La primera reunión de la Dirección Nacional de Delegados de Dignidad Agropecuaria Colombiana, después de hacer un análisis de la situación que atraviesa el país, concluye que la grave crisis que padece Colombia y de manera particular la producción agropecuaria tiene origen en la implementación de políticas neoliberales que, acompañadas del libre comercio, inmensas importaciones de alimentos y bienes industriales, fuertes inversiones de capital financiero especulativo extranjero, suscripción de Tratados de Libre Comercio -TLC- y en general una política que destruye la producción industrial y agropecuaria nacional.
Quienes manejan el Estado, desde hace muchos años, resolvieron apostarle a la inversión extranjera y no al ahorro e inversión nacional, entregar nuestras materias primas sin generar valor agregado en la nación y especializar el país en minería, sin haber sido Colombia un país minero. Al reclamarles que descuidar y poner a competir, el agro y la industria, con economías mucho más desarrolladas y con las cuáles no teníamos como salir avante – por el proverbial atraso nacional- afirmaron que la minería sacaría adelante al país y que deberíamos importar lo que más barato podíamos comprar en el exterior, en lugar de producirlo en Colombia.
Hoy, terminado el ciclo de precios altos de los principales “commodities” mineros es claro que, los ingresos externos del país cayeron generando un profundo déficit fiscal. Eso, agregado a la caída abrupta del peso frente al dólar generó la crisis que ya se empieza a vivir. Dignidad Agropecuaria quiere advertir que no pagaremos, los productores agropecuarios, la crisis que generaron los últimos gobiernos y señalar que los precios de artículos básicos en la dieta de nuestro pueblo tendrán alzas por la devaluación del peso. Ahora pagaremos caro lo que dejamos de producir.
La producción agropecuaria de cualquier país que proteja el agro y garantice la soberanía y la seguridad alimentaria requiere de subsidios al crédito y a los insumos y fertilizantes, precios de sustentación, riego e infraestructura, garantía de compra y desarrollos técnicos y científicos para sostenerla y sacarla adelante.
En nuestro país, la realidad, es al contrario. El gobierno nacional no ha cumplido con buena parte de lo acordado con Dignidad Agropecuaria y con otras organizaciones campesinas e indígenas. Su política se limitó a continuar la promoción de tratados de libre comercio, TLC, con Corea y el llamado como Alianza Pacífico, que hoy rechazamos decididamente. Tampoco cumplió el gobierno con los acuerdos sobre condonación de deudas a los agricultores y decidió unos alivios a través del FONSA. Ese programa no se ha cumplido. Tampoco la reglamentación de la Ley 1731. Miles de agricultores fueron excluidos y otros se incluyeron en parte. El precio de fertilizantes, agro-insumos y combustibles antes que rebajar continúan aumentando. Ni siquiera la caída de los precios del petróleo permite la rebaja de los fertilizantes.
Lo acordado en cuanto a la constitución de mesas de trabajo para atender reclamos de los agricultores en medio ambiente, relación del agro con la minería, protección de los cultivos de clima frío y salvaguardas para los mismos, programas para promover la rotación de cultivos y otros puntos acordados para el levantamiento de los paros, no se cumplieron.
El pacto agrario se terminó convirtiendo en una frustración más para los productores agropecuarios y lo poco que terminaran haciendo, si lo hacen, será para respaldar la mermelada gubernamental e intentar engatusar a miles de productores agrarios.
Esta Dirección Nacional de Delegados -DND- de Dignidad Agropecuaria respalda a los productores de Cebolla Cabezona, Caña, Plátano, Algodón, Maíz, Palma y Frutales, a los pescadores artesanales y a todos los sectores afectados por la política oficial y los incumplimientos por fenómenos climáticos y reafirma que continuará la lucha en defensa del agro nacional.
Respalda igualmente a los agricultores del distrito de riego del río Zulia y su aspiración a conservar el agua para sus cultivos y el abastecimiento para la población del área metropolitana de Cúcuta con la construcción del embalse multipropósito del Cínera y a los usuarios de los acueductos comunitarios rurales del Quindío.
Dentro del plan de acción aprobamos la realización de foros regionales y locales, la constitución de capítulos departamentales o regionales de dignidad agropecuaria, una audiencia pública en el Congreso de la República y la insistencia en que el gobierno nacional debe explicar en que se gastaron los $ 5.2 billones de pesos del presupuesto del agro para 2014.
Dignidad Agropecuaria quiere anunciar al país que creo una comisión que trabajará para sacar adelante un Acto Legislativo de Iniciativa Popular que permita modificar la Constitución Nacional para garantizar la soberanía y seguridad alimentaria nacional, el trabajo, la producción y el progreso del agro y los derechos de campesinos y productores agropecuarios del país. Para eso, adelantaremos conversaciones con las organizaciones de agricultores y productores campesinos que quieran acompañar esta iniciativa.
Declaración de Dignidad Agropecuaria Colombiana, Bogotá, enero 23 de 2015
Dirección Nacional de Delegados
Dignidad Agropecuaria Colombiana
http://www.moir.org.co/La-crisis-economica-nacional-no-la.html
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