Compartimos un “Breve comentario sobre el triunfo de Syriza” y una entrevista realizada por “Enredando las mañanas” con el activista y sociólogo Theodoros Karyotis. Señalar el triunfo de Syriza como el de una fuerza radical transformadora es insistir en una fórmula agotada en la práctica y desde evidencias contundentes. 
 

 
El neoliberalismo se renueva a través de gobiernos cuyo discurso es mucho más radical que sus programas, aún antes de llegar al poder, pero cuyos adeptos, pensando con el deseo, imponen como la salida revolucionaria aislando en la marginalidad, la persecución y la soledad a movimientos sociales y procesos populares que sí significan y defienden transformaciones. No sólo se le hace un flaco favor a la transformación social. Mucho peor, a nombre de esta, se desprecian las luchas populares y toda la apuesta va en defensa del estado neoliberal. Sería mejor que hubiera ganado Syriza, si se asumiera que solamente representa un gobierno menos malo con el cual abrir espacios y oxigenar las luchas populares contra el modelo. Dice Theo:
 
“Las elecciones del 25 de enero en Grecia significaron un choque frontal entre la esperanza de la población griega de vivir dignamente y el miedo de perder lo poco que le queda. Después de 5 años de reestructuración neoliberal, autoritarismo, pauperización y despojo, la victoria de SYRIZA no demuestra un giro de los votantes hacia la izquierda, sino un deseo de superar el miedo y plantarse frente a lo que se presenta como inevitable. SYRIZA ha sabido captar este deseo, a la vez suavizando sus posturas y construyendo una hegemonía que articula diversas demandas e identidades. Que su programa, que se acerca a las posturas de la socialdemocracia de antaño, se considere radical, sólo demuestra la hegemonía del neoliberalismo más extremista.” ¿Dónde Estamos?. En Tiempo Real. Pueblos en Camino
 
Breve comentario sobre el triunfo de Syriza
 
Las elecciones del 25 de enero en Grecia significaron un choque frontal entre la esperanza de la población griega de vivir dignamente y el miedo de perder lo poco que le queda. Después de 5 años de reestructuración neoliberal, autoritarismo, pauperización y despojo, la victoria de SYRIZA no demuestra un giro de los votantes hacia la izquierda, sino un deseo de superar el miedo y plantarse frente a lo que se presenta como inevitable. SYRIZA ha sabido captar este deseo, a la vez suavizando sus posturas y construyendo una hegemonía que articula diversas demandas e identidades. Que su programa, que se acerca a las posturas de la socialdemocracia de antaño, se considere radical, sólo demuestra la hegemonía del neoliberalismo más extremista.  
 
Cómodos Aliados: Derecha Nacionalista Griega y Syriza…¿Gobierno de Izquierda Radical?
 
Dado el inmovilismo del Partido Comunista, SYRIZA, al no alcanzar la mayoría absoluta, se vio obligado a formar alianza gubernamental con un pequeño partido de derecha anti-austeridad, “Griegos Independientes”. Es un partido culturalmente conservador, no obstante está menos envuelto en el sistema de corrupción y clientelismo, ya que nunca ha gobernado. Pero seguramente será la vía a través de la cual la oligarquía intentará neutralizar los esfuerzos reformistas de SYRIZA.
 
Por lo tanto, es muy probable que este gobierno sea transitorio y centrado por un lado en la renegociación de la deuda y por el otro en el programa de “salvación social”, o sea la garantía de un nivel de vida mínimo para la población. Si SYRIZA tiene éxito en estos campos, aunque sea parcial, puede construir el consenso social necesario para implementar otras reformas necesarias, de corte más de izquierda, como la reforma del sistema impositivo y las leyes laborales, la purga del elemento fascista de los cuerpos de seguridad, el cambio de la ley de nacionalidad e inmigración, la secularización del Estado, los derechos civiles para la comunidad LGBT, y muchas más.
 
La ruptura más importante es la que presenta SYRIZA a nivel europeo. Será el primer esfuerzo de resistir las políticas de austeridad, que la canciller Merkel presenta como ineludibles. La única carta fuerte de Alexis Tsipras en esta negociación es el hartazgo de otros países de Europa con la ortodoxia económica, especialmente los que tienen sus propios problemas fiscales, como Italia, España y Francia. La negativa de Grecia a cumplir con los dictados del FMI, si llega a materializarse, podría significar un precedente, una fisura en la hegemonía neoliberal a nivel global.
 
Después de años de luchas fuertes y de construcción de alternativas desde abajo, los movimientos de base en Grecia llegan a este momento histórico bastante desmovilizados. No obstante su papel en el día siguiente será importante: Por un lado serán la “oposición” desde abajo y a la izquierda, el contrapeso a los esfuerzos del status quo económico de neutralizar el afán reformista de SYRIZA. Por el otro, tienen la llave de la construcción de un mundo que va más allá del keynesianismo y el estado de bienestar, y apunta a un futuro post-capitalista, articulado alrededor de los comunes y la construcción de contrapoder desde abajo.
 
Theodoros Karyotis
28/01/15
 
Entrevista a Theodoros Karyotis en Enredando las Mañanas
 
El próximo domingo se realizarán en Grecia elecciones generales. Las encuestadoras dieron a conocer este fin de semana sus últimos sondeos. La coalición de izquierda Syriza encabeza todas las encuestas con porcentajes que la dejan muy cerca de la mayoría absoluta. La encuestadora Public Issue la ubica con un 35,5 % de intención de voto con lo que obtendría 144 representantes, apenas 6 por debajo de la mitad de la cámara. Para Public Issue, todos los demás están lejos de Syriza.
 
Enredando las Mañanas se comunicó con el sociólogo Theodoros Karyotis quien se ha vinculado en estos años a empresas recuperadas, organizaciones sociales de resistencia a la minería a cielo abierto, de lucha contra la privatización del agua.
 
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Enredando las Mañanas: Hay un gran entusiasmo en las redes sociales con la posibilidad de que Syriza se imponga en las elecciones del domingo. El entusiasmo se expresa en algunos casos con un “Tiembla Troika” ¿es así, tiembla troika”
Theodoros Karyotis: Yo no sería tan optimista. Por supuesto un cambio de gobierno en Grecia, sería una buena noticia. El gobierno saliente es el gobierno más odiado de toda la historia de Grecia con un programa de reestructuración neoliberal y de venta de todo el país durante los dos años o tres que ha gobernado. Pero, para empezar, no estamos seguros si Syriza podrá formar gobierno y luego si tendrá la capacidad de renegociar la deuda o si podrá negociar con los socios de Grecia como la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
 
ELM: ¿Qué significa tener capacidad de negociación? Por lo menos por acá se salió del neoliberalismo más crudo pero con el compromiso del pago de la deuda, no se ha tocado el statu quo general, las multinacionales continúan con sus privilegios…
TK: Ahora mismo Syriza no tiene un programa radical, no quiere derrocar el statu quo. Lo que quiere hacer es negociar la deuda que está ahora sofocando a Grecia. Porque realmente, aparte de la gran recesión en el que hemos entrado, justamente debido a estas medidas de ajuste estructural y austeridad, aparte de eso, todos los ingresos van al servicio de la deuda. Vence una gran parte de la deuda muy, muy pronto y un posible gobierno de izquierda tendría que afrontar el pago. No tiene muchas herramientas en sus manos. Lo único que puede hacer es pedir una reducción de la deuda. Un corte de pelo como dicen en inglés. Es un juego de poker, como decía un analista. Syriza no tiene cartas muy buenas pero puede pretender que las tiene. La única carta que realmente vale, que tiene del otro lado, más que nada Alemania y la Sra. Merkel es decir que no pasa nada y que Grecia puede salir de la eurozona. Una salida de la eurozona sería, a largo plazo, mejor para Grecia que, por ejemplo tendría su propia política monetaria, tendría una independencia política y económica que no la tiene ahora. En gran medida Argentina salió de la crisis porque tuvo su propia política monetaria. Alemania determina la política monetaria de Grecia. A pesar de eso, una salida brusca, repentina del euro, no resultaría bien para nadie. Ni para la eurozona ni para Grecia que se vería con problemas económicos enormes, entre los cuales estaría la inflación y la fuga de capitales.
 
ELM: Durante estos años hemos estado dando cuenta de la crisis de la que estás hablando y también de las respuestas a la crisis de parte de varios movimientos sociales ¿Cual es el vínculo de Syriza con estos movimientos sociales?
TK: No se pude describir fácilmente porque la fuerza de Syriza en los últimos años era su conexión con los movimientos sociales, pero conexión no necesariamente significa comprensión de sus métodos ni de sus metas. Entonces hay un apoyo implícito, crítico de parte de los movimientos sociales casi en su totalidad al proyecto de Syriza. Hay que entender que este apoyo crítico viene de la derrota de estos movimientos, no es un producto de la victoria. Es producto de la incapacidad de los movimientos sociales de proponer su propio proyecto político. ¿Qué quiero decir? Syriza es un partido político que viene de la izquierda radical pero su programa actual es de keinesianismo que podría ser el programa de cualquier partido socialdemócrata de hace 30 o 40 años. Los movimientos sociales de los últimos años no fueron por la captura del Estado, no fueron sobre la redistribución de la riqueza, no fueron por la reinstalación del Estado de bienestar. Fueron intentos de construir poder popular desde abajo, de construir instituciones alternativas, de promover lo común, la autogestión. En este sentido no solapan mucho con el programa de Syriza.
 
Syriza es un partido muy abierto, con un programa muy amplio y estas prácticas tendrán su lugar, quizá dentro del esquema. Por eso varios de los movimientos sociales se están convocando para definir propuestas determinadas que empujen a Syriza lejos de este keinesianismo, de la reanimación de la economía capitalista, hacia una idea de post capitalismo, de crecimiento de otro tipo de desarrollo económico. Cómo síntesis diré que la cuestión de fondo es que los programas de Syriza y los programas de los movimientos sociales nunca han solapado por completo. La relación que tiene entre sí es cercana pero problemática.
 
ELM: ¿Cuáles son esas presiones desde abajo?
TK: Hablé hace un momento de una derrota de los movimientos. En Grecia ya no tienen tanta visibilidad mientras en algún momento eran los protagonistas y los oponentes centrales del capitalismo neoliberal. Esto se debe a varias razones. Primero hay que destacar la represión de parte del gobierno que ha llegado a extremos de criminalizar las luchas. Por ejemplo en esta zona (Tesalónica) hay una lucha contra una minera canadiense, hay alrededor de 350 personas judicializadas en una población total de 20.000 habitantes. Hablamos de una industria de procesamientos judiciales y criminalización. Hay un gran cansancio, agotamiento de la gente. Otra razón para la desmovilización es la propia dinámica electoral de Syriza que después de una pelea que duró casi 5 años, todo el mundo está esperando que la izquierda llegue al gobierno y que cambien los términos. Eso ha hecho que desde que se anunciaran las elecciones hay muy poca actividad de los movimientos sociales. Una tercera razón para esta desmovilización de los movimientos es que no supieron articular un proyecto político propio. No supieron articular redes, no supieron articular sus demandas y construir un nuevo actor político desde abajo. Así dejaron espacios para que fuerzas del sistema político tradicional, como loes Syriza, aprovecharan este espacio.
 
Theo Karyotis
 
ELM: Te contamos que vamos a seguir de cerca las elecciones en Grecia.
TK: Genial. En este momento todas las luces están en el escenario central. Syriza tiene que ganar, tiene que poder formar un gobierno porque si la derecha neoliberal prevalece de nuevo vamos a tener una depresión muy grande y no sólo a nivel griego. Entonces, con todos los problemas que pueda conllevar y con todas las luchas internas después de estas elecciones esperamos que el resultado sea positivo para la gente desfavorecida.