

6) Llamamos a todas las regiones del país a participar de esta gran marcha unitaria, amplia y reivindicativa, partiendo desde sus regiones para encontrarnos en Lima. También invitamos a las y los ciudadanos del mundo para que participen activamente de la Gran Marcha Nacional de los Pueblos.

7) Convocamos a la construcción de una red o coordinadora de las luchas sociales frente al extractivismo en el país, que permita confluir a los movimientos, pueblos andinos, amazónicos y costeños. Para ello conformamos una comisión organizadora, que impulsará un proceso de construcción de este espacio de carácter horizontal, plural y democrático.

8) Convocamos a las nuevas autoridades locales, provinciales y regionales afines a los movimientos sociales, a gobernar desde y con el pueblo. Ello implica la construcción de mecanismos de participación, consulta, rendición de cuentas y definición de estrategias compartidas entre las autoridades y las organizaciones sociales para el buen gobierno y la construcción de mecanismos de control para evitar la corrupción.

9) Nos comprometemos con el fomento y fortalecimiento de la asociatividad de productores y productoras, en base a una economía justa y solidaria, alternativa a las actividades extractivas, que sea formalizada y adecuada al ordenamiento territorial, para la diversificación productiva y la promoción de la agricultura familiar y comunitaria, la agroforestería y otras actividades productivas, con manejo ecológico y en armonía con la Madre Tierra.

10) Reconocemos la participación fundamental de las mujeres en las organizaciones sociales y en la construcción de los modos de vida que queremos, como también en respuesta a las grandes afectaciones del capitalismo extractivista, racista, patriarcal y sexista sobre nuestras vidas. Por ello, consideramos fundamental promover la participación y el liderazgo de las mujeres en condiciones de paridad en todos los espacios políticos, reconociendo su aporte en la economía, en la política, en la cultura y en el cuidado de la vida y la soberanía alimentaria.

11) Por último, proponemos reconocer y proteger los derechos de las mujeres a vivir sin violencia a causa de los conflictos socioambientales y de la expansión del modelo de desarrollo extractivista, como la trata, el acoso sexual, la violencia sexual, la explotación laboral, la contaminación, la criminalización de la protesta, el feminicidio, entre otros.

12) Reivindicamos y conmemoramos a nuestros heridos y mártires que lucharon por la defensa de la vida, el agua y el territorio.

13) Solidaridad con las luchas de los pueblos del mundo en defensa de la Madre Tierra, el territorio, el agua y la vida.

NUESTRAS DEMANDAS AL ESTADO:

14) Exigimos a las autoridades nacionales e internacionales reconocer que el cambio climático es síntoma de la crisis de la forma como los poderosos han sometido a la sociedad y la economía mundial, provocando la destrucción de la naturaleza y la mercantilización de la vida. Por lo tanto, la única respuesta viable para enfrentarlo es poner fin al capitalismo extractivista, depredador y etnocida, para restaurar el equilibrio con la Madre Tierra y generar un modo de vida justo y sostenible.

 

15) Derogatoria inmediata de las leyes del paquetazo anti ambiental, tributario y territorial (Ley Nro. 30230) y las leyes de la criminalización de la protesta y de la impunidad que atentan contra la naturaleza, los derechos humanos y la democracia.

 

16) Modificación de la Ley de Consulta Previa en concordancia con el Convenio 169 de la OIT suscrito por el Estado peruano, para que realmente permita la autodeterminación de los pueblos; así como la modificación del Sistema Nacional de Inversión Pública para que permita promover la agricultura familiar comunitaria y otras actividades productivas sostenibles.

17) La aprobación de las propuestas de ley para la protección de las cabeceras de cuenca y ecosistemas frágiles, para la prohibición del uso de cianuro y mercurio, y el de derecho humano al agua, planteadas en la Marcha Nacional por el Agua, así como la propuesta de ley de la Plataforma de Ordenamiento Territorial en esta materia, y de la propuesta de ley marco frente al cambio climático de la Cumbre de los Pueblos.

18) Que cese la violencia, criminalización y toda forma de persecución o estigmatización de nuestros compañeros y compañeras que luchan por los derechos sociales y ambientales, colectivos e individuales dentro de nuestros territorios. Que se repare y haga justicia a los cientos de afectados por la represión de las fuerzas del orden del Estado, puestas al servicio del gran capital.

 

19) Inmediata libertad para los defensores y defensoras de la Madre Tierra, la vida y de los derechos de los pueblos, injustamente enjuiciados y encarcelados en todo el país.

20) Respeto a la voluntad de los pueblos, claramente expresada en manifestaciones, asambleas, elecciones y consultas vecinales y comunales democráticas contra de la presencia de proyectos extractivistas en nuestros territorios.

21) Cumplimiento de los acuerdos y compromisos asumidos por el Gobierno Central en los procesos de mesas de diálogo implementados en diferentes partes del país, como en Espinar, Moquegua, Arequipa y otros.

22) Revisión del proyecto del gaseoducto del Sur Peruano, priorizando los intereses nacionales y asegurando que los beneficiarios principales sean los pueblos dueños del gas y no las transnacionales.

23) Cese de la expansión de las actividades extractivas en el país y, además, que aquellas empresas que han operado u operan actualmente y que han generado daños ambientales y sociales, sean obligadas a la reparación económica, social y ambiental a los pueblos y comunidades afectadas.

24) Exigir al Fiscal de la Nación y al Congreso de la República la creación de una comisión de investigación y sanción por la evasión de impuestos por parte de las empresas extractivas; concretamente, la evasión de impuestos por parte de la empresa Minera Yanacocha.

25) Que los gobiernos locales, regionales y nacional orienten la inversión pública municipal y regional para impulsar la asociatividad y la mejora de la producción diversificada, para una economía justa y solidaria, generando cadenas productivas que permitan fortalecer el desarrollo del mercado interno, asegurando la soberanía alimentaria. Que impulsen políticas de defensa y protección de los recursos hídricos y del patrimonio cultural, el apoyo a la agricultura y la ganadería familiar y comunal sustentable, el ecoturismo, el turismo vivencial, las energías renovables, la conservación, recuperación y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad, respetando la pluriculturalidad del país.

26) Realización de inventarios hídricos, procesos de ordenamiento territorial participativos, políticas de gestión y protección ambiental y de una genuina política de consultas y plebiscitos para que los pueblos podamos decidir sobre nuestros territorios y defender nuestro derecho al buen vivir.

Planteamos el fortalecimiento de los procesos de descentralización frente a la reconcentración del poder y las decisiones políticas y económicas de los grupos de poder. Trabajaremos por la refundación de la política en el país, para el surgimiento de una nueva institucionalidad del Estado, descolonizando y despatriarcalizando todas las relaciones sociales, políticas y culturales, buscando la armonía con la Madre Tierra y entre los pueblos.

¡PERÚ, TE QUIERO, POR ESO TE DEFIENDO!
Celendín, 25 de octubre de 2014

 

[DOCUMENTO] Pronunciamiento de la Cumbre de los Pueblo – Celendín